By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 29 de julio de 2015

De Carlos III al Iryda


Unión + Trabajo= Desarrollo

Somos muchos los que por diversas circunstancias y a distintas edades dejamos nuestro pueblo. Pero, pocos creo lo olvidan y precisamente no le dediquen sus recuerdos con el mejor deseo. No obstante, desde el que se acuerda del pueblo para pedir una partida de nacimiento hasta quien ha sacrificado posibles “laureles” en el exterior por confianza y colaboración hacia la reacción de su pueblo, hay toda una gama de casos intermedios.
Tanto los guadalcanalenses ausentes, más o menos parcialmente, como los empadronados, hemos demostrado, en el grado que nos corresponde, deseos ansiosos de hacer surgir realidades tendentes hacia un desarrollo economicosocial que impidiera la emigration masiva.
El que ya hayan surgido realidades, modestas pero progresivas, es lo que me ha llevado a escribir estas líneas para exteriorizar La satisfacción de pertenecer a esa gama de los que en el silencio no perdían la fe y mantenían su esperanza en La reacción del pueblo. Y, como La espera se ha hecho larga para empezar a ver reacciones significativas, de ámbito nacional e internacional “DE CARLOS III AL IRYDA”; serie de cinco artículos publicados en el diario de Madrid "INFORMACIONES"., en abril de 1973, considero el momento oportuno para decir a quien lo necesite, que ya empieza a haber realidades que pueden alimentar su fe y con ello su mayor confianza para participar en el desarrollo de “su pueblo”, nato, conyugal o sentimental.
Según expresión de actualidad en el campo de. La tecnocracia, “el apoyo técnico”, de lo dicho esta en LA UNION que ha dado lugar at creciente número de agrupaciones y asociaciones que existen y van creándose al conglomerar las ideas, el trabajo y las distintas economías hacia un fin común: EL DESARROLLO.
Guadalcanal es pueblo norteño dentro de la zona que se ha dado en llamar SIERRA NORTE DE SEVILLA. Esto quiere decir que está emplazado en La parte más sufrida de La considerada por el Gobierno como deficitariamente protegida por la naturaleza. Por tanto, no hubiera sorprendido La emigration masiva olvidadiza. Sin embargo, ni la emigración ha sido tan masiva, ni la gran mayoría ha olvidado su pueblo y sus posibilidades, pese al “desafío”, de la Providencia por la ausencia de riquezas naturales. He aquí el punto álgido que necesito de la fe y de La esperanza. El guadalcanelense, hombre de elevada fe cristiana, no podía admitir una injusticia de La Providencia hacia su pueblo y se sintió, por el contrario, honrado humanamente ya que, como tal, sus cualidades deberían ser suficientes para compensar las deficiencias naturales de su término.
Las primeras manifestaciones del nativo que se encontró con sus tierras y las inclemencias meteorológicas, fueron las realizaciones en pequeña escala de lo que no hace mucho una personalidad de nuestro Gobierno; muy gráficamente, dijo: “EL TECHO DE LA INDUSTRIA DEL CAMPO ES EL REGADIO”. Prueba de ello son las múltiples huertas que rodean al poblado, las cuales, además de aumentar la producción de las tierras, ofrecen la posibilidad de un tratamiento clínico muy actual: “el relax”, que .puede conseguirse desde los preciosos miradores que existen con vistas a las verdes huertas que adornan los pies de La sierra.
Posteriormente, las mayores exigencias de consumo al aumentar el nivel de vida requería nuevas orientaciones que pedían más unión y más trabajo. Así aparecieron las primeras agrupaciones que daban lugar a La creación de modestas industrias e inicios de la industrialización agrícola-ganadera. Manifestaciones reales de ello, son:
— las asociaciones agrícola-ganaderas familiares y no familiares; las agrupaciones explotadoras de los productos agrícolas;
— las transformaciones de las clásicas herrerías, serrerías y ladrilleras en industrias metálicas, madereras y de material de construcción, respectivamente;
— las comunidades de caza, para la comercialización de esta.
Todas estas realidades llevan una clara perspectiva de progresión, independiente de los nuevos programas en evolución, tales como:
— poner “pared” a las grandes extensiones de tierra de difícil “techumbre”. (Son, ya, muchas las fincas con cerrados y algunas en las que la fe e ilusión de sus dirigentes no cesan de estudiar las posibilidades de “techar" en mayor o menor extensión, aunque para ello tengan que confesar la dificultad, pese a la UNION y al TRABAJO, y hacer uso de la consciente política generosa de colaboración estatal —ICONA, IRYDA, etc.- hacia la sierra norte de Sevilla);
— industrializar lo que hasta no hace mucho se utilizaba exclusivamente para ensayos en los laboratorios agrícolas. (Me refiero a la utilización como piensos de alto poder nutritivo, de los cultivos hidropónicos, para el cebo de ganados.)
Finalmente, tras esta somera descripcion del, quiza lento, pero progresivo crecimiento en el uso de las posibilidades humanas y materiales de nuestro pueblo, quisiera pedir a los lectores, especialmente a los guadalcanalenses, que aumenten su fe y confianza hacia el futuro y lo demuestren aunando sus medios y capacidad de trabajo para que el desarrollo lento observado se acelere en progresión geométrica, aunque ello requiera inversiones apreciables, y rendimientos a largo plazo, pero mayores.
Consigna: LA ECONOMIA NO ES GASTAR MENOS, SINO GANAR MAS. 

