By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 2 de noviembre de 2011

Pedro Ortega Valencia y Guadalcanal 1


08 de Septiembre de 1964.- GUADALCANAL EXALTÓ LA FIGURA DEL DESCUBRIDOR PEDRO ORTEGA VALENCIA. (1)
Transcribo en una serie de tres entregas el articulo publicado en el diario ABC (edición andaluza) el martes ocho de Septiembre de 1964 , en sus páginas 27 a la 29.

Guadalcanal exaltó la figura del descubridor Pedro Ortega Valencia

Guadalcanal 7. (Crónica de nuestro enviado especial) 
Guadalcanal está situada en un pequeño valle, en las estribaciones de la sierra morena, por la linde norteña de la provincia de Sevilla. El domingo, Guadalcanal vio y vivió un día grande. Quizá no haya tenido otro igual desde que nació a la historia más cercana, en 1241, cuando fue reconquistada por los maestres de la Orden de Santiago. Fue día grande y marinero. Se exaltaba la figura de un hijo ilustre del pueblo, Pedro Ortega Valencia, navegante esforzado de lo que en el siglo XVI era todavía la desconocida mar océana, descubridor de la isla homónima de esta villa serrana.
Eran las diez menos veinte de la mañana del domingo cuando en los aires de la sierra –siempre quietos, nunca alterados más que por los cotidianos repiques de la torre de Santa María- empezaron a atronar los motores de los helicópteros. A lo largo de la sierra del Agua, sobre la loma de Hamapega, donde se halla el poste repetidor de Televisión Española, aparecían media docena de helicópteros.
En el campo de feria, en el antiguo Coso donde antaño se celebraba la feria de ganado, esperaba el gentío. Con un ensordecedor ruido de motores, fueron posándose con exactitud y con tino –con esa aparente felicidad de lo difícil- los aparatos. Primero tomó tierra un Sikorsky S-55 de las USAF, que trajo a bordo al teniente coronel W. Moore, de la JUSMG de Madrid; capitán de navío A. A. Barhes, jefe de Actividades Navales de los Estados Unidos en España; teniente coronel Petersen, comandante de las fuerzas de Infantería norteamericana de la base de Rota, así como el sargento mayor Murray L. Kabase, superviviente del desembarco estadounidense en Guadalcanal.
Seguidamente, tomaron tierra un Sikorsky S-58 y cuatro Bell 47G-2, de la flotilla de helicópteros de la Base Naval de Rota, en los que llegaban el capitán general del Departamento Marítimo de Cádiz, almirante Cervera, que ostentaba la representación del ministro de Marina; el contraalmirante Pardo, jefe de la base de utilización conjunta de Rota; general de Infantería de Marina, señor Aguilera; comandante militar de Marina de Sevilla, señor Cervera y Cervera; teniente vicario del Departamento Marítimo, don Abilio Piedrola Gastón, y otras autoridades de Marina.
Por carretera llegaron inmediatamente el general segundo jefe del Gobierno Militar de Sevilla, señor Durbán Crespo, quien ostentaba la representación del capitán general de la II Región; general jefe del Estado Mayor de la Región Aérea del Estrecho, señor Salvador; cónsul general de los Estados Unidos en Sevilla, Mr. Paul Guest; director de la Casa Americana de Sevilla, Mr. Dorsay; vicepresidente de la Diputación Provincial, don Pedro Gutiérrez Calderón; diputado provincial y alcalde de Alanís, don Luis Narbona; secretario provincial de Sindicatos, señor Álvarez de Toledo; delegado gubernativo para Guadalcanal, don Haraldo Dhalander, y otras autoridades y representaciones.
Poco antes de las diez llegó en automóvil el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento, don José Utrera Molina, que fue recibido por el alcalde de la villa, don Francisco Oliva Calderón, y cumplimentado por todas las autoridades y personalidades presentes. Al señor Utrera Molina acompañaba el consejero provincial señor Lucena y diversas jerarquías.

