La actual ubicación de la
población de Guadalcanal data de la época romana, estaría enclavado el
asentamiento de Sipaso y posteriormente se llamó la mansión Canalía, este
enclave estaba ubicado en la ruta décima del recorrido ibérico de la Vía Romana
del itinerario de Antonino Augusto Caracalla (1), recorría la parte de la
península ibérica entre Híspalis (Sevilla) y Emérita (Mérida), que recorría una
distancia de 162 ó 155 millas romanas (2).
De los varios nombres que en la
época romana tuvo Guadalcanal, el historiador Rodrigo Caro y citando a Plinio,
llama a la actual Guadalcanal con en nombre de Tererses: "Así, pues, el lugar de Canani se denominó Tereses, que piensan
algunos (argumenta R.Caro) es Guadalcanal, en la sierra, dentro de los términos
de Beturia..."
Canalía era un enclave de gran
importancia minero y metalúrgico ya en aquella época, estando en el intermedio
de la ruta entre Celti y Regina, en su trazado común de la ruta hasta
Constantina, si bien parece que era una alternativa del trazado entre Cazalla
de la Sierra por Alanis y San Nicolás del Puerto.
El tramo entre Celti (situado
cerca de la aldea de las Navas, en el término municipal de Constantina y otros
autores la sitúan en el Puebla de los Infantes) y Regina (término municipal de
Reina), el asentamiento de Canalis tenía gran importancia como punto
estratégico.
Este recorrido de la vía que
tenia una distancia aproximada de 64 millas romanas (cercano a los 96
kilómetros), esta medición puede ir desde Peñaflor, la Puebla de los Infantes,
Constantina, Cazalla de la Sierra y Guadalcanal con algunas variantes y hasta
llegar a Regina, era de gran tránsito de personas y mercancías ya que enlazaba
con la "vía Lata" (Vía De La Plata), recorrido básico que unía el
sudeste de la península con el norte, aun cuando Sevilla y Mérida tenia doble
comunicación a través de la Vía de La Plata.
Igualmente, por su situación,
Guadalcanal era un importante enclave de transito ente Andalucía y Extremadura,
en el camino de mercancías hacía Lusitania, por lo que se asentaron muchas
familias, principalmente de mercaderes y mineros.
Plinio en su libro Tácito cita
que el emperador Otón (3), sucesor de Sergio Suplicio Galba, concedió a la
villa de Guadalcanal junto con otras metrópolis más importantes como Mérida y
Sevilla, el derecho de ciudadanía romana, con todos los privilegios y
prerrogativas, por la buena acogida y la vinculación con ésta colonización.
La arqueología también nos ofrece
vestigios romanos, como son los restos de una calzada romana en el margen
derecho del arroyo del Arco (por estas tierras pasaba la vía romana de Híspalis
a Emérita) o el Sarcófago hallado en la finca de Santa Marina (4), sin duda lo
más significativo de la arqueología de este periodo.
Las actividades mineras en la
Sierra Morena Sevillana pueden remontarse, al menos, hasta la época romana. Uno
de los mayores promotores mineros de esta época fue el pretor Sextus Marius,
llegado desde Roma en el 114 a.c. con la misión de combatir a los lusitanos que
depredaban la Hispania Citerior. Pronto se convertiría en el dueño de las minas
de cobre, oro y plata de la Sierra Morena, cuya denominación procede de la
deformación popular de su apellido.
En la Sierra Norte se han
reconocido vestigios de trabajos romanos en la mina del Pago de Gibla
(Constantina) y en el Cerro del Hierro (San Nicolás del Puerto), en éste se han
encontrado candiles y útiles mineros localizados hasta 50 m de profundidad.
También se han encontrado vestigios en los criaderos de plomo argentífero de
Alanís y Cazalla. Aunque no hay testimonios directos, algunas fuentes antiguas
citan explotaciones romanas en las antiguas minas de plata de Guadalcanal.
Por otro lado, también se han
reconocido numerosas labores romanas en el distrito pirítico de Huelva y
Sevilla. En la Sierra Norte Sevillana destacan las Minas de Silillos, Cuchillón
y Caridad (Aznalcóllar) y Admirable (Castillo de las Guardas).
El general Cneo Escorpio al mando de las primeras centurias y legiones romanas
combatieron a los cartagineses por el dominio de la Península Ibérica y formó
tres provincias: Tarraconense, Bética y Lusitania, Guadalcanal formó parte de
la oriental Bética (Provincia Hispana
Ulterior Baetica), con capital en Corduba (Córdoba).
(1).- Antonino Augusto Caracalla,
nació el 4 de abril del año 188 en Lugdunum, actual Lyón, cuando Septimio
Severo estaba sirviendo como gobernador en la provincia de la Galia bajo el
mandato del emperador Commodo. Once meses más tarde el 7 marzo del 189 nacía su
hermano Publio Septimio Geta en la ciudad de Roma.
El verdadero nombre de Caracalla
era Lucio Septimio Bassiano pero a la edad de 7 años de edad y ya con su padre
Septimio Severo como emperador se cambió su nombre por el de Marco Aurelio
Antonino Bassiano, al ser proclamado por su padre César en la ciudad de
Viminacio durante el transcurso del año 196 d.C., conectando así la familia de
los Severos con la de los Antoninos.
(2).- La distancia y recorrido
depende en parte de los autores y el sistema de medida, la milla romana que
equivalía a mil pasos, va desde los 1478 a los 1672 metros, por lo que estamos
barajando unas cifras que desde las 155 a las 162 millas (de 239,436 a 259,160
kilómetros).
(3).- Marco Salvio Otón, llamado
en ocasiones Marco Otón César Augusto y más comúnmente conocido como Otón
(Ferentinum, 25 de abril de 32 - Bedriacum, 16 de abril de 69), fue emperador
del Imperio romano desde el 15 de enero al 16 de abril de 69. Tras la muerte de
Servio Sulpicio Galba, convirtió en el segundo en ascender al trono durante el
año de los cuatro emperadores.
(4).- Ubicado en un cerro a unos
quinientos metros al oeste del Cortijo de Santa María inmediato a la cañada de
Esteban Yáñez, se fue hallado el sarcófago de piedra de la época romana de unas
medidas aproximadas de 210x70x54 cm. con unos 35 de profundidad y paredes de 11
cm. De grosor, de forma rectangular terminando los extremos en semicírculo, que
por encontrarse cerca de un pozo fue utilizado como abrevadero de ganado. En la
parte S.E. Del término de Guadalcanal, en la finca de las Tobas se hallaron
sepulturas romanas de inhumaciones cubiertas por losas y en la finca de la
Torrecilla al N.O. Cerca de la era de los Comuneros, al lado del arroyo
Donadio, aparecieron restos de ladrillos, vasijas y un gran trozo de firme que
pudo pertenecer a un deposito de agua construido en la época romana.
Fuentes.- Saavedra y Blázquez
Fuentes.- Saavedra y Blázquez
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