Manuel PERELLÓ PALOP
Revista de feria 1973

sábado, 25 de julio de 2015

Adelardo López de Ayala o el figurón político-literario 4

D. Emilio Arrieta

Capítulo IV

La batalla contra Los Progresistas
Dos meses después, el 20 de marzo del 51, estrenó Ayala su comedia Los dos Guzmanes. Ya dijimos que había escrito esta obra cuando, huyendo de Sevilla, se refugió en Guadalcanal. Tenía Ayala entonces diecisiete años solamente acabando de leer los modelos del teatro clásico. Tales obras de enredo despertaron en el aspirante a autor admiraciones imitativas, y su in experiencia literaria no le permitió disfrazar siquiera las copias. Esto hizo que la crítica le techara hasta como plagiario.
En cuanto al público, retrajóse a las pocas representaciones del Teatro Español, donde también se estrenó Los dos Guzmanes. Si ello debió a que, según los correligionarios de Ayala dijeron, al intentar defenderle en el periódico del partido, no trabajaba en la obra la bailarina La Nena, poca excusa resultaría. De haber sido buena su obra, con bailarina y sin bailarina, habría acudido el respetable.
Seguidamente estrenó, en el Teatro Circo y en 21 de julio, Guerra a muerte, zarzuela con música de Arrieta, de la que nada se sabe, pues los periódicos ni siquiera dieron cuenta de su estreno. Aquí, ya que no el apoyo del baile, buscó Ayala el de las notas, sin que por eso consiguiese sino entablar amistad con el compositor Emilio Arrieta, del que siempre fue desde entonces amigo íntimo.
Y todavía el mismo año, el 21 de noviembre, estrenó en el Teatro del Príncipe un drama, Castigo y perdón, que tuvo un fracaso completo. Hasta el autor se consideró fracasado, tardando tres años en decidirse a probar de nuevo fortuna en las tablas.
Entonces, con algún éxito, estrenó el drama Rioja. Pero en seguida volvió a fracasar, estrenando la zarzuela La Estrella de Madrid. Sin su destino en Gobernación, Ayala habría tenido que volverse a Guadalcanal, como pensaba al no poder estrenar Un hombre de Estado. Y, además, acababan de quitarle ese destino...
Los moderados se encontraban en la oposición al triunfar el año 54 aquel levantamiento de Espartero, que provocó haber disuelto las Cortes Sartorius. Pero esto fue la salvación de Ayala como autor, pues le hizo dar al Teatro las suelas Los comuneros, con música de Arrieta,  y el El Conde de Castralla, musitada por 0udrid. Ambas obras estaban llenas de alusiones políticas, tanto que la primera provocó una manifestación pública de los oposicionistas al Gobierno, y la segunda fue retirada de la escena por orden de la autoridad. No necesitó más Ayala para que sus correligionarios pudiesen convertirle en autor famoso. Si sus obras dejaban de representarse no era porque no gustaran sino porque los gobernantes las prohibían.
Y apareció El Padre Cobos. Fue éste periódico de oposición, hecho exclusivamente para combatir al Duque de la Victoria y a sus ministros, que desde el primer número obtuvo el favor del público. Con la consiguiente enemistad,  claro es, del Gobierno.
Portada del Padre Cobos
Las sátiras, crueles y graciosísimas, dedicadas por el citado semanario a los personajes  de la situación, al partido progresista entero, a la milicia nacional y al jefe de todos, Espartero, hicieron retorcerse de risa a sus  lectores y temblar de indignación a los aludidos. Las famosas "indirectas" de El Padre Cobos tenían una violencia y una saña que destrozaban vivos a los prohombres progresistas, los cuales se defendían por todos los medios posibles, acometiendo a los redactores del periódico con la ley y contra la ley.
Ayala formaba parte de la redacción de El Padre Cobos, y hasta se decía que su íntima amigo, el músico Arrieta, fue quien proporcionó los fondos necesarios para lanzar a la calle esta publicación. Y no resistimos la tentación de copiar algunos párrafos de un artículo del que se declaró autor Ayala, para que se vea cuán esmerada prosa y cuanto comedimiento usaba el que llegaría a ser académico de la Lengua y ministro en el primer Gobierno de Cánovas del Castillo. El artículo referido se titulaba "Relinchos" y se publicó el día 25 de mayo de 1855, comentando la sublevación de dos escuadrones de Caballería en Calatayud:
"Tres secciones de Caballería del Ejército, pertenecientes al escuadrón de Bailén, han salido desbandadas por los campos de Aragón, relinchando con toda su fuerza: ¡Viva el Rey!
"Tal vez esos mismos caballos relincharon no ha mucho en los campos de Vicálvaro: ¡Viva la Libertad!
"Está visto que la raza caballar preside la dirección de los negocios públicos de España: Nos, legislan las Cortes Constituyentes, nos gobierna O'Donnell..."
Semejantes madrigales hicieron que los con ellos favorecidos decretaran la muerte de la publicación en que se insertaban. El sistema de apalear a los redactores de El Padre Cobos no dio resultados, pues los golpes hubo de recibirlos un pobre señor Salgado, empleado en la Administración, quien, claro está, no tenía nada que ver con los escritos del periódico. Y entonces se acudió a que el promotor fiscal, Massa y Sanguinetti, presentara una seria denuncia ante los Tribunales contra ciertos versos que contenían injurias a la representación nacional.
Ayala respondió de los versos dichos para hacer la defensa de El Padre Cobos ante el Jurado. Si verdaderamente había escrito tal engendro poético, no obtendría una fama de versificador, pues la composición era detestable. Pero, en todo caso, con defender el derecho a publicar eso y todo lo demás iba contra las mismas ideas por que batallaba.
En el proceso de El Padre Cobos los campeones luchaban cambiadas las banderas. Los progresistas, defensores de todas las libertades, pretendían reducir la libertad de Imprenta. Y los moderados intentaban que la libertad de imprenta se salvara, siendo opuestos a todas las libertades. Mas esto, si fue un inconveniente para Massa y Sanguinetti, hombre de convenciones firmes, no lo resultaba para Ayala... Ayala, que sabría luego no ya cambiar de casaca, sino conservar la casaca de ministro de uno a otro Gabinetes opuestos, por semejante pequeñez no vaciló. Así el triunfo fue suyo, derrotando de aplastante manera al desdichado promotor fiscal.
Los versos denunciados eran un supuesto "Himno a Espartero", ridiculizando el deseo de los diputados adictos de prolongar por tiempo indefinido la vida de las Cortes Constituyentes para mejor servir a sus amigos y aun lucrarse ellos, ya que muchos a más del acta tenían cargos en el Gobierno. Y Ayala preparó la defensa con una estratagema, que sus amigos consideraron habilísima, aunque fuera bastante simple, pues consistió sólo en hacer que el diario Las Novedades publicara unos sueltos políticos contra el empeño de no disolver el Parlamento y abogando por que se cumpliese el reglamento de incompatibilidades. Estos sueltos, escritos sin injurias, no fueron denunciados, claro es, por lo que se podía decir que a Las Novedades se le permitía publicar aquello que, impreso en las páginas del semanario perseguido, reputábase pecaminoso.
Podía decirse tal, aun cuando no fuese enteramente cierto. Unos versos procaces y una prosa ponderada contendrán lo mismo en el fondo; pero la forma hará que se diferencie enormemente su significado. Sin embargo, Ayala dijo eso. Y lo dijo empleando todo lo sonoro de su voz y lo ampuloso de su estilo. "Nunca los odios políticos son más repugnantes que cuando visten la toga", clamó.
Anonadando con frases así a los acusadores, conminó a los jueces advirtiéndoles: "Si después de lo que habéis escuchado condenar os lo juro por .i honor, más lo sentiría vosotros que por mí. Seguro estoy de vuestro fallo, porque lo estoy de vuestra rectitud.  “¡Id juzgad!"
Este latiguillo final remachó el efecto del ardid, no muy lícito, empleado para presenta: El Padre Cobos como perseguido injustamente por político aborrecimiento. Y el Jurado dictó un veredicto de inculpabilidad, que fue no solo eso para el semanario oposicionista, sino, a más, sentencia condenatoria para el Gobierno.
Luís de Oteyza
Vidas Españolas e Hispano-Americanas del Siglo XIX
Madrid, 1932 