INAUGURACIÓN DE UN GRUPO ESCOLAR
En el campo del Coso, donde se había congregado casi toda la población de Guadalcanal, hubo aplausos de bienvenida para el señor Utrera, quien en compañía del almirante Cervera y demás autoridades se dirigió a pie hacia el centro de la población, siguiendo un recorrido por las calles Menéndez Pelayo, Paseo de la Cruz, Santa Clara, Juan Campos y plaza de España. Después de permanecer breves instantes en el Ayuntamiento, se dirigieron en automóvil nuevamente al Paseo de la Cruz, para proceder a la inauguración de un grupo escolar que lleva el nombre de Pedro Ortega Valencia. El almirante Cervera descubrió una lápida de azulejos con el nombre de Ortega, y seguidamente, el director del grupo escolar, don Francisco Ortiz Maltrana, pronunció unas breves palabras. Fueron frases de satisfacción y de promesas. Satisfacción porque un grupo escolar llevase el nombre de un hijo ilustre de la villa; promesa de que, en adelante, en aquel grupo escolar se ejemplarizaría la figura de Pedro Ortega Valencia, hito en “esa cosa tan sencilla y tan difícil que es la historia”.
Tras las palabras del director del grupo escolar, las autoridades visitaron detenidamente las seis aulas de que consta, dedicada a la enseñanza de niñas. Más tarde, iniciaron un recorrido en automóvil por la carretera de Fuente del Arco, llegando hasta el cruce con la de Valverde de Llerena. De regreso al pueblo, las autoridades se detuvieron en el sitio conocido por “El Puerto” desde donde admiraron el bello paisaje serrano que rodea a Guadalcanal. Después se dirigieron por la carretera de Alanís hasta el sitio denominado “San Benito”, junto a la línea de ferrocarril Sevilla-Mérida, desde donde emprendieron regreso al pueblo.

MISA DE CAMPAÑA
Quizá uno de los actos más emotivos del homenaje de Guadalcanal a Pedro Ortega Valencia fuera la misa de campaña, en el Paseo del Palacio, donde había sido levantado un altar, en el que fue colocada una imagen de la Virgen del Carmen. Guindolas, gallardetes, remos, maromas y banderas le daban al ambiente, un grato sabor marinero, que contrastaba curiosamente con el viento de la sierra, un aire con olores a jara, a orégano y a tomillo que llegaba desde los montes que rodean el pueblo.
Ante el altar estaba formada una compañía del Tercio Sur de Infantería de Marina, con escuadra, bandera y música, al mando del capitán Julio Yáñez. Llegadas las autoridades, poco después de las doce –a los acordes del himno nacional- fue llevada la bandera al presbiterio. La misa fue oficiada por el padre Piedrola, actuando como presbítero asistente el párroco de Santa María de la Asunción, don Francisco Barrena Cobano. Durante el santo sacrificio, la banda de Marina interpretó diversas composiciones. Había emoción y devoción en el Paseo del Palacio, abarrotado de guadalcanalenses, de gentes de todos los contornos de la comarca serrana, que en gran número habían llegado hasta Guadalcanal para asistir a estos emotivos actos de homenaje.
En el lado del Evangelio ocupaban sitiales las autoridades militares, presididas por el almirante Cervera, y en el de la Epístola lo hacían las civiles, presididas por el seño Utrera Molina.
Terminada la misa, a la compañía de Infantería de Marina española se le unió una sección de “marines” norteamericanos, que había llegado con anterioridad a Guadalcanal. Con las banderas española y norteamericana, las tropas de los dos países formaron en la plaza de España, delante de la fachada principal del Ayuntamiento. La plaza principal de la villa ofrecía un bello colorido. Gentes en balcones y azoteas. Una multitud apiñada a pleno sol –sol pegajoso de la sierra, refrescado por los aires ya otoñales de septiembre-, expectante y silente.
Fuentes .- ABC 08/09/1964 (Edición Andalucia)

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