By Joan Spínola -FOTORETOC-

By Joan Spínola -FOTORETOC-

Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



viernes, 26 de febrero de 2010

!!! QUE FAUNA !!!





HÛMANÛS CÎVÎLIS (POLÍTICO)


Pienso que hoy nuestro ecologista padre Noé no tendría que recurrir a una pareja de cada especie animal, bastaría con fichar a una pareja de “hûmanûs cîvîlis” de cualquier tendencia política, por cierto... (¿Han reparado en que nada se dijo de los vegetales y han sobrevivido?), no debería, digo, porque le bastaría con embarcar a un "hûmanûs cîvîlis” con su consorte y poco más.
En efecto, la citada especie humana que pulula por ayuntamientos y parlamentos, en tanto que la gallina (Gallus gallus), escarba en el tejido estatal al que ha terminado desgarrando en busca de su provecho personal, tal que como carnívoro ha descarnado al Estado, que anda en los huesos y anuncian para pronto su deceso económico irrevesible, en tanto que ratón (Mus músculos) goza de una enorme fecundidad que le permite multiplicarse, colocar a sus congéneres y ocuparlo todo con familiares y satélites que les rien las gracias, apenas queda parcela de la actividad humana donde no se sienta su presencia, se siente cual ave de presa y anda en las alturas, en vuelo coronado, dando la impresión de que busca la visión de conjunto y de que, fiero guardián, se halla presto a lanzarse en picado sobre el primer depredador que amenace su estatus, pero su mirada no es limpia cual águila (Aquila chrysaetos) es de topo minador (Talpa occidentalis), solo le sirve para avistar al contribuyente, su presa fácil, llenar su vientre orondo, asegurar la comida en el plato, la cara de sus nepotes y fijarse obsesívamente en una nueva fecha electoral.
Se mueve de continuo, va y viene, sube y baja y siempre se lo lleva, pero su movimiento lejos de ser bello y ajustado, como el de la leona (Felis leo) al acecho, es torpe, como de chimpancé (Pan paniscus) en bipedestación y aun de pingüino (Aptenodytes patagonicus) si no fuera porque esta simpática ave no hace mal a nadie, pero abandona a sus hijos en cada ciclo, como ellos abandonan sus promesas electorales. Ellos, los “hûmanûs cîvîlis” piensa como el cuco advenedizo (Cuculus canorus), no duda en arrojar por la borda al oponente y sintiéndose Demóstenes habla y habla sin decir nada, o más bien perora, pero no es Cicerón, es cotorra policroma (Myiopsitta monachus), papagayo multicolor (Psittaccus erithacus) que repite de continuo las consignas recibidas de un depredador de mayor nivel, sin la destreza del halcón (Falco peregrinus), pero no da una en la diana de la razón, le encanta legislar, una y otra y otra vez, hasta asfixiarnos en leyes e impuestos contra natura porque es boa constrictiva (Boa constrictor).
Como un vulgar parásito vive de nuestros jugos y anida en nuestras cabezas y ha ideado estabularnos en demarcaciones autonómicas, regionales o comárcales, partiendo con otros la pitanza y el jugo, no siendo jirafa (Jiraffa camelopardalis) ni poseyendo trompa de elefante (Loxodonta africana) no duda en trepar sobre los demás o mentir para alcanzar los tiernos brotes del árbol de la vida. Ignora, el pobre, que cuanto más se alza más se le ve el trasero.
En tanto que armadillo (Dasypus novemcinctus) se guarece tras la coraza, ellos se protegen en sus blindados autos alemanes y se hacen proteger por guardaespaldas a los que, eufemísticamente, denomina escoltas, huelen como mofeta (Mephitis mephitis), como camaleón (Chamaeleo chamaeleo) gustan de camuflarse y como el avestruz (Struthio camelus), no dan la cara, acechan como el lucio (Esox lucius) y su acometida es brutal, pero es de corta carrera, narciso él, ama el perifollo y el bien vestir , pero es feo y vulgar ante un corcel.
“Nobleza obliga” no es su lema y no aguanta la mirada noble y limpia, se cree trucha salvaje (Salmo trutta fario), pero ignora que esta no sobreviviría en las aguas turbias de la política y el compadrismo, ellos si, no le caracteriza, pues, ni la vista del águila, ni la precisión del halcón, ni la talla de la jirafa y el elefante, ni la astucia del zorro, ni el temple de la leona, ni la belleza del caballo, ni nada contracorriente como la trucha, simplemente, se alimenta de la renta de nuestros votos.¡Ah, que personajes tan reducidos!, ello son el político, el pelota, el chivato y alguno más: águila, halcón, jirafa, elefante, zorro, leona, caballo ó trucha...
Nobles especies a los que desearía controlar porque, compañeros de viaje de tal espécimen no necesitaríamos para una feliz singladura, la suerte que no os deseo, votantes en potencia que, aún en ausencia de diluvio, debéis soportarlos como parte del pasaje de esta nave llamada “Nación o Comunidad o Región o Comarca o Pueblo” que, carente de proyectos, se dirige a ninguna parte, porque como diría el ínclito Rodríguez Ibarra, ellos los que nos gobiernan, pertenecen a la especie (del latín político) “hûmanûs cîvîlis”.

Rafael Candelario Repisa

miércoles, 24 de febrero de 2010

CARTA DE PASCUAS (1726)








CARTA DE PASCUAS QUE DESDE GUADALCANAL ESCRIBE UN BARBERO A DON PEDRO DEL PARRAL, VECINO DE MADRID, DICIÉNDOLE LO MAL QUE LE HA PARECIDO LOS PAPELOTES DEL RDMO. PADRE FEIJOO, DE TORRES, DE AQUENZA, DE MARTÍNEZ, DE RIVERA, y DEL MÚSICO.



Introducción
Hace algún tiempo me encontraba, investigando en la Biblioteca Nacional de Madrid, y casualmente descubrí unos documentos que, en forma de cartas escritas a distintos destinatarios, hablaban de asuntos relacionados con Sevilla y su provincia. Entre esas cartas había una muy interesante -e incluso graciosa por su contenido- escrita en Guadalcanal en diciembre de 1726, en la cual un barbero de esta localidad cuyo nombre desconozco por el momento, aunque me propongo investigarlo- escribe a un amigo suyo de Madrid para manifestarle sus opiniones sobre ciertos “papelotes" y referirse de paso a sus relaciones con su difunta esposa, teñidas con una especie de amor/odio. Sorprende de este documento la frescura de sus expresiones y la filosofía crítica y moralizante que de él se desprende; para configurar a su autor como un erudito que en el siglo XVIII ejerce la crítica literaria desde una población como Guadalcanal, supuestamente considerada hasta ahora como ajena de los mentideros cultos de la época y que, por mediación de este barbero se nos revela como un foco de cultura en el cual participan el cura y posiblemente otros nativos o forasteros llegados al lugar, según parecen indicar las alusiones a libreros, autores o impresores, o a que "todo perro cristiano saca su papelote" para leerlo, quizás, en alguna también supuestamente tertulia literaria que el barbero-autor celebraría con sus amigos en el mismo Guadalcanal, aunque esto no podamos asegurarlo con certeza y sólo sean pistas para una posible investigación posterior.
El azar ha querido que hablando un día en Sevilla de mi hallazgo con el poeta Andrés Mirón, me propusiera éste la publicación de dicha carta en una revista promovida por el Ayuntamiento de Guadalcanal, y dada la amistad y admiración que siento por Mirón, he accedido gustoso a su propuesta, pensando en dar a conocer la carta encontrada en Madrid a los actuales habitantes de la antigua Sisip (o a divulgarla si por alguien fuera ya conocida), pues tengo la intención de incluirla en un futuro libro, en el cual podrían responderse (si los hados nos son propicios y encontramos editor) algunas de las preguntas que cualquier lector atento de este documento puede plantearse, no sólo en lo referente a los nombres que en él se mencionan, sino también en cómo era la vida en Guadalcanal en el año 1726, para que pudieran desarrollarse las inquietudes culturales y críticas de nuestro desconocido barbero-autor.