miércoles, 22 de julio de 2015

Sencillos inmuebles del ámbito rural

Ermita de San Benito

La ermita de San Benito se encuentra situada en las inmediaciones de Guadalcanal, junto a la carretera A-432 que une Sevilla con Guadalcanal, apoco más de un kilómetro de la población, es una de las muestras más primitivas del arte mudéjar de finales del siglo XV con que cuenta esta apartada comarca de la Sierra Norte en la provincia de Sevilla.
De esta época perduran en ella una interesante portada y restos de un antiguo soportal que deben entenderse como elementos conservados por la función arquitectónica que desempeñaron en la segunda etapa constructiva que experimentó este templo durante el siglo XVIII, fue profundamente remodelado en la segunda mitad del siglo XVII, para adaptarlo a los gustos de la época.
Sin embargo, las reformas barrocas respetaron exteriormente los primitivos esquemas mudéjares, patentes en la fachada principal, el muro de la epístola y la galería porticada.
La ermita se enclava en una vía de comunicación muy utilizada durante la Baja Edad Media y el siglo XVI, pues unía el norte de Castilla y Extremadura con la Andalucía Atlántica, por ella transitaban comerciantes y peregrinos que tenían por meta el Santuario de Guadalupe, para los que solían habilitarse recintos religiosos de tránsito como el que nos ocupa.
Gracias a ello, podemos hoy contemplarlos como ejemplo de las muchas ermitas que debieron existir de rasgos muy afines a ésta y que en la actualidad son escasas debido a las profundas y muy generalizadas restauraciones que terminaban por distorsionar el primitivo aspecto de estos sencillos inmuebles del ámbito rural.
 Al encontrarse en un entorno rural destacan sus muros y cubiertas de los árboles, olivos y cultivos que la rodean, siendo los elementos más característicos los tejados de la nave así como las cubriciones del presbiterio y del camarín, este último octogonal con cubierta de ocho paños de tejas.
La ermita fue construida entre los años finales del siglo XIII y primera mitad del XIV. De este período constructivo hay que destacar las portadas laterales, hoy inutilizadas. Obras ejecutadas en ladrillo, con arcos ojivales y alfiz, todo del gusto gótico-mudéjar. En la misma fecha se puede encuadrar el pórtico del muro de la Epístola.
Este presenta arcos de medio punto elevados sobre pilares cuadrangulares en marcados por alfiz. Durante el siglo XVIII el edificio fue profusamente reformado, adquiriendo la apariencia barroca que lo caracteriza, aunque ha mantenido la construcción de mampostería, ladrillo y tapial.
Sobre este primitivo templo, como se ha apuntado, una posterior etapa constructiva durante el siglo XVIII ocasionó la aportación de una interesante fábrica barroca que apoyada en la anterior, como puede observarse aún en determinadas partes del inmueble, dotó de un aspecto barroco con resabios muy clasicistas el interior al igual que ocurrió en otras ermitas de las cercanías, reformadas en la misma época, resultando una aportación novedosa por la utilización de esquemas de plantas en las que el camarín adquiere una importancia considerable, fruto de su propia función como ermitas destinadas a ser punto de referencia en el peregrinaje, que ha homogeneizado este tipo arquitectónico en la comarca.
  En el interior, la única nave se cubre por medio de bóvedas cañón con lunetos. El presbiterio, por su parte, se cubre mediante bóveda semiesférica sobre pechinas, al igual que el interesante espacio del camarín, que da lugar a una vistosa solución exterior de cúpula con tambor octogonal. En los distintos muros y en los claves de la bóveda del presbiterio subsisten pequeños tondos de piedra decorados con distintos motivos, que provienen de la primitiva fábrica.
De su devenir histórico, como enclave significativo para la población del cercano pueblo de Guadalcanal así como para la de los núcleos de las inmediaciones desde el siglo XV, se tienen crónicas que han demostrado su importancia social y artística mantenida hasta época muy reciente. Las descripciones existentes elaboradas por los sucesivos visitadores de la Orden de Santiago, han reflejado un lugar en el que acontecieron importantes manifestaciones religiosas y en el que también existieron una serie de obras de arte mueble relacionadas en el presente documento, -hoy desaparecidas desde el saqueo de 1936-, que delatan la importancia desempeñada por este inmueble desde finales de la Edad Media.



M.J. González

sábado, 18 de julio de 2015

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 68

La vida en la mina 3

La oferta de mano de obra y 2

Junto a extranjeros, moriscos y gentes de los pueblos mineros de Extremadura, el último grupo definido es el de los vascongados; éstos últimos son muy apreciados, más que canteros que como mineros, por lo que se les destina fundamentalmente a la práctica de obras muertas en calidad de destajistas. 93

Y ya sin formar grupo, aparecen de forma aislada especialistas de muy variadas procedencias, buscados por todas partes del reino; dada la escasez que en un principio existe cano de obra especializada. Su origen es así muy variado; hay antiguos fundidores de hierro del País Vasco 94, de Santiago de Galicia, donde había una tradición anterior de fundidores de estaño 95, del Rosellón 96, de las zonas mineras de Almodóvar y Alcudia, algún aragonés e incluso el rarísimo caso de un indio casado con una morisca 97.
Junto a la prevención frente a los moriscos, algunas ordenanzas manifiestan también reticencias frente a los oriundos de la propia villa de Guadalcanal; en 1558 escribía la Princesa Gobernadora a Mendoza:
“en cuanto a lo que decía que convernía que los oficiales y personas que andan en las fábricas sean forasteros y no naturales, para lo que toca al buen rrecaudo y seguridad, aunque se les acrescentasen algo más los salarios, proveerlo heis como mejor os paresciere” 98.
En cualquier caso, entre los años 1556 y 1560 debió producirse un flujo poblacional importante hacia la mina, afectando fundamentalmente a una zona formada por la actual
provincia de Badajoz y la Sierra Morena cordobesa y sevillana. Sería inten de forma más pormenorizada cómo se producen tales migraciones, si bien un conocimiento más profundo no es fácil lograrlo en fuentes archivísticas, ya que no dejó rastro en los archivos locales de Guadalcanal; la mina tuvo su propia iglesia y, por tanto sus propios registros, cuyo paradero desconocemos. Un estudio así es más fácil de efectuar en las minas de Almadén, donde la imbricación mina-villa era mucho más estrecha.
En 1569 se. conducían 44 moriscos de Hornachos a las minas de Almodóvar y al paso por este pueblo son atacados por los vecinos de Almadén, exasperados por la rebelión de las Alpujarras. La mayor parte de ellos habían sido contratados para labores de desagüe y no debía ser el primer grupo de esta raza que acudía a trabajar en aquel distrito ya que la información indica que venían «como lo hizieron agora hazc un año». La mayoría de los moriscos, atemorizados por el incidente huyeron de vuelta a su pueblo y nc querían regresar y ante ello se despacha provisión real en la que se indica que
“tienen prouisión real para andar libremente por estos reinos y señorios (...). Dióseles porque los de Hornachos son gente doméstica y servidores de la corona real y no es gente que se entiende con la de Granada”;


