By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



martes, 28 de febrero de 2012

El Proceso Autonómico Andalúz durante la II República

Copia acta 17 Octubre 1932
Adhesión de Guadalcanal al primer movimiento autónomico de Andalucía


Los ayuntamientos de toda Andalucía se fueron adheriendo en distintas fechas y formas a este movimiento, en pleno celebrado en el consistorio de Guadalcanal el 17 de Octubre de 1932, se designa al Primer Teniente de Alcalde Francisco Parrón Romero para comunicar la adhesión de esta corporación, según oficio municipal con el escudo de la localidad de fecha 21 de Octubre número 963, y firmado por Manuel Gálvez Murillo en funciones de Alcalde.
A continuación se transcribe parte del acta de la sesión plenaría en la página 199 y siguiente del libro custodiado por el Sr. Secretarío D. Adrían Salinas Carrasco, celebrada la efecto:

En la villa de Guadalcanal á diez y siete de Octubre de mil novecientos treita y dos, reunidos los concejales que constan al margen (*), bajo la presidencía del Sr. Alcalde D. Manuel Gálvez Murillo, siendo las nueve de la noche al objeto de celebrar en segunda convocatoría, la sesión ordinaría siguiente.
--- Dada lectura á la comunicación fecha 10 del actual, de la comisión organizadora de la Asamblea Regional sobre el Estatuto Andaluz, se acordó adherirse esta corporación y designa representante a D. Francisco Parrón Romero--- (sic).
(*) Sres. Asistentes.- Manuel Galvez Murillo, Francisco Parrón Romero, Juan M. Pinelo Ortega, Ignacio Llanos Capellán, Jesús Martínes Burgos, Manuel Pérez Trancoso, Antonio Bernabé Gálvez, Andrés Romero de la Rosa, Eugenio Barrera Chaves, Manuel Pérez Omenac, -Secretario Adrián Salinas Carrasco-

La Autonimía de Andalucía durante el primer tercio del pasado siglo se convirtió en un movimiento reivindicativo con el fin de conseguir mejoras sociales, ecónomicas y políticas, no obstante, hasta la proclamación de la Segunda República y la promulgación de la Constitución de 1931, no se abrió la posibilidad legal de conceder cierta autonomía política a las regiones españolas, centrada inicialmente, y según lo acordado en el Pacto de San Sebastián, en el caso catalán. En Andalucía, ya en abril habían resucitado las primeras asociaciones del andalucismo, los Centros Andaluces, los cuales se transformaron en la Junta Liberalista de Andalucía, con un programa federalista. A propuesta de la Junta, la Diputación Provincial de Sevilla convocó en mayo de 1931 una asamblea de municipios sevillanos para abordar la consecución de la autonomía andaluza. La asamblea, sin embargo, no tuvo lugar hasta después de las elecciones constituyentes, el 6 de julio. En ella, se acordó redactar un proyecto de estatuto de autonomía, al mostrarse la mayoría de los municipios sevillanos favorables a la autonomía, pero siempre que no se atentase contra la unidad de España. Esta iniciativa, sin embargo, tuvo poco éxito. Al escaso respaldo popular (sólo la débil prensa andalucista promovió la autonomía) se unió la suspicacia del resto de provincias contra un supuesto neocentralismo, basado esta vez en Sevilla. La debilidad del movimiento andalucista era patente. Por una parte, la Diputación Provincial de Granada proponía a las de Jaén y Almería formar una región autónoma oriental, en tanto que la de Huelva dudaba entre permanecer al margen de cualquier autonomía o vincularse a Extremadura.

A pesar de todo, las diputaciones provinciales andaluzas aprobaron el 26 de febrero de 1932 en Sevilla un anteproyecto de Estatuto bastante limitado, que proponía simplemente una descentralización administrativa, similar a la de una mancomunidad. Sólo dos fuerzas marginales como los andalucistas y los federales consideraron este anteproyecto claramente insuficiente. Nada se hizo hasta la Asamblea de Córdoba del 29 al 31 de enero de 1933. En esta asamblea se aprobaron, después de arduas discusiones, unas Bases para el Estatuto de Autonomía de Andalucía que se alejaban del anterior anteproyecto y se aproximaban a los estatutos catalán o gallego. Sin embargo, los representantes de Granada, Jaén y Almería, por un lado, y los de Huelva por otro, volvieron a expresar su rechazo a una autonomía andaluza, llegando los representantes de Almería, Granada y Jaén a abandonar la asamblea. Con la llegada de las derechas al poder en España, el proyecto quedó congelado y nada volvió a hacerse hasta después del triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. En abril de ese año, la Junta Liberalista Andaluza volvió a hacer aparición creando Acción Pro-Estatuto Andaluz y llevando a cabo una campaña de difusión de las bases aprobadas en Córdoba en 1933. Tras la legislatura radical-cedista, el Frente Popular se mostraba más partidario de apoyar los estatutos de autonomía y eso se tradujo en su apoyo al de Andalucía, si bien Granada y Huelva seguían expresando sus reticencias al proyecto. El 5 de julio se celebró en Sevilla una asamblea convocada por la Diputación sevillana, sin que se alcanzasen resultados concretos. La sublevación militar que se produjo poco después y dio origen a la Guerra Civil hizo morir el proceso. Durante la guerra Blas Infante fue fusilado.

Fuentes.- Archivo Municipal de Guadalcanal, libro El Proceso Atónomico de Andalucía Durante la Segunda República de José Díaz Arriaga/Manuel Ruíz Romero y archivo del autor.

Rafa Spínola R.

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