En la transcripción del original y con el fin de facilitar su lectura, me he tomado la licencia de actualizar algunos arcaísmos lingüísticos y de suprimir o añadir algunas comas y puntos, conservando en lo demás el texto su integridad.

RAFAEL RAYA RASERO, Sevilla, mayo 1990.

Amigo don Pedro. Aunque en este país no me falta en que divertir mi pobre imaginación, con la máquina de estas Minas, y fatiga de mis barbarísimos lances, pues le aseguro a vuesa merced que el día que tuve ayer no quisiera que nadie de mis amigos lo pasara, pues en menos de dos horas, sajé a tres enfermos ventosas, sangré a cuatro, y lo que más es, que a mi mujer se la llevó Dios de un sincopado accidente le duró tres horas y tres cuartos y medio, y le durará para secula seculorum. Sea Dios bendito y alabado, que gracias le debo dar por haberme concedido una de las muchas cosas que le he pedido, que es enviudar. En fin, amigo don Pedro, a vuesa merced estimo tanto como a mí mismo, pues apenas me hallo en tan triste lance, cuando llama a mi puerta un mozo, con su coletazo, con más mugre que un aceitero, con una carta de vuesa merced y un envoltorio de papeles. Veo su carta, y en ella me dice me remite varios papelotes de diversión que han escrito, y ruedan en Madrid, contra un Crítico Padre, o Padre para mortificarse y el barbero para afeitar. ¿No digo en esto bien, amigo don Pedro? Pero también siento mucho el enjambre de desatinos, que han ido emballestando unos contra otros, y muchos contra ese Critico. Válgate Dios por Critico, y el ruido que has metido con tus critiqueces. Parecen conjurados contra ti todos los batallones de la muerte, pues harto trabajo te mando. Preguntó un discreto en la Corte, cuando estaba el Señor Don Carlos Segundo a lo último de su vida, qué ¿cuántos médicos le asistían? y dijo un criado de Palacio: Señor, siete le asisten. Harto trabajo le mando -dijo el Caballero- si escapa de entre siete pecados mortales, que mientras más peones entran en una viña, más presto la acaban. Harto trabajo le mando yo al Critico, si se escapa de tanto enemigo de la salud. Dios me libre de hombres que desean que los otros no tengan vida: el diablo le tentó al Padre meterse a Critico.
Pero, señor don Pedro, lo que más me admira es que un médico como Aquenza, con cien años a cuestas, cuando había de tratar de rezar solo, y arrepentirse del dinero mal llevado en sus muy caras visitas, pues a título de Cámara del Rey no hay dinero para pagarle, pues a doblón serian -como los sermones- sus visitas, se meta ahora a reparitos, y repliquitas. Deje a cada uno con su tema; y pues está ya más para morir, que para otra cosa, trate de rumiar santos, oír misas, encomendarse a Dios, comer bien, y beber mejor, y dejar correr las cosas, que quien no ha de enmendar el mundo, déjele como está, y ya que escribe, gastara el tiempo en algún Tratadillo en romance, porque el de Sanguinis, que escribió en latín, para mi es lo mismo que si escribiera en griego. Déjese ya el doctor Aquenza de repuestitas, que ya no está para eso quien está más para morir, que para escribir, tome su coche, pues no le cuesta nada, paséese, y orille, que le tendrá más cuenta que oír disparates como los que dice el Médico de Sevilla, a quien yo, si le cogiera, diera con una piña verde; porque no anduviera en cuentecitos, que a un hombre como el doctor Aquenza no es razón se le digan tales dicterios, como los que él ha encajado en medio pliego de papel, lleno de disparates. Mediquillo debe de ser principiante, quien tanta envidia arroja en tan poco papel, con sus palos, y más palos. No es nuevo entre la maldita turba de matadores de cristianos, o médicos, que es lo mismo, andar en quimeras. Ya se acordará vuesa merced, señor don Pedro, diez años ha, los librotes que salieron unos contra otros, de Crítico, o Crítico Teatro, que para mí lo mismo es al derecho que al revés. En suma, que están siendo objeto de mi diversión en ocasión tan propicia. Cierto, amigo don Pedro, que no me harán daño los papelotes, y por ellos doy repetidas gracias a vuesa merced, y hallándonos cerca de las pascuas, tan celebradas entre los católicos, del Nacimiento, debo anunciárselas a vuesa merced ahora, porque no se me olviden después, que yo no escribo cartas a nadie, sin que sea respuesta de alguna o acompañada con algo. Y pues vuesa merced vino con los papelillos, diré lo que siento de ellos, aunque no entiendo mucha Teología, pero mal dije si supiera yo escribir y contar como entiendo Teología. En fin, amigo don Pedro, en este mundo todo pasa y habiendo pasado y repasado algunos de los papelotes seis o siete veces, lleve el diablo si me acuerdo de una palabra de ellos: si solo me recuerdo que uno de ellos habla también de una burra que fue Balaán, célebre burra debió de ser. Yo me alegrara ser como ella. Todos estos papeles, según mi gran capacidad, me parece que son sobre el Teatro Crítico. Válgame Dios lo que se ve en estos siglos. Si mi abuelo viviera, y viera lo que ahora pasa, sin duda o se volviera a morir, o de cólera reventara, porque fue muy devoto de San Benito, que en Toledo le trajo a cuestas más de seis años. Pero, señor d. Pedro, lo que a mí me desquicia el entendimiento es el ver que un religioso grave, que me dice vuesa merced lo es el Padre del Crítico Teatro, se meta a médico, a astrólogo, a músico, a letrado, y a otras muchas cosas, que no son de su profesión. Deje el Padre el mundo como está, que lo mismo hago yo y hacen otros. Hubiera escrito un librazo de Teología Moral, o de Sermones, u otra materia, que a lo menos sino hubiera sacado de ganancia cuatro doblones no me hubiera malquistado con tanta diversidad de clases, que aunque yo no tengo que sentir (pues con el cónclave Barberato no parece se mete) me da mucho enfado que un hombre de cerquillo y cogulla ande rodando por estas calles, estrados y palacios, y lo cierto es que se le puede decir lo que el vizcaíno a la liebre: Más te valiera estar duermes. Déjese el Padre de crítico, que eso fue bueno para Gracián, y no para otro. Y si no, vuelva los ojos al Librazo del padre Cabrera, de su Crisis Política, y verá el despacho que tiene en las confiterías de esa Corte. Los que se destinan para místicos y moralistas, no son buenos para críticos, cada uno para lo que fue destinado: el soldado para la guerra, el labrador para cultivar, el señor para mandar, el religioso Corral, de Boix, y de Díaz, uno con agravios, otro con desagravios, otro con vindicaciones, y otros defendidos, que todos paran en pasto de polillas en las tiendas, o entre girapliega en las boticas. ¿Qué quiere decir toda esta máquina? que no hay más maldita Facultad que la de esta farándula, que con lo que yerran matan, y con lo que aciertan quitan la vida. Dios me libre de gente que matando viven, y no mueren matando. También se acordará vuesa merced, señor don Pedro, dos años ha, de otra cuestión de otros dos matasanos, uno Navarro soberbio, y otro Vallenato, apacible escéptico, que sobre la clientela médica, maldita sea su alma, que en la librería de la calle Atocha me costó diez reales, que maldita la palabra yo la entiendo, y ahora la diera por tres reales para una misa a mi mujer. Dios la haya perdonado, amén. Digo, amigo, que ya se acordará, que estos dos anduvieron a palos en la calle de Barrio Nuevo. Si yo fuera Presidente de Castilla, entonces los hubiera desterrado de esa Corte para siempre, que no tienen vergüenza de que se diga que dos médicos anduvieron a palos; y esto seria porque ni uno ni otro tuvieron habilidad para manejar los monda dientes. Ya se sabe, amigo don Pedro, que esta clase de gente no hieren con armas, que matan con plumas. Yo me abollo el seso de contemplar las quimeras, desvergüenzas, y disparates, que entre estos faramalleros ha habido, hay, y habrá: quien malas mañas ha. En fin, amigo mío, buen provecho les haga, San Antón se la bendiga, que ni vuesa merced ni yo de eso no entendemos, y sólo acá con nuestras Porradas Barberinas lo pasamos como Corregidores. Pero, mi muy caro amigo don Pedro, reparo que entre los papelotes hallo uno de Rivera, el salamanquino; y cierto que tiene sus rasgos claustrales: él parla bien, no se le quedó el pico en Salamanca, y habla de manera que todos le entendemos, él no es tonto, y dice lo que yo dijera, escribamos de suerte que sea para todos, y corra la mosca fresca, como en Tabla Carnicera. Él hace bien, pero podía dejarse también de puntillos críticos, que nació tarde para aderezar el mundo. Pero reparo en el Crítico la inmensidad de cosas que trata en un solo libro: ya veo, don Pedro, que caben muchas letras en uno sólo, que como yo solo trato con mi Porrillas, se me hacen grandes los demás. Este Crítico todo lo ha escudriñado; a cuezo de albañil me parece, que en entrando en una casa, todo lo embadurna. 0 me parece mejor al cajón del sastre, que teniendo en si diversos retales juntos, de ninguno hay pieza, ni hoja de calzones, ni mangas. En fin, son los hombres, que todo pican como el gorrión. Pero volvamos, amigo don Pedro, a mi buen Rivera. No fuera mejor que estudiara, mientras escribía cien frialdades, que ha arrojado de sí sobre cuatro pliegos que no sirven más que de cebo a los golosos, o curiosos, que es lo mismo. Climatérico me parece este año de 26, pero más lo fuera el 27, que yo con número de no tengo poca fe; y cuando llega un tabardillero al sexto, si pudiera le diera yo la Santa Unción, de miedo no se me fuera sin Sacramentos. Si, amigo mío, estos hombres quieren descalabrarle con tinta, y papel, y para nadie es esto mejor que para impresores y libreros, que a lo menos, si no ganan, no pierden nada. En suma, gente que cuando entra en las casas de cotidiano es perniciosa: Dios, por su infinita bondad, me libre de ella. Amén.