93 cfr. A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.°14, fol. 5.
94 Escribía Juan de Orbea a Mendoza desde Eibar:
“visto lo que V.M. enviaba a mandar perca del maestro que deseaba fuese ahí para lo de las minas, yo procuraré con Jorge de Urrupain (maestro de hacer acero en Guipúzcoa) para que hobiese uno y así lo hubo (...) a Martín de Yrigoen, que me dice que es buen oficial. El no es bien romanicado, que sera el mayor trabajo que con él se terná, pero en su vascuence me dicen que es tenido por honbre de buena rajón. Por ahí habrá vascongados que harán relación con él”.
Se le abonará un salario de 187,5 maravedíes al día más gastos de viaje de ida y vuelta y se le pagará el o de una cabalgadura; cfr. A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.° 22.
95 A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f.
96 La instrucción de Mendoza a la Princesa en abril de 1556 decía:
“Otrosí se ha dicho que en el condado de Ruisellón hay muchas herrerías, y que de las personas que en ellas trabajan que están experimentados en usar de minas, se podrá traer aquí algún dinero dellos y que serian provechosos porque son grandes trabajadores (...). También os informaréis si de los que trabajan en las minas de yerro y avero en el condado de Vizcaya y Guipúzcoa será bien que se lleven algunos para las dichas minas de Guadalcanal y las otras, porque, si conviene, se procuren y vayan con más breuedad que los alemanes”;
C.G.S. Patronato Real, Leg.° 26, fol. 150.
97 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 31, fol. 46:
«una morisca muger de un indio que ha muchos días que trabaja aquí...»;
noticias sobre mano de obra en A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f. Carta de la Princesa yate de 26 de mayo de 1556; A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 66, fol. 23; Leg.° 31, fol. ,eg.° 160, fol. 7. A.G.S. Diversos de Castilla, Leg.° 8, fol. 29.

98 A.G.S. Contadurías Generales, Leg.° 3.072, s.f. Carta de la Princesa a D. Francisco de Mendoza 1 de enero de 1558.

De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez
 

miércoles, 15 de julio de 2015

Memento, Miserere

PENSANDO BIEN


En este corto viaje que hacemos por la vida parece que nos falta tiempo para ser malos, cuanto mejor sería aprovecharlo para ser mejores unos para otros y ayudarnos mutuamente, sin tener en cuenta las riquezas terrenas.
¡Qué tiene que ver el dinero con el hombre, con la Persona Humana, con el Hijo de Dios! Desgraciado el que cree valer más porque tiene capital, vil metal con el que se cometieron las barbaries más grandes de todos los tiempos, cuando no fue administrado por personas responsables a. la Sociedad.
Es fatal que existan hombres que no le hablen a su hermano, hijos que desprecien a sus Padres y no los quieran sentar a su mesa porque son viejos y tienen signos de pobreza, o los anulen como muebles pasados de moda, porque esperan una visita.
También ocurre que, queremos quitarle al prójimo su valor personal para colocar delante el “YO” nuestro, minimizar sus actos y si nos dejan, apoderarnos de sus obras buenas y criticar mal los equívocos que como humanos todos tenemos, y lo que es peor, tratar dé ganar nosotros lo nuestro y lo de ellos.
Pensemos un momento, meditemos la cuestión, seamos mejores, para que en este bendito pueblo de GUADALCANAL y en todo el mundo, tengamos toda la satisfacción del deber cumplido, y asía, este corto viaje que hacemos por la vida sería mejor y más agradable.
Intentemos detenernos un momento, y al leer estos versos, meditar, y si nos sirve de algo, ¡Bendito sea Dios!
Se ha de ver tu calavera al final de este camino,
en las manos afiladas de un trapense o Agustino...
y donde hoy entran las locas Alondras del pensamiento
por la fuerza del destino, ha de entrar mañana el viento

¡MEMENTO!
Vamos tras de las mujeres, como si fueran eternas,
con la salvaje lujuria del hombre de las cavernas...
¡Y se pudren las mujeres como se secan las rosas...!
¡Se mueren todas las cosas y hasta la tierra se muere!
¡MISERERE!
El labriego de los siglos, en la tierra removida,
va enterrando la materia para darle nueva vida,
y el que estaba ayer arriba viene a estar luego debajo,
Es eterno este trabajo y no tiene acabamiento.
¡MEMENTO!Van los eternos destinos de este modo encadenado,
impasibles al desfile de los hombres acabados...
Y florecen en los viejos pudrideros de las fosas
azucenas olorosas.., sólo la fuerza no muere.
¡MISERERE!
El león del poderoso afilando está sus garras,
sin pensar que a las hormigas se las comen las cigarras
y luego son las cigarras carne para las hormigas...
¡No abomines ni bendigas, porque todo es un momento!
¡MEMENTO!

Recuerda que el tiempo corre y hacia ti no ha de volver.
Eres tú el que ha de tornar, hecho flor, a una mujer,
hecho agua clara a una fuente, y hecho rocío a una rosa...
Filtración maravillosa de la impureza que muere.
¡MISERERE!
Recuerda que por el Bíblico Génesis de los hermanos,
el vientre que te ha parido será un nido de gusanos.
Hombres, gusanos y piedras son fuerza y evolución...
¡Eterna renovación de lo que vive un momento!
¡MEMENTO!
Y es en vano que queramos romper estas ligaduras
por el frágil estilete de. nuestras pobres locuras...
El todo preside al todo, y somos nosotros nada,
¡La vida nace ligada con la muerte que nos hiere!
¡MISERERE!Deja que llegue hasta mí, pensador y pensativo
el placer de este dolor en el que muriendo vivo...
Deja que llegue a nosotros el morir, que es el nacer...
Quiero sufrir el placer de gozar el sufrimiento.
¡MEMENTO!
Porque es locura querer acabar este tormento,
que en la eterna letanía de lo que nace y se muere,
dice. la muerte: !!Memento!!
y la vida: ¡¡Miserere!!
 

ARDAVIN
Rafael RODRIGUEZ MARQUEZ
Revista de Feria 1973

sábado, 11 de julio de 2015

Adelardo López de Ayala o el figurón político-literario 3

Excmo. Sr. Conde de San Luis
Capítulo III
Entrada en liza

Ayala  llegó a Madrid en otoño de 1849. Hacia la capital le habían  atraído, para lo literario, su amistad con el poeta García Gutiérrez, a quien conoció en Sevilla, y para lo político, su fraterno compañerismo de colegial con el que ya daba esperanzas de llegar a ser ilustre hombre público, Manuel Ortiz de Pinedo. Más solo con la ayuda de este último podía contar, pues el primero se hallaba ausente de Madrid.
Ortiz de Pinedo no pudo, de momento hacer más por Ayala que recomendarle para que obtuviese cobijo en la modesta casa de huéspedes de la calle del Desengaño, donde él mismo vivía, e introducirle en las reuniones del café del Príncipe, presentándole a los que serían sus grandes camaradas del porvenir Cristino Marcos y Antonio Cánovas del Castillo.
La vida de Ayala en Madrid con tal comienzo fue tan dura y tan sin orden como la de cuantos, con escasos medios y desconocidos de todos, vienen a buscar el oro y el laurel a la Capital de España. Durante muchos meses luchó sin tregua y sin fruto, aspirando desde el primer momento a darse a conocer y a conseguir ganancias en su drama Un hombre de Estado.  Visitó a Gil y Zárate y le dio a leer la obra, sufriendo amarga decepción, pues este le aconsejó que estudiase la carrera  y se dejase de literaturas. Pero Fernández Espinosa  que hubo de leer también la producción de Ayala, tuvo para el autor frases lisonjeras, que le animaron a perseverar en sus propósitos  de que Un hombre de Estado llegara a representarse.
Sin embargo, las empresas de los teatros no se apresuraban, ni con mucho, a admitir la obra al dramaturgo en cierne, del que no podían suponer que lograría ocupar el más elevado puesto dentro del régimen parlamentario. Pero si Ayala aun no tenía la fuerza que da el poder público, otros estaban en posesión de ella, y todo  podía arreglarse, empleando la influencia gubernamental de alguno de esos otros.
Fijó el autor de Un hombre de Estado su vista en el ministro de la Gobernación, y decidió, sin más, escribirle ¡pidiéndole que hiciese poner su drama en escena! Se ha conservado la curiosa carta en que tan extraordinaria solicitud hócese, y creemos conveniente, para enseñanza de dramaturgos inéditos, reproducirla:

"Excmo. Sr. Conde de San Luis: Sin duda extrañará V. E. que, antes de tener, el honor de conocerle, me haya tomado la libertad de molestarle; pero yo le suplico que perdone mi atrevimiento, al menos porque él demuestra lo mucho que de su bondad confío. Desanimado con lo que se dice de la lentitud con que en el Teatro Español se ponen las producciones nuevas, y siéndome imposible permanecer mucho tiempo en la Corte, resuelto me hallaba a volverme a uno de los últimos pueblos de Andalucía, de donde he venido para hacer ejecutar el adjunto drama, si las noticias que he tenido de la bondad de V. E. no hubieran reanimado mis esperanzas. Señor Conde: me presento a V. E. sin otra recomendación que la que pueda darme mi primer ensayo; ni tengo otras recomendaciones, ni haría uso de ellas aunque las tuviera. No le pido que lea mi drama, porque no le hago el agravio de juzgarle tan desocupado; pero toda obra nueva exige de derecho que se lean las primeras páginas, y eso es precisamente lo que exige la mía. Si por ellas halla V. E. que podía merecer su bondad, puede someterla al juicio de persona más desocupada, y si su fallo me fuese favorable, me atrevería a suplicarle que me conceda la gracia de ser ejecutado en el Teatro Español antes de enero; gracia para mí de inmenso valor; pero quizás pequeña si se compara con la noble generosidad que V. E. ha usado con todos los ingenios españoles. Quisiera ser muy breve, pero me parece arrogancia no suplicarle de nuevo que me perdone mi atrevimiento, atendiendo que, a pesar de ser el drama que le re-mil fundamento de todas mis esperanzas, me hallaba resuelto ya a retirarme sin ejecutarlo. En tan penosa situación se prescinde de todo, pues si es triste perder la esperanza cuando los años han ido disminuyendo los deseos, V. E., que aun no se encuentra lejos de mi edad, comprenderá cuán doloroso será perderla al comienzo de la juventud y cuando todos los deseos y en especial el de la gloria conservan toda su intensidad. Se ofrece de V. E. s. s., q. b. s. m., Adelardo Ayala.—Madrid, 1.0 de septiembre de 1850, calle? del Desengaño, núm. 19, cuarto 3 °"
Viene de antiguo, sin duda, el qué se pida a los ministros todo lo pedible y algunas cosas más. Sobre ello, aquel ministro de la Gobernación era amante del teatro y protector de los autores, en favor de los cuales hizo la reglamentación que comenzó a sacarles del dominio de los empresarios. Y así, al recibir la carta que le adjuntaba un drama, procedió como si se tratase de un expediente normal encauzado por la vía adecuada, pasándolo para su informe y resolución "a quien corresponde".
Teatro Español de Madrid 1848
El Conde de San Luis entregó la obra de Ayala a su secretario particular, Manuel Cañete, el cual acaso comenzó con este motivo la labor crítica en que había de hacerse popular, encargándole que leyese Un hombre de Estado, y viera si, realmente, era representable. Cañete encontró la obra admisible, y, llamando al joven autor, le indicó algunas modificaciones para el final del último acto; hechas por Ayala que fueron éstas, el ministro impuso que se representase en el Teatro Español.
El estreno verificóse el día 25 de enero de 1851, interpretando los célebres artistas Teodora Lamadrid y José Valero los dos papeles principales, y si su éxito no fue muy grande en el público, si la crítica juzgó la obra con bastante dureza, el autor obtuvo con ella la tranquilidad económica... en forma de un destinó en el ministerio de la Gobernación.
Los corifeos del Conde de San Luis, sabiendo que el ministro se había interesado porque se estrenase Un hombre de Estado, en su afán d, dar la razón al ministro, se la dieron a Ayala Contra los espectadores, que durante el estreno exteriorizaron reiteradas muestras de su disgusto,. y contra los juicios de los más importantes diarios de entonces: La Época, que decía "tiene el gran defecto de ser demasiado extensa y ganaría mucho si su autor la despojase de algunos accesorios inútiles", y El Clamor Público, que encontraba "una gran inexperiencia en el Arte; acción escasa y lenta y escenas que agotan la paciencia del auditorio", vieron en el drama algo plausible. Y alabaron que aquella glosa de la triste suerte del privado Rodrigo Calderón demostrase un liberalismo sin excesos. El autor así se incorporaba al partido moderado, por lo que como correligionario debiera tratársele. El ministro de los moderados perseveró, pues, en su protección a Ayala y le regaló una credencial de doce mil reales.
De este modo, a Ayala le fue abierto el palenque literario por el influjo ministerial, y el premio que en la justa poético-dramática consiguió no se lo dieron ni los ingresos de la taquilla teatral ni los elogios de las autoridades literarias, sino que obtuvo el oro del Presupuesto y el laurel del partidismo político.
Para conseguir la corona que ornamenta a los hijos de Apolo y el dinero de los derechos que cobran los autores tendría que esperar la oportunidad de distinguirse, luchando en el terreno donde dirimen su constante contienda el Poder y la Oposición.
Luís de Oteyza
Vidas Españolas e Hispano-Americanas del Siglo XIX, Madrid, 1932 