Segundo reparo se me ofrece, amigo don Pedro, o tercero, que para mí lo mismo es por delante que por detrás; y es que también nuestro don Martínez entra con sus repulidillos términos y acicalados vocablos, defendiendo al Crítico, y ofendiendo al astrólogo, que no lo es fingido; pues voto años, amigo, que todo cuanto ha dicho este año de 26, en su calendario, he observado yo en estos países. No me parece bien que este Martínez, con sus quijadas de cangrejo, gane dinero y le pierda aun el tiempo. Halagar a uno, por morder al otro, es propiedad de culebra, que lo ejecuta a un tiempo. Cuide el doctor Martín (mal nombre este, ello a duende me huele) cuide, digo, de su Teatro Anatómico, y déjele al Crítico, que lo primero le ha dado de comer, y lo segundo ni aun de cenar; ya fe que limpie de la centinela, le ha de sudar el rabo, que el Navarrillo lo puso para pelar, según me ha dicho el cura de este lugar, que yo lleve el diablo palabra entiendo de ella. Amigo mío, cada cual a su negocio, a obrar bien, que Dios es Dios, así he oído decir lo dice San Agustín, no porque yo lo he visto, pero me acuerdo de lo que me decía mi abuela: Hijo, cuando oyeres cosa que haya dicho algún santo, ten cuidado, pues te acreditas en referirlo de discreto, de leído, y no de necio. Yo, amigo, y querido de mi alma, ni soy lo uno, ni lo otro, pues sólo soy lo que vuesa merced quisiere, y así le suplico tenga paciencia conmigo, que como estoy con el grande sentimiento de la prenda más amada que tenía, que ya por justos juicios de Dios, la llevó, ojalá lo hubiera hecho dos años ha, que estuve casado con ella. Le aseguro me sirve de gran gusto el dilatarme en la conversación con vuesa merced, o en la carta, que es lo mismo. Ya habrá usted reparado, amigo, como se explica el astrólogo salamanquín: Es un demonio en el modo de decir tan sutil. El pardiez, amigo, que al Padre le dice bravas cosas, y a mí me han parecido bien: Y aquel reparillo de que contra un Padre no hay razón, estuviera mejor si dijera: contra un fraile no hay razón, que para mí es lo mismo fraile, que diablo. ¿Pero a este Torres quién le mete con frailes, ni con médicos? Trate de componer su Piscator, que se llega ya el tiempo, prevéngale buenas alforjas, hágale buenas mantillas, que el frío es, y será terrible: repase sus discípulos en su Cátedra, y déjese de posdatas, que es lo mismo que cosas postreras. Ya veo, que me dirá vuesa merced que como ha caído en gracia (como las cosas extranjeras a los españoles) sus escritos, que hasta las Madamas gustan de oír sus dichánganos, que con estos papelillos él no pierde nada, pues aunque sea una friolera, en sonando Torres, corre que rabia, y al mismo paso la moneda. Buen tiempo, amigo don Pedro, que todo perro cristiano saca su papelote, se divierte la curiosidad, comen los autores, cenan los libreros, y almuerzan los impresores, y a mí me sucede lo mismo. Acuérdome, amigo don Pedro, haber visto otro papelón que llaman Glosas, y de paso digo que en los días de mi vida vi Glosas más disparadas, mejor las había de hacer el sacristán de este lugar, aunque no sabe ayudar a misa. Yo me rallo las tripas, y me reigo el estómago en considerar que haya hombres que se pongan a escribir tan amontonados de latinos. Pero, amigo, es verdad que el mundo de todo se compone, y es preciso haya de todo, es infinito el número de necios. Pues el Músico, con sus Arres, o Arias, que para todo es a un precio, tal arrear como el hombre arrea en diez pliegos y medio de imprenta. No he visto en mi vida, amigo, que quiere decir Aria, o Arri, que yo sólo entiendo es andar a prisa; pues vemos que cuando va alguno tras de un jumento, poco menos que él, todo es: arre, arre, arre: Reventarás arriando, le dijera yo al jumento, o al músico, que para mí lo mismo es correr que andar de prisa. El dichoso músico debía de estar despacio cuando tuvo lugar para cuatro arias, o recitados, encajar diez pliegos, que juro a Cristo que puede ir a la bruja de su abuela, que los lea, si está despacio, que yo, el demonio cargue conmigo, y con él, si lo leyere. ¿Pues qué diremos, amigo don Pedro del Aquenza Fingido, y el verdadero? Debe ser demonio este hombre, que finge, y hace verídico a un tiempo. Yo, si le conociera, lléveme Dios, si antes de hablarle no sacara el rosario. Dios me libre de persona que de uno hace dos, semejantes que esto lo que suelen decir: hará de un diablo dos por apocarlos: mejor dijera yo por aumentarlos; no quiero nada con tal hombre. Pues no digo nada de don Martínez y su rocín; yo me alegrara que ahora nos vinieran otro Sancho Panza con Don Quijote, aunque aquí faltara Doña Dulcinea, sino que pongamos en su lugar al Crítico, siquiera por lo que tiene de faldas. Y a fe, amigo mío, que si ha de montar en su rocín, el amigo, bien puede transformarse en duende, que otra suerte dudo alcancen sus gatillos, aunque me han dicho es ligero. Y siendo de la calidad del pescado su contextura, echándole en buena porción de agua, subirá, que amigo don Pedro el Torres creo es bien grande, que según me acuerdo en el Sacudimiento de Mentecantos dice tiene dos varas y cuarta de largo, de marca es el rocín, bien vale lo que pesa; y más cuando creo no ha cerrado, ni don Duende tampoco. Bien se echa de ver que no han cerrado las molleras hombres que andan como los niños, unas veces a coz y bocados, otras a palos, y otras a papelazos. Hallo, amigo don Pedro, por remate de espinazo, entre los papelotes el de don Matilde, tan frío como él mismo, pues al cabo de cien años que Torres escribió el Viaje Fantástico y otros ciento que le vino el correo con las seis cartas del otro mundo, sale esto otro meaquedito, con su Paracelso, o Paracelsa, con seis docenas de patochadas, sin sustancia. Sin duda fue preñado y no parió de todo tiempo, que si Torres le coge en una velada, lo dará mil vueltas y lo pondrá a parir de nuevo, de éste, diré yo, que lo ha pensado mucho, y es propio de borricos. Amigo muy amado, a cada loco dejarle con su tema, y más que se desmochen, que yo de toda esta turba multa solo debo decir que algunos estarán, con la subida de moneda, estrechos de cuartos, ya título de discretos, y peliagudos, como conejos, han querido recoger cuartos para gastarlos esta pascua. Buena fe la de Dios, que no les tengo envidia, que yo con mis Minas lo pasaré mejor que ellos con sus papelazos. Y sólo me queda el escozor de que se sufra en esa Corte, que un galenista traiga bastón, como si fuera militar de guerra, que de traje todos los somos. Es verdad que más matan ellos con paz, que los soldados en la guerra, y son enemigos declarados de las vidas. Pues otra cosa más se consiente que es anden declarados de las vidas. Pues otra Cosa más se consiente que anden en coche, habiendo muchísimos que le debían arrastrar. Vuesa merced no se fíe de ninguno de ellos, mire que el que más santo parece, diezma. Y sobre todo, amigo, dejar cada uno para lo que es. Vuesa merced cuide de su pucherito, poca fruta, buen trinquiforti, y malos años para medicastrones, que curen sus mulas para que tiren lo que ellos debían tirar, y mire vuesa merced que esto se lo aconseja un tonto que le estima, y desea que Nuestro Señor le guarde muchos años.
Guadalcanal, y Diciembre 12, de 1726.

RAFAEL RAYA RASERO.


Revista de feria 1990.

domingo, 21 de febrero de 2010

MAMÁ


Aprender a vivir con un enfermo de Alzheimer

No te preocupes mamá si te vuelan los recuerdos,
siempre estaremos contigo para escribirlos de nuevo.
Y te enseñaremos como cuando estabas en la escuela,
y tu corazón de niña latirá con nuevas fuerzas.
No te sientas nunca sola si no conoces mi cara,
yo te enseñaré a mirar hasta el fondo de mi alma.
Y buscaré ese lugar donde escapa tu mirada...
para encontrarnos allí y hablar de nosotras, mamá.

Quiero compartir mi experiencia sobre el mal de Alzheimer, algo que por desgracia padecen tantas personas mayores y no tan mayores, no sé si es porque es una enfermedad de los nuevos tiempos o bien cada vez vivimos más y nos da tiempo a padecerla, es algo muy duro para quien lo padece y para las personas que están a su alrededor, sobre todo para sus cuidadores, en mi caso, la padece mi madre y la cuida mi hermana, pues siempre han vivido juntas.
Estas personas (al menos mi madre), se vuelven egoístas, a veces insensibles, e implacables, absorbentes siempre, te van comiendo el terreno cada día un poquito más, hasta que cuando te quieres dar cuenta te encuentras las 24 horas del día dedicado a ellos por completo e incluso durmiendo en su misma cama.
Cuando el mal comienza, apenas si te das cuenta, piensas que son reacciones de la edad, acentuando lo bueno y lo malo de cada persona, si son cariñosos sólo quieren cariño, si además es una persona que lo ha dado todo por todos, te exigen a cambio lo mismo, son agradecidos cuando comprueban que se lo das todo, ellos te exigen a cambio lo mismo, te dan las gracias mil veces y a veces comprenden que no serian nada sin ti, también si ha sido un persona con carácter, por las malas cuando consiguen sacarte de quicio, lo único que se consigue es aforar ese carácter, y aún peor, en cambio si tienen una crisis, les das un simple beso y se las desarma y puedes conseguir calmarlas, pero por supuesto esto no se consigue totalmente hasta que hace efecto la medicación, pues cuando tienen fijación por algo insisten hasta la saciedad en lo mismo.
A la persona que más cerca tienen y a la que supone que más quieren no se dan cuenta que la están asfixiando, ésta persona a veces no encuentra salida por ninguna parte, pues ni siquiera puede compartirlo plenamente con los hermanos, ya que ni con ellos se encuentran bien, no porque haya dejado de quererlos, sino porque para ellos la persona que los cuida se convierte en el centro de su vida, si se queda con esos hermanos es un padecimiento para el enfermo, continuamente pregunta por ella, tiene miedos, sólo ve peligros, todo lo malo le va a pasar, sufre terriblemente, te llega a decir que tú para que vienes, que la que tiene que estar a su lado es la otra, esa es su obligación, así lo ven ellos.
El cuidador está fuera pero con la intranquilidad en su cuerpo, es un sin vivir, carece de vida propia, en esos instantes la persona que se queda con ella no está acostumbrada y quizás no sepa hacerlo tan bien y pierda los nervios, cosa poco aconsejable, como ya he dicho, no se adelanta nada, es inútil hacerla razonar, porque ya su mente no comprende nada, si es de noche no se acuesta hasta que llega su hija, el subconsciente le dicta que le ha pasado algo, lo presiente y siente que le falta el aire, no fingen, es cierto, sufren taquicárdias, lo pasan mal y lloran, te sientes impotente, sientes que apenas puedas ayudar y duele, todo esto duele, el verla así en ese estado, duele la vida que se le ha presentado a tu hermana, duele en el alma cuando te dicen: "pobrecita tu hermana anda que no tiene nada", y yo lo sé mejor que nadie, por eso sufro infinito, pero... ¿y yo?, ¿no tengo nada?, no es comparable ya lo sé, yo tengo mi familia y mi trabajo para envidiarme, pero... ¿lo consigo del todo?, para nada, ¿no las tengo siempre en la mente?, siempre, cuando estas despierta y siempre cuando consigues dormir, pues el sueño te lo quita, duermes inquieta, el teléfono a la cabecera de la cama esperando la llamada, si toca cuando no esperas que lo haga, el corazón se dispara.
Cuando la enfermedad avanza otro grado, el momento es más dulce para el cuidador y mas duro para los sentimientos de un hijo, pues ves postrado al enfermo todo el día, durmiendo por los medicamentos necesarios para poder controlar las crisis, sus miedos, sus fobias y sus obsesiones.
Cuando por primera vez compruebas que ya no te conoce, se te cae el alma a los pies, pero cuando ves que ya su cuidador alguna vez tampoco sabe quien es y la mayoría de las veces le llama "mamá" aun es peor, aun cuando para este sea lo mejor, ya que les puede ayudar muchisimo más, seguramente su subconsciente presiente que tú no eres esa persona... se les puede engañar mejor, es entonces cuando te conviertes en una cómica imitando las expresiones del cuidador, su forma de hacer y decir, a veces lo consigue, otras te sale por los "Cerros de Úbeda" dándose perfectamente cuenta de que tratas de engañarla y te tienes que reír.
Preguntan incansablemente que donde está su gente, esa gente son sus seres queridos que ya no están, su marido, sus padres, sus hermanos... y reprocha que no vienen a verla, su casa no la reconocen como tal, para ella su casa es la de la infancia con sus padres, preguntan constantemente quien la trae aquí y quien la llevará, todo esto lo consigue decir a duras penas, pues las frases no siempre logran ser coherentes y completas, cuando ven que no lo consigue suelta algún disparate, tal vez como autodefensa.
En esta etapa se encuentra mi madre, no sé como será la próxima, solo espero que Dios la quiera mucho y no la haga padecer, ya que ante todo, ha sido muy buena madre, esposa, abuela, hija, hermana, tía, etc., tenía amor para todos, yo al menos así lo he percibido, siempre se ha desvivido por todo el mundo, por eso ella se merece los mejores cuidados, y para ello tiene la suerte de tener la mejor hija a su lado, sólo pedimos que nos podamos ir arreglando como hasta ahora, yo que soy la otra hija, hoy estoy aquí sola con ella y ha sido el mejor ambiente para poder escribir lo que más o menos tenía atenazado en mi corazón, está tranquila... y ha podido ser posible.

Desde aquí y aun cuando sé que nunca lo leerán, quiero darles las gracias a dos personas por su apoyo, su ayuda, su cariño y su compresión hacía ella, ellas son mi tía Carmen y mi suegra, un beso para las dos, y especialmente, mi admiración y comprensión a mi hermana, por su gran fortaleza psíquica, ella lo puede todo.