miércoles, 8 de julio de 2015

La vida en Guadalcanal años 30, siglo XX (11)

 
Noticias publicadas en los diarios de la época
 
Ferias y fiestas de la provincia
Feria y fiestas patronales de Guadalcanal 

Durante el pasado fin de semana ha tenido lugar en la villa de Guadalcanal la feria de ganado y fiestas patronales.
Esta fiesta de ganado que es de las más concurridas del sur de Andalucía, asistiendo tratantes y ganaderos de varios pueblos, no ha tenido la brillantez que en años anteriores, debido a los acontecimientos de huelgas que vienen ocurriendo en este pueblo, principalmente en los sufridos gremios del campo, panaderos y albañiles.
Los tratantes han comentado el poco negocio de compra-venta-cambio de todo tipo de ganado, esencialmente el equino.
Las feria, por otra parte, se ha desarrollado con la brillantez de años anteriores con grandes bailes en sus casetas, atracciones para la chiquillería un partido de fútbol.
Miercóles, 6 de Septiembre de 1933

La provincia al día
Por un supuesto erróneo se origina un conato de motín
 
Desde Guadalcanal comunicaron ayer a la autoridad gubernativa que la noche anterior al proceder dos guardias municipales a la detención de un borracho que se había caído al suelo, lesionándose, el público se revolvió contra los guardias, pidiendo airadamente su destitución, por creer que éstos habían producido al beodo las lesiones que se causó al caerse.
El jefe de la línea de la Guardia civil de Cazalla se trasladó a Guadalcanal con algunas fuerzas, y su presencia bastó para que se restableciera el orden sin más incidentes.
Una vez que se aclaró el incidente y ante la mayor presencia de la autoridad apoyada por la guardia civil y el juez de paz, se procedió a curar al hombre borracho y seguir con la normalidad ciudadana que caracteriza a este bello pueblos serrano.
Domingo, 10 de Septiembre de 1933 

La agitación social y las perturbaciones de orden público continúan en la provincia
Detención de un agitador 

Guadalcanal.- Por la Guardia civil ha sido detenido Juan Pinelo Gordón, como uno de los principales promotores de la alteración de orden público ocurrida en la noche del o del actual en esta localidad.
Jueves, 14 de Septiembre de 1933

Informaciones del Gobierno civil
Visitas
Para diversos asuntos de trabajo, turno obrero y otros de carácter social, estuvieron ayer en el Gobierno civil los alcaldes de Lebrija y Sanlúcar la Mayor, una comisión de obreros de Almensilla, otra de patrones de Guadalcanal y el alcalde y una comisión obrera de Villanueva de las Minas.
Domingo, 17 de Septiembre de 1933

Informaciones y noticias varias de Sevilla y provincia
Informaciones de la Diputación Provincial 

Celebró su acostumbrada reunión ordinaria la Comisión gestora de este organismo, presidiendo el Sr. Casas, con asistencia de los vocales, Sres. López Macias, Martín de la Portilla, González Tirado y Vargas Durán, interventor Sr. Cobos, y secretario interino Sr. Pando.
…Estudio de una partida presupuestaría para arreglo y acondicionamientos de caminos vecinales y veredas en mal estado del término municipal de Guadalcanal.
… Se aprobaron los padrones de células remitidos por el Ayuntamiento de Guadalcanal…,
Martes, 19 de Septiembre de 1933

Noticias procesales de la Provincia
… En Guadalcanal, acordaron Jesús Rodríguez Veloso y José Gordo Díaz, con otro no procesado, ir de Guadalcanal a Cazalla a buscar bombas, adquiriendo 14 de ellas y 13 cartuchos de dinamita, que transportaron en un burro y escondieron primero en casa de Jesús Rodríguez, después en la de Tomas Gómez Sánchez, con consentimiento de ambos y, finalmente los llevaron al campo a unos kilómetros del pueblo, donde las intervino la guardia civil.
Jueves, 5 de Octubre de 1933

Las conclusiones definitivas del ministerio Fiscal 

Primera.- En la primavera de 1932, agitadores profesionales, aprovechando la mala situación de los campesinos andaluces, se dedicaron a predicar entre ellos la revolución social, haciéndose creer que fácilmente podrían conseguir sus fines mediante el empleo de explosivos contra haciendas y máquinas agrícolas y, en su caso, contra la fuerza pública y los que se opusieron al movimiento anarco-sindicalista. No han podido comprobarse ni la finalidad última ni verdadera por ellos perseguida ni quienes fueran los directores e inductores del movimiento.
… Continua el fiscal informando sobre los descubrimientos de bombas en Carmona, Utrera, Alcalá de Guadaira, Puebla de los Infantes, Guadalcanal, Alanís  y Cazalla de la Sierra.
Terminada la lectura de las conclusiones definitivas del fiscal, y elevadas también a definitivas las que tenían formuladas provisionalmente las defensas, se concedió la palabra al Sr. fiscal que mantuviera las suyas.
Viernes, de Octubre de 1933

Noticias de sucesos
Sustracción de una cartera 

Sevilla.- el vecino de la localidad de Guadalcanal D. Cándido Díaz Parra denunció en la Camisería que, cuando viajaba en un tranvía de la Ronda, le sustrajeron sin violencia del bolsillo de la americana una cartera con la importante cantidad de 575 pesetas.
Viernes 27 de Octubre de 1933