Toñi Muñoz Espínola

sábado, 20 de febrero de 2010

GUADALCANAL 1241





Un antiguo privilegio de Guadalcanal

Reconquistado Guadalcanal en 1241, Fernando III lo cedió en señorío a la Orden Militar de Santiago en 1248, siendo hecho cabeza de encomienda en 1253 por Pelay Pérez Correa, el Cid Extremeño, y pasando a depender su iglesia del monasterio de Santa María de Tentudía. La única iglesia existente entonces era la mezquita de Santa Ana que había sido bendecida por el Obispo de Coria, Jaime Sanguineto, que venía acompañando al Maestre Rodrigo Iñiguez en la Reconquista. A ella acudían a bautizarse todos los niños del sur de Extremadura y así se vino haciendo durante largo tiempo, hasta que se edificaron en otros pueblos, construyéndose después la de Santa María en el alcázar árabe, cuando Guadalcanal tuvo más habitantes, y por último, la de San Sebastián en 1481.
En 1395, don Lorenzo Suárez de Figueroa, Gran Maestre de la Orden, concedió a Guadalcanal vicario propio, o sea, hijo de la villa como lugarteniente del de Tentudía y la dotación parroquial a cargo de la Mesa Maestral y todo esto en premio al servicio prestado a la Orden por los caballeros de la villa en las campañas guerreras entre ellas, la batalla del Salado en 1340 que, al mando de Alfonso XI, partió de El Real de la Jara.
Este privilegio fue confirmado repetidas veces, entre otros, por los Reyes Católicos, Suárez de Figueroa, benefactor de Guadalcanal, yace en la Iglesia de la Universidad Antigua, donde puede verse su estatua yacente y a sus pies su perrito Amadís.


ANTONIO GORDÓN BERNABÉ SPÍNOLA

Revista de feria 1973

martes, 16 de febrero de 2010

CUENTOS Y LEYENDAS

Cuentos de Virgenes y Té

Con frecuencia, los cuentos y leyendas transmiten a lo largo de los siglos valores y conductas repugnantes y que nosotros nos esforzamos en transmitir a nuestros hijos creyendo en la inocencia y bondad de esos relatos. Leo en los papeles que en Sri Lanka, antigua Ceilán, se está recuperando una vieja tradición por la que sólo las manos enguantadas de una doncella virgen podían recoger el té de los emperadores. Observen el contenido sexista de la puta tradición, cuento, leyenda o lo que sea. Niñas vírgenes, guantes, tijeras de oro, cuencos de oro, ningún contacto del té con la piel hasta que llegara a los morros del emperador. Tiernas niñas con boquitas de fresa sacrificadas para endulzar los belfos del emperador, hombre por supuesto, y seguramente con halitosis. Al propietario de una plantación, Malinga Gunaratne, se le ha ocurrido la idea de retomar esa antigua tradición de los siglos V y VI. Seguramente lo ha hecho con buenas intenciones para fomentar el turismo de su país, en el que las plantaciones de té son uno de los mayores reclamos. El tío, que entiende de márquetin, ha comercializado el té de las vírgenes con el nombre de Té Blanco Virgen, y lo vende a 520 euros el kilo. La verdad es que, al ser la producción baja, el negocio con ese té debe de ser de poca monta pero ciertamente ayuda a prestigiar un producto y a llenar el mercado con otros tés de Sri Lanka, tal vez recogidos de forma menos “pura”, pero a costa de utilizar a las mujeres como meros objetos, ya sea mitificando la virginidad para vender té, enseñando las tetas para vender la colonia del gilipollas de Jacq´s o luciendo el tanguita de serpiente que diría Sabina, para dar colorido a las carreras de unos mamarrachos que dan vueltas a los circuitos a trescientos kilómetros por hora. Los cuentos y las leyendas han servido, con frecuencia, para propagar una imagen de la mujer en la que sólo sirve para fornicar con el príncipe valiente, llevar cestas a las abuelas o hacerles la comida a una cuadrilla de enanos. Si de mí dependiera, a los emperadores y a los que compran el té virgen ese, les iba yo a untar las hojas con excrementos de perro, más que nada para realzar el sabor. Té Blanco Virgen con extracto perruno liofilizado. Toma nota Ferran Adrià.

Evaristo Torres

lunes, 15 de febrero de 2010

CON LA ALFORJA AL HOMBRO (2)

1ª ETAPA DE ALMADÉN DE LA PLATA A GUADALCANAL

En esta primera etapa imaginaria, lleno mi alforja de productos de matanza, la bota de mosto de la tierra y comienzo mis andanzas desde Almadén de la Plata y marcando el final de esta ruta en Guadalcanal.
Los orígenes de Almadén de la Plata se remontan al Neolítico y Calcolítico, según los vestigios arqueológicos encontrados en la zona, esta localidad fue fortificada por los árabes ya que era un punto estratégico como defensa y avanzada de la ciudad de Sevilla, esto la bautizaron como Al-Madin (la Mina) y posteriormente, tras la reconquista se la añadió a su nombre “de la Plata” para ubicar el sentido de sus minas y diferenciarlas de otras localidades de igual nombre ubicadas en distintas zona de la península.
Su historia ha estado marcada siempre por la agricultura, ganadería y sobre todo por la actividad minera, de especial importancia en la historia y el presente de la economía local.
Cave destacar su conjunto monumental, la Iglesia de Santa María de Gracia, construida inicialmente por Hernán II Y Vermondo Resta, sufriendo ampliaciones y modificaciones posteriores hasta su perfecto estado de conservación actual, igualmente hay que destacar su castillo medieval y el edificio de construcción armónica con el conjunto de su Ayuntamiento.
Salimos de la población en dirección al cerro del Calvario, la placa que nos encontramos al salir de la localidad para visitar el yacimiento del neolítico denominado “los Covachos”, nos indica que esta población es parada obligada en el camino de la “Vía de la Plata en el Camino de Santiago”, dejamos a la derecha la Sierra Padrona, Sierra de Aracena y Picos de Aroche y nos adentramos por senderos entre dehesas de encinas y matorrales en dirección al Real de La Jara, no si antes visitar las riveras de los ríos Viar y Cala, las Hoyas de Garganta Fría, cruzadas por el arroyo de su mismo nombre y las Cascadas de El Chorro.
Llegamos a la localidad de El Real de la Jara, los musulmanes la denominaron “Xara” (Jara), posiblemente por el espeso matorral que rodea a la población de esta planta perennifolia, posteriormente el rey Alfonso XI visitó y moró en esta villa antes de emprender la Batalla del Salado y dotó a la villa del topónimo de “El Real”.
Su conjunto monumental lo componen: La Iglesia de San Bartolomé, datada en siglo XV, El Castillo de las Torres, construido entre los siglos XII y XIV, Ermita de Los Remedios, se cree que fue construida sobre las ruina de una mezquita Árabe, el Castillo Medieval, construido en el último tercio del siglo XIV, otro edificaciones a destacar son la plaza de toros construida en el siglo XIX y restaurada estos últimos años, la remita de San Antonio construida en el 1999 en la zona de acampada del Ribera del Cala y el Museo de Ciencias Naturales con importantes restos arqueológicos de las diferentes excavaciones en la zona.
Abandonamos la localidad con las maravillosas vistas desde El Mirador del Ejido de sus castillos y conjunto monumental y cogemos el sendero en dirección al Alcornoque para visitar el Pantano del Pintado, nos desviamos hacia el Mirador de la Loba, nos permite divisar la Sierra Pedrona, donde se encuentra el pico del mismo nombre y que es el mas alto de la provincia, dejamos a nuestra derecha los cortijos de Faustino y la Ganchosa y divisamos el asentamiento del pintado y el embalse del mismo nombre.
Llegamos al embalse del Pintado, donde el río Viar interrumpe sus cauce para almacenar un volumen máximo de 213 hm3 ocupando una superficie de 1050 ha., construido en el año 1948, por la empresa Agroman con gran parte de presos políticos de la dictadura franquista.
Está situado en un marco incomparable rodeado por las sierras Del Corral, Clarijo, de la Grama y Palma, Las Lomas del Cuco y el Cerro Calderón, cerca se encuentra un campamento de verano muy acondicionado.
Igualmente recoge aguas de la Rivera de Benalija y ocupa terrenos de los términos municipales de Guadalcanal, Monasterio, El Real de la Jara y Cazalla de la Sierra.
Bordeamos el pantano y después de hacer un descanso en Solanas del Valle para continuar el camino hacia Guadalcanal, cruzamos una llanura y nos adentramos nuevamente en la Sierra, entre olivos y alcornoques, dejando al lado derecho el Cortijo de Nava Durán y Dos Hermanas, no adentramos en la Sierra del Agua y hacemos una visita al las Cuevas de Santiago, seguimos nuestro camino y por fin divisamos Guadalcanal.
Esta bonita villa está situada en un valle a una altitud de 680 metros sobre el nivel del mar, rodeada de la Sierra del Viento al norte y la Sierra del Agua al sur, sus puntos mas altos son la Sierra de la Capitana con una altitud de 960 metros y el Hamapega con 907 metros.
Esta villa que conoció su momentos de mayor esplendor en la edad media, arrebatada por la Orden de Santiago en 1241 del dominio árabe, queda bajo la jurisdicción de la misma, adscrita a la Provincia de León de la Orden de Santiago (que abarcaba asimismo grandes extensiones en Extremadura) y en lo eclesiástico, a la vicaría de Santa María de Tenduría (de la que se desliga durante el siglo XIV), dependiente a su vez del Priorato de San Marcos de León.
Muy fortificada en aquella época por su situación geográfica, sus defensas fueron mandadas derruir por su participación en la revuelta de los Comuneros. Hoy en día, pese a la anterior abundancia de castillos en su término, apenas quedan restos en la Ventosilla. Sus monumentos más emblemáticos son: La Almona que es el monumento civil más antiguo de la región y data de 1307, La Iglesia parroquial de Santa María de la Asunción, de estilo gótico mudéjar, construida aprovechando los restos de la fortificación musulmana en el siglo XIV, aprovechado su primitiva estructura y sufriendo transformaciones en los siglo XV y XVI., La Capilla de San Vicente, su contracción se puede datar entre el siglo XVI y XVIII (hoy en manos de propiedad privada), La Iglesia de Santa Ana, fue mezquita construida a principios del siglo XIII y sobre ella se construyó la actual iglesia a finales del siglo XV conservando su estilo mudéjar, La Iglesia de San Sebastián (hoy mercado de abastos), como otros monumentos de Guadalcanal ha tenido varias transformaciones y ampliaciones en diferentes épocas, pero su estructura principal data del siglo XIV, sus estilo es igualmente gótico-mudéjar, La Iglesia de la Concepción (hoy de propiedad privada y en estado de ruina), construida en el primer tercio del siglo XVII, fuera del casco urbano se encuentran las Ermitas del Cristo, San Benito y el Santuario de Ntra. Sra. de Guaditoca (Patrona de la Villa), otros sitios a destacar son el Ayuntamiento, El Convento del Espíritu Santo, el conjunto de la Plaza de España y la Casa de la Cultura.
Antes de comenzar la siguiente etapa, paseamos por el magnífico parque del Palacio, salimos por El Coso y recorremos los alrededores de esta villa, desde el Mirador de la Capitana en la Sierra del Viento se divisa gran parte del parque natural de La Sierra Norte, igualmente que desde el Mirador de Hamapega y sin olvidar la magnífica Rivera del Benalija disfrutando de la magnifica y diversa vegetación que nos proporciona una diversidad de olores y sensaciones, dando un colorido especial sus adelfas, álamos, juncos, fresnos… y plantas aromáticas, como hinojo, tomillo, romero, orégano, y resto de plantas que componen este mini ecosistema.

Fuentes.- Webs Ayuntamientos, Guía de Parques Naturales de España, página Conserjería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y autor.

Próxima etapa.- De Guadalcanal a Cazalla de la Sierra

Rafael Candelario Repisa

sábado, 13 de febrero de 2010

GARCIA DE LA PARRA





NUEVO REINO DE GRANADA

Desde mi puesto de profesor emérito de la Universidad Libre de Barranquilla (entidad privada), he indagado sobre mis ancestros naturalmente españoles, los García de la Parra, que fueron entre otros colonizadores españoles los fundadores de Bogotá y Tunja.

Mi árbol genealógico se interrumpe en el año de 1673 en la ciudad de Tunja, capital del departamento de Bocayá, una de las ciudades mas prospera del Reino de Nueva Granada (hoy parte de la República de Colombia), pero tras un lapsus de aproximadamente siglo y cuarto, aparecen una rama de españoles con mis apellidos que tal vez sean mi conexión con España y con la ciudad de Vd., Guadalcanal.

Conocida por Internet su página en uno de los enlaces con la apelación Guadalcanal, me atrevo a solicitar su atención para de ser viable, publique este pequeño articulo en su blog con la data que le expongo a continuación y el convencimiento de que si es leído por algún ¿Guadalcanalino? estudioso de su apellido y coincide con el mío, le sean útiles los datos que a continuación expongo:

1.- Gonzalo García de la Parra, natural de Guadalcanal (Sevilla-España), vino con el alemán Nicolás Federmann a Indias en 1538 y se quedo en el Reino de Nueva Granada. Estuvo entre los fundadores de Vélez y primeros pobladores de Tunja donde casó con una quien se supone era natural de allí, Doña Brígida Díaz de Quesada hija de dos españoles vecinos de esos lares.Tuvo un hijo natural antes de casarse, Gonzalo García de la Parra, conocido como "el herrero" quien tuvo descendencia ambas legítimas y naturales. Gonzalo el padre, una vez casado tuvo varios hijos e hijas, todos nacidos en Tunja y que luego algunas de sus hijas entraran en el convento de Santa Clara en Tunja. Uno de sus hijos después de enviudar fue Vicario del convento.Tiene amplia sucesión una rama de las cuales fue a Mérida, Venezuela donde finalmente se asentaron y donde luego se entrelazaron con los Ruiz de la Parra, descendientes de Jerónimo de la Parra y Ana Ruiz, naturales de Extremadura, de la villa del mismo nombre (La Parra).

2.-Bárbara García de la Parra y Vargas, emparentada con el primero y también de Guadalcanal, casada con Jorge Celi de Alveolar quien junto con el Adelantado Quesada estuvo entre los fundadores de Bogotá recibiendo en recompensa un solar en Santa Fe, tuvieron varios hijos e hijas que se desplazaron entre Bogota, Tunja, Pamplona y adentraron en Mérida, Venezuela. Fueron el tronco de los Celi Parra.

3-Miguel de Trejo Panyagua Casó con María de la Parra, hija de Gonzalo García de Parra, natural de Guadalcanal y uno de los primeros y más activos conquistadores del Nuevo Reino de Granada. Tuvieron seis hijos (Isabel, Miguel, Luis, Esteban, Magdalena y Gonzalo) y uno natural llamado Juan de Trejo.

En los Protocolos notariales de la ciudad de Mérida, Miguel de Trejo aparece en varias anotaciones, dando o recibiendo poder y otros asuntos mercantiles de diferente naturaleza.