La invasión de fincas rústicas
Protesta de la patronal en Guadalcanal 

Ha sido dirigido al gobernador civil de Sevilla el siguiente telegrama:
“A pesar buenos deseos Guardia civil, por ser insuficiente su número, siguen asaltos fincas en este término y en el de Cazalla por grupos obreros, robando bellotas y aceitunas.
Para burlar denuncias guardas jurados van los de un término a otro, incluso a este de Guadalcanal los de Extremadura, evitando ser conocidos, insultando, desafiando guardas, cargando caballerías frutos a vista de aquello.
Esta patronal ofreció colocar por quince días 220 cabezas de familia, aceptando obreros, desistiendo estos siguiente día por predicaciones propagandísticas—Patronal—“Por otro lado, el Consejo de Reforma agraria reunido bajo la presidencia del Sr. Benayas, acuerda enviar a Guadalcanal (Sevilla) un total de 6.187,50  pesetas para asentar nuevas  familias jornaleras.
Miércoles, 14 de Noviembre de 1933 

La bolsa del Sello
Filatelia
Vendo cien sellos República Española corrientes Adelardo Rivero Castelló (Guadalcanal-Sevilla).
Domingo, 24 de Diciembre 1933 

TAL FECHA COMO HOY
CALENDARIO DE TALIA, 30 de diciembre  de 1879
Muere Don Adelardo López de Ayala

A las tres y media de La tarde del día 30 de diciembre de 1879, y en el piso segundo de la casa número 8 de la calle de San Quintín, fallecía, a los cincuenta años de edad, D. Adelardo López de Ayala, presidente a la sazón del Congreso de los Diputados y uno de los literatos más populares del pasado siglo. Ayala había nacido e n Guadalcanal (Sevilla) el 1 de mayo de 1829, Estudió  las primeras letras en su pueblo natal, y a los catorce años fue a Sevilla a continuar sus estudios.
Más tarde pasó a Villagarcía y luego se trasladó a Madrid, donde vino dispuesto a triunfar corno poeta y dramaturgo, abandonando la carrera de  jurisprudencia. Su primera obra estrenada en Madrid, titulada "Un hombre de Estado” y puesta en escena en enero de 1851, no obtuvo un éxito ruidoso, pero dejó adivinar en Ayala un gran dramaturgo, que más tarde habría de triunfar espléndidamente.
Poseedor de un modesto empleo en  Gobernación, perdió éste al advenimiento del partido progresista, y entonces se hizo redactor de "El Padre Cobos”, periódico satírico, que tan sangrienta oposición había de hacer  a los progresistas durante el bienio1854-1856, con cuyas campañas contribuyó a  preparar y llevar a cabo la revolución de septiembre de 1868.
Él fue quien redactó el manifiesto de Cádiz, que en persona llevó al marqués de Novaliches en nombre del duque de la Torre, y, triunfante la revolución, fue nombrado ministro de Ultramar.
Afiliado más tarde al partido conservador, ingresó en la coalición monárquica dirigida por Cánovas, bajo cuya presidencia fue  ministro, obteniendo en dos legislaturas la presidencia del Congrego, cuyo cargo ostentaba al fallecer.
Aunque brilló en la política, su personalidad donde más destaca es en la  literatura y en el teatro. Sin sus obras, que han quedado en el libro de nuestra dramática, el nombre de Ayala quedaría oscurecido entre el fárrago de tantos otros que cruzaron por el campo de la política para esfumarse después al cesar en sus actividades.
De toda su labor teatral, no  muy   extensa, pero sí meritísima, destacan por su valor efectivo y por su versificación excelente y arrebatadora "El tejado de vidrio», "El tanto por ciento” y “Consuelo".
Las tres comedias citadas, sin ser renovadoras en la forma ni en el fondo, sin descubrir una nueva personalidad  teatral en su autor, poseen cualidades propias para ser destacadas entre la inmensa mayoría de las obras estrenadas en su época, por el magnífico ropaje poético que las avalora, por la alteza, de miras en su idea, y por la concepción de los hermosos pensamientos de que están cuajadas.
Los tres citados estrenos marcan  tres fechas gloriaseis en la historia de nuestro teatro del pasado siglo.
A más de esl.as tres comedias, escribió otras tres:  ”Rioja”, "Los Dos Guzmanes” y "El nuevo. Don Juan”, todas meritísimas, pero sin la fuerza, y el empaque de las primeras.
Refundió "El alcalde de Zalamea.” y "El conjuro”, de Calderón, labor que pasó inadvertida, e hizo una traducción en prosa de "Haydeé” de poca importancia.

También cultivó la, zarzuela, en la que si no brilló como en la comedia, logró, al menos, meter mucho ruido, sobre todo en las tituladas “El  conde de Castrella», prohibida a la tercera representación, y "Los comuneros”, estrenada después de la revolución del 54, lo cual dio motivo a sendos alborotos entre liberales y moderado.Además de estas zarzuelas estrenó "La estrella de Madrid”  y "El agente de matrimonios”, más un lindo sainete titulado “Guerra a muerte”.
El entierro de Ayala constituyó  una  gran manifestación de duelo, acaso  más que por su cargo político por su limpia historia, de autor dramático.— Fidel Prado.
Sábado, 30 de Diciembre de 1933