Cesar Renato Méndez y García de la Parra
Barranquilla (Colombia)

jueves, 11 de febrero de 2010

CEMENTERIO DE SANTA ANA



LOS ENTERRAMIENTOS EN LA IGLESIA DE
SANTA ANA


Era costumbre desde muy antiguo que los fallecidos cristianos se enterrasen en las iglesias, y así vino sucediendo en Guadalcanal, donde desde 1241 se haría en la única iglesia existente entonces, que era la mezquita bendecida, con la advocación de Nuestra Señora de Santa Ana. Posteriormente, al dividirse el pueblo en tres collaciones o barrios parroquiales, se hacía en cada una de las tres iglesias correspondientes.
En ocasiones, bien por saturación o por voluntad del difunto, se recurría a las iglesias del Espíritu Santo, la Concepción, los Milagros, San Francisco y quizás algún convento u hospital más. Hay evidencia de restos humanos hallados en la explanada que circunda a Santa Ana, lo que demuestra que antiguamente también se usó aquel terreno.
El barrio de Santa Ana comprendía las calles de Juan Pérez, Fox, Granillos, Santa Ana, Berrocal Grande o Espíritu Santo, Berrocal Chico o calle Alta, Larga de San José, llamada antes calle del Arco y Sevilla fuera, Calleja de Miera, Calleja de la Jara, Cotorrillo, Calle del Triángulo o Altozano Bazán, San Bartolomé, Valencia, Carretas, Tres Cruces, llamada antes Bodegas, Cuesta de Santa Ana y Plazuela de Santa Ana, y todos los vecinos fallecidos en ellas eran sepultados en dicha parroquial.
Entre las personas ilustres que descansan en ella, se encuentra el Vicario don Juan Pérez, que fue cura de esta iglesia a finales del siglo XVI y principio del XVII, que tenía sus casas de morada en la calle que tomó su nombre y todavía es conocida como calle Juan Pérez. También yace en ella don Cristóbal Gordón, caballero de la Orden de Santiago, Vicario y Juez eclesiástico de Guadalcanal, fallecido a mediados del siglo XVIII, habiendo sido cura de Santa Ana durante cuarenta años.
Existían varias clases de enterramientos en las bóvedas, con precios que iban de tres a veinticuatros reales; muchos se sepultaban en las capillas, como la de la Virgen del Carmen, Cristo del Buen Socorro, altar de San Marcos, San Isidro, etc., existiendo algunas lápidas en el suelo y en las paredes, algunas de ellas legibles y rotas, como la situada en la puerta de la iglesia con el nombre de Antón Martín, muy antigua, y apreciándose en la actualidad hundimientos de losetas en algunos lugares.
En febrero de 1849 se saturó de cadáveres y se convirtió la iglesia del Espíritu Santo en cementerio destinado para los fallecidos de Santa Ana hasta julio del mismo año.
En julio de 1855 se inauguró el cementerio común en los llanos de San Francisco, quedando así hasta nuestros días, por lo que, los que no habían cumplido diez años en ese fecha, quedaron para siempre en Santa Ana, y según los libros de defunciones he contabilizado 195 párvulos y 161 adultos, que hacen un total de 356 difuntos los que se encuentran bajo las losas de Santa Ana, además de miles de restos.

Antonio Gordón Bernabé Spínola
Revista de Feria 1981

martes, 9 de febrero de 2010

CON LA ALFORJA AL HOMBRO (1)

DESCRIPCIÓN DEL PARQUE

Inicio un viaje imaginario en varias etapas con la intención de conocer El Parque con la alforja al hombro para tratar de descubrir toda la belleza que recoge el Parque Natural de la Sierra Norte, haciendo un recorrido en varios capítulos por sus pueblos, ríos, senderos y bosques.El Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla fue declarado como tal en 1989, situado en el norte de la provincia de Sevilla, en las coordenadas 37º55´53´´N 5º42´17´´O, que ocupa una extensión de 177.484 hectáreas , limita al norte con la comarca de la campiña sur de Badajoz, al este con la provincia de Córdoba, al sur con la Vega del Guadalquivir, la Comarca Metropolitana de Sevilla, el Aljarafe y al oeste con la Sierra de Huelva.
Su superficie ocupa parte de la Sierra Morena, que recorre más de 400 Km. de oeste a este en estas estribaciones también se encuentran el Parque Natural de Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en la provincia de Huelva y el Parque Natural de la Sierra de Hornachuelos el la provincia de Córdoba, tratándose de una zona de sierra baja, con alturas entre 260 y 968 m/s/n/m, dominada por bosques adehesado, olivos, encinas que van dejando paso a otras especies más exigentes en humedad como el quejigo y el rebollo o roble melojo y por vegetación de las riberas de los ríos s Viar, Retortillo, Rivera de Huesna y Rivera de Benalixa, todos ellos afluentes del Guadalquivir, que conforman la red fluvial que drena el Parque. La orografía de las sierras es suave y alomada, típica de antiguos macizos sometidos durante largo tiempo a la erosión. La vegetación de Sierra Norte se adapta al clima mediterráneo de veranos secos y calurosos e inviernos suaves, siendo la encina y el alcornoque las especies más características. En las márgenes de los ríos, y especialmente en la de la Rivera del Huesna, se desarrollan espectaculares bosques de galería muy bien conservados, constituidos por especies vegetales de alto valor ecológico como el aliso, el fresno, el olmo, el chopo, diversas especies de sauces, el almez, el avellano, etc...
La fauna es muy rica y abundante, en sus ríos y arroyos destacamos la trucha común, la trucha arco iris y otras especies como los barbos y las bogas, en sus bosques anidan especies amenazadas de extinción como las escasas cigüeñas negras y el águila imperial; EL ciervo y jabalí, son los representantes más característicos en la zona de los grandes mamíferos herbívoros peninsulares, de entre los mamíferos carnívoros, se tiene constancia de la presencia de otros mamíferos como el lince, aunque su población debe de ser muy reducida, otras especies más abundantes si bien esquivas y difíciles de ver son el zorro, la jineta, el turón, el tejón, el meloncillo, el gato montés y la nutria. Sin embargo, las aves son el grupo de vertebrados más abundante en el Parque. En éste encuentran refugio especies tan interesantes como el águila imperial, el buitre negro, el mirlo acuático o la cigüeña negra.
Comprende los municipios y pedanías de Alanís, Alamadén de la Plata, Aznalcóllar , Cañada de la Jara, Castilblanco de los Arroyos, Castillo de las Guardas, Cazalla de la Sierra, Constantina, El Encinar, El Garrobo, El Madroño, El Pedroso, El Pintado, El Real de la Jara, El Ronquillo, Gerena, Guadalcanal, Guillena, La Puebla de Los Infantes, Las Navas de la Concepción y San Nicolás del Puerto, de los que ocupa total o parcialmente sus términos municipales; La existencia de yacimientos mineros favoreció el asentamiento de pobladores desde la Prehistoria. Pueblos romanos y árabes han dejado también numerosos restos en los pueblos de la comarca. El Parque cuenta con dos centros de visitantes.
El Parque cuenta con centros de visitantes y monumentos naturales, en Guadalcanal podemos admirar El Mirador de la Capitana, El Mirador de Hamapega y la Rivera de Benalija, en Constantina se encuentra el Centro de Visitantes El Robledo, donde el público podrá conocer más a fondo cómo son, cómo funcionan y cuáles son los principales aprovechamientos de los ecosistemas que conforman el Parque. En sus instalaciones también se incluye un interesante Jardín Botánico donde se representan las comunidades de vegetación más características de Sierra Morena. En Almadén de la Plata, ubicado en el monte público "Grupo Ordenado de Montes Las Navas y otros", se haya el Centro de Visitantes "Cortijo El Berrocal" que cuanta con un área recreativa y con tres senderos que discurren por distintos escenarios de gran valor paisajístico y didáctico. También podremos disfrutar del entorno y realizar actividades de turismo activo como escalada en roca en el Cerro del Hierro (San Nicolás del Puerto), actividades acuáticas en el Pintado (entre Cazalla y Guadalcanal), espeleología, rutas a caballo, senderismo y rutas fotográficas.
Entre los valores geológicos y paisajísticos de Parque destacan Las Cascadas de la Rivira de Huesna y El Cerro del Hierro, ambos declarados Monumentos Naturales. En este último, la extracción de hierro, ya desde los tiempos de Roma, ha originado un paisaje muy peculiar al retirar el mineral acumulado en los huecos existentes en las rocas calizas del "Karst". En las cascadas destacan unas impresionantes formaciones travertínicas y magníficos bosques de galerías. La Sierra Norte es también rica en yacimientos arqueológicos y en ella se han encontrado enterramientos en dólmenes, así como numerosos asentamientos y necrópolis de la época romana. Asimismo, existen cuevas con restos de civilizaciones prehistóricas como las Cuevas de Santiago, entre Guadalcanal y Cazalla de la Sierra, que forman un complejo con diferentes entradas y donde habitan varias especies de murciélagos, o la Cueva de los Covachos en Almadén de la Plata, y la Cueva de la Sima en Constantina. En esta última existen salas donde aparecen formaciones carbonatadas de gran belleza.
Fuentes.- Guía Parques Naturales de España,, página de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y autor.
Próxima entrada.- de Almadén de la Plata a Guadalcanal
Rafael Candelario Repisa

lunes, 8 de febrero de 2010

LA PENA CALLADA







DESPEDIDA

Suena ya el chorrillo
al bajar la Cava,
resuenan los pasos
la pena callada.