Hemerotecas

sábado, 4 de julio de 2015

Inicio, auge y decadencia de las minas de Guadalcanal 67

La vida en la mina 2

la oferta de mano de obra
Y es que, visto todo lo anterior, será la falta de mano de obra un problema que aquejará de forma continua a las grandes minas hispanas que emplean un contingente importante de mano de obra y que tratan de organizar la producción con medios  para conseguir mayores rendimientos que en el resto de las minas, donde todos los problemas a que antes hemos aludido se producen en grado mucho mayor, pero a las que no afectan  de la misma forma, ya que su horizonte de producción y, por tanto, sus exigencia; productividad son radicalmente diferentes. A la escasez general de brazos para el trabajo que parece poder constatarse en España durante la segunda mitad del siglo XVI, se una especial repugnancia que parece afectar al trabajo minero, especialmente si éste le convierte en fuente única de ingresos. En circunstancias especiales, este problema se agrava aún más; en 1573, Rodrigo Lucas informaba que no se hallaban brazos para trabajar en las minas de Alcudia-Almodóvar, porque
“an sacado tanta gente del rreyno para la guerra, que a de auer falta de trabajadores. Por esta causa se deue procurar entretener a los estrangeros para adelante no los echemos de menos” 89.
Ya hemos visto antes algún atractivo en forma de privilegio que intenta fomentar el, flujo de mano de obra hacia la minería. Se buscan otros incentivos, alguno de especial interés en años de carestía: actuar a través del abaratamiento de los abastecimientos, tan importantes como la subida de los salarios. En 1558 escribía el veedor de Guadalcanal:
“de tener un buen abastecimjento en la fábrica, redundaría bien a toda la fábrica de comerse el pan barato, valiendo tan caro en aquel tienpo, que no es poco remedio, ni lo sería para esta hienda de V.M. andar descansada de gente trabajadora, lo qual lo andará sieñpre que los mantenimientos los den en moderados prescios, lo qual se puede hacer sin perder nada, antes se ganaría el contento de la gente trabajadora, y que no osasen por esto los veranos pedir acrescentamiento de jornales90
En 1570, eran trabajadores de la propia mina quienes abundaban en la misma opinión; Avaro Blanco, capataz morisco, informaba:
“que convernía prever con gran diligencia en que se buscase trigo y se trajese a estas minas en abundancia, y se amasase aquí, y se diese y repartiese entre las personas que aquí trabajan porque con esto venía mucha gente a trabajar y se tornarían los destajos más baratos con saber que hay trigo en moderado prescio, porque si viniese el tienpo a no tener pan, como paresrce que se ha encaminado estos días, la jente que aquí trabaja precisamente había de desamparar la labor por ir a buscar pan, pues aquí no lo hay ni lo puede haber sí no es de acarreo y en los lugares de donde se trae, habrá falta en traerlos” 91
En el caso de Guadalcanal, respecto a la oferta de mano de obra hay que distinguir los grupos muy bien diferenciados:
— Los «mineros-campesinos», aquellos que trabajan en las minas, pero al mismo tiempo mantienen su relación anterior con las actividades agrarias y, por lo tanto se dedican al trabajo minero de forma parcial.
— Los “mineros profesionales”. Gentes dedicadas al trabajo de la minería a tiempo completo.
Los primeros proceden generalmente de un radio no demasiado alejado respecto a la mina andaluza. Vienen en la mayor parte de las ocasiones de otras localidades con tradición minera anterior, situadas en la actual provincia de Badajoz, Azuaga, Castuera y Hornachos especialmente, además de Fuente del Arco y Llerena; evidentemente, también de las localidades más cercanas: Cazalla, Constantina, la propia Guadalcanal, pese a que, como más adelante veremos, se producen reticencias frente a los naturales de ésta. con frecuencia, suelen formar cuadrillas a las órdenes de mineros profesionales de su misma procedencia que hacen de destajistas.
Los mineros profesionales, aparte de los extranjeros ya antes estudiados, proceden en primer lugar de las localidades extremeñas antes citadas y acuden allí como destajistas o de labores especializadas —fundidores, afinadores, picadores—. Un grupo muy significativo es el de los moriscos de Hornachos, gente a quien se considera muy experta en labores le derribo y, en general, en todos aquellos trabajos mineros en los que no fuera necesario el uso de las nuevas técnicas alemanas, pero frente a los que existe un cúmulo de prevenciones de otro tipo, de origen claramente racista:
“Antes que se proveyese que Agustín de Zárate fuese a beneficiar esas minas, se hicieron en ellas muchos hurtos e fraudes, y aún después que él fue se hicieron algunos, porque como los que entendían en las labores dellas eran naturales de Hornachos y Azuaga, y los más dellos moriscos, y estaban acostumbrados  a  hazer hurtos e fraudes e no los podían quitar la costunbre, especialmente siendo el metal tan rico”.
En 1557, otra información se expresaba así:
“son tantas las maneras que antes que aquí viniera se husaban, en especial en los moriscos que no sauen dezir verdad ni tienen congiencia para dexar de hurtar que según es público y notorio se hurtarán de tres partes una. (...) Ay moriscos en Hornachos que tiene de un año a esta parte 12.000 ducados de hacienda, y teniendo antes 1.000”.
Junto al destacado grupo de los de Hornachos, había allí presentes también moriscos procedentes de Azuaga, Plantea ello una pregunta de imposible contestación dado nuestro nivel actual de conocimiento, ¿era el oficio de minero ya antes de la aparición Guadalcanal característico de moriscos o son moriscos simplemente porque su proporción era muy alta entre los habitantes de Hornachos y Azuaga, pueblos con tradición minera? Contestar a la pregunta resolvería algunas cuestiones en relación con la consideración que antes de Guadalcanal merecía el oficio de minero. En cualquier caso, gentes de este grupo social pueden encontrarse también trabajando en otras pequeñas minas reales como Valverde de Mérida o Aracena, en minas particulares como las de Almodóvar-Alcudia o Zalamea de la Serena y en Almadén después de 1571, aunque en este caso como mano de obra forzada a residir allí tras la guerra de Granada 92.

89 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 127, fol. 3,
“porque si no se procura cómo esta gente se entretenga, bolueran a su tierra por facilitar ocupación y no vernán por acá auiendo tanta distancia de camino y tan trauajoso”.
90 A.G.S. Diversos de Castilla, Leg ° 46, fol. 21.
91 A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda.
92 En enero de ese año se pregona en la villa de Almadén y su partido una carta real en la que s escribe:
“habemos sido informada que algunos de los moriscos que se han sacado del reino de Granad (...) van y vienen a la sierra, donde todavía quedan algunos rebelados y que los proveen de vituayas (...)”.
A raíz de ello se ordena su residencia obligatoria y la vigilancia de los moriscos, así como que
“si alguno se topase más cerca del reino de Granada que del lugar que se le ha señalado para estar, se ahorque irremisiblemente”;
cfr. MATILLA TASCÓN, A.: Op. cit., pp. 382-383. El más conocido de los moriscos es el capataz Francisco Blanco, que en 1567 solicitaba
“que se le  paga merced luego de que se le ale a él y a sus hijos Vierto destierro que tiene por el Santo Oficio de la villa de Hornachos veinte años ha, siendo muchacho, y esto D. Francisco de Mendoza se lo prometió muchas vezes y con esto le entretenía en las minas y sin esto no trataría cosa»;
cfr. GONZÁLEZ, T.: Noticia histórica..., vol. II, pp. 212-213. Una información dice de él que se había criado entre las minas de Almodóvar y Hornachos; cfr. GONZÁLEZ, T.: Op. cit., vol. 1I, p. 121.
Sobre la destreza de los moriscos, cfr. A.G.S. Consejo y Juntas de Hacienda, Leg.° 51, fol. 23, sobre las minas del campo de Calatrava en 1563:
“la vena del Viejo anda buena, aviamos la quitado a los moriscos y dádola a los españoles (sic); y visto que no se daban buen maña la dimos a los moriscos de Hornachos”.
La prevención contra los moriscos aparece reflejada en las ordenanzas de octubre de 1556:
“el dicho administrador no consienta que en la dicha fábrica esté ni rresida ningún morisco de hornachos, si no fueren los de Francisco Blanco a cuyo cargo está la labor de los pocos (...) 3 aquellos no los consientan entender en otra ninguna cosa de la dicha fábrica ni entren en la; fundiciones ni afinaciones, ni en la casa de los metales”;

cfr. A.G.S. Escribanía Mayor de Rentas, Minas, Leg.°14, fol. 5.


De Minería, Metalúrgica y Comercio de Metales
Julio Sánchez Gómez