Tiemblan ya los cuerpos
cuando el coche baja,
y todos pensamos
que la vida acaba.

Mis ojos se nublan
espera callada,
veo aquel ciprés
con sus verdes ramas.

Y pienso en aquellos
que aguardan mi entrada,
que un día se fueron
y que son mis ramas,
raíces y abrazos
de esta vida amarga.

Confunde, adormece,
como en tumba ingrata,
pero todo cambia
cuando sale el alba.

Y ves el camino
con su nieve clara,
vestido de blanco
tiñendo sus ramas.

Entonces, todo cambia...
y me gusta pensar
que quizás, hay vida
donde no la haya.

M.R. P.

viernes, 5 de febrero de 2010

PENSAMIENTO LÚDICO




¿UNA SOLUCIÓN EFICAZ?
DESPENALIZAR EL TRÁFICO DE DROGAS

Actualmente uno de los problemas que más afecta a nuestra sociedad es el que se genera a causa del tráfico y consumo de estupefacientes. Este problema no sólo afecta a los adictos a las drogas, quienes son esclavos y víctimas de las substancias que consumen, sino que también se traduce en otros malestares que afectan a todo el conjunto de la sociedad: delincuencia, prostitución, mafias.
Ante este problema han surgido diversas posturas acerca de las drogas en el marco de la legalidad: por un lado, los que defienden la legalización de las drogas blandas (es decir, aquellas que son consideradas como menos peligrosas al crear menor dependencia); por otro, los que extienden esta legalización a todo tipo de drogas; y por último, los que están en contra de cualquier tipo de despenalización en la venta y consumo de estas substancias.
A través de estas posturas se intentan buscar caminos para luchar contra la problemática que genera el uso y abuso de las drogas. Sin embargo, la actitud de la despenalización (tanto total como parcial) de las drogas, lejos de solucionar el principal problema: que la gente deje de consumir de forma abusiva estas sustancias, y la reinserción de los toxicómanos; no haría sino desbordar por completo el consumo de estupefacientes, extendiendo su acceso, su consumo y las consecuencias de este a todos los ámbitos de la sociedad. Liberalizando la venta de drogas sólo se conseguiría una mayor expansión y consumo de éstas, ya que cuanto más fácil es conseguir una sustancia más se consume y más se tiende a abusar de ella; por tanto, la legalización contribuiría a un aumento de toxicómanos, o lo que es lo mismo: un aumento de enfermos. Por otra parte, la legalización únicamente de las drogas blandas sólo provocaría una contribución al fomento de las drogas en general, lo cual acabaría promoviendo también el consumo de las drogas consideradas como duras (ya que no hemos de olvidar que la inmensa mayoría de los adictos a las drogas duras empezaron su adicción consumiendo drogas blandas). La legalización, al contrario de lo que manifiestan sus partidarios, lejos de causar la desaparición de las mafias que trafican con estas substancias, acabaría fortaleciendo su lugar en el mercado de la oferta y la demanda; ya que éstas continuarían operando, pero desde el marco de la legalidad, y los beneficios conseguidos por parte de éstas serían destinados a la inversión en otras formas de mercado negro: tráfico de armas, redes de prostitución... Tampoco a través de la despenalización se iba a contribuir a una mejora en la salud -como sostienen sus defensores, afirmando que una mejora de la calidad de las drogas evitaría las muertes provocadas por la droga adulterada- sino a la inversa, ya que estas substancias por sí mismas son altamente nocivas para el organismo, y con esta medida no se iba a evitar el principal problema de las drogas: su consumo.
Por tanto, los que están a favor de la legalización de la venta de drogas, lo que pretenden a través de esta descabellada medida es desentenderse de un problema que nos afecta en gran medida. Pero no son conscientes de que esta pauta provocaría -del mismo modo que hoy en día ocurre con el tabaco y con el alcohol- que muchas personas “olviden” o no quieran reconocer los daños que estas substancias provocan, tanto para su organismo, como para la sociedad que los rodea.
En definitiva: la droga es fundamentalmente un problema de salud; y en una sociedad, ante todo, se ha de velar por la salud de los individuos que la integran. Por ello la despenalización, total o parcial, de la venta de estupefacientes no es un medio eficaz para poner fin a este problema. Para luchar contra él hemos de buscar soluciones que se alejen de la desmesurada idea que supone la legalización; soluciones como: dar más información acerca de los perjuicios de la droga entre el grupo de población que más las consumen (los jóvenes), organizar más programas preventivos, crear nuevos centros de desintoxicación y rehabilitación de toxicómanos, y reforzar las instituciones que luchan contra el narcotráfico.

Rafael Candelario Repisa

jueves, 4 de febrero de 2010

SE FUE CON TRES HERIDAS



Llegó con tres heridas:
la del amor, la de la muerte, la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida, la del amor, la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida, la de la muerte, la del amor.
Miguel Hernández



"!Con tres heridas yo, la de la vida, la de la muerte, la del amor."
A mi madre, la persona que mas he querido.
Rafael Spinola

GUADALCANAL EN 1801



EL VIAJE DE FAUSTINO MATUTE

La situación geográfica de Guadalcanal, a caballo entre Andalucía y Extremadura, la convirtió a lo largo de su historia en lugar de paso de uno de los caminos que desde el valle del Guadalquivir conducía hacia Castilla y el Noroeste peninsular atravesando tierras extremeñas (1). Esta condición de lugar de paso hizo que Guadalcanal sea con frecuencia citado por numerosos viajeros -tanto nacionales como extranjeros- y que su nombre figure en muchas de las Guías de postas y caminos que a modo de los modernos mapas de carreteras se hicieron cada vez más frecuentes a partir del siglo XVI (2).
Precisamente uno de estos viajeros nos va a dejar una curiosa reseña de la localidad. Justino Matute, ilustre historiador sevillano (1764 -1830), autor de obras como "Aparato para escribir la historia de Triana y de su Iglesia parroquial" (1818) y los "Anales Eclesiásticos y seculares de la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Sevilla, Metrópoli de Andalucía" (1887), de tanta importancia para el conocimiento de la historia de la capital hispalense (3), emprende viaje en 1801 desde Sevilla hasta la localidad pacense de Zafra. Las impresiones causadas por las localidades y paisajes que recorrió en el trayecto las dejó plasmada en un manuscrito que nunca llegó a publicar, conservado hoy día en la Biblioteca Capitular y Colombina de Sevilla (4).
Matute sale de Sevilla por la Puerta de la Macarena, y después de haber pasado por Brenes, Cantillana y Cazalla, entra en el término de Guadalcanal, llamando poderosamente su atención los vestigios de las explotaciones mineras (5) que tanta importancia dieron a la localidad en el siglo XVI:
"De Cazalla a Guadalcanal tres leguas, caminando a Poniente: a las dos empieza un puerto, cuyo camino abierto en la piedra viva es muy incómodo. Es de observar la disposición de estas piedras, en que se conservan señales del diluvio, según el rastro que forman de Levante a Poniente, que fue el del curso de sus aguas. Esta villa, en la comarca de los antiguos 'Tereses", famosa por sus minas, no manifiesta la opulencia que era de esperar de tan ricas producciones; bien que las mujeres ostentan cierta civilidad y finura, poco común en Extremadura, efecto quizás del mucho trato que mantuvieron con los extranjeros que allí se avecinaron. La duquesa de Pobis estuvo allí nueve años, y más o menos otros muchos ingleses distinguidos, atraídos del interés que les resultaba, no sólo de la extracción de los metales, sino lo que es más, en las muchas fundiciones que hacían de oculto, para eximirse de los derechos reales, indicio de lo cual son los diferentes hornillos que se encuentran en los sitios más fragosos y retirados de la sierra.
De estas minas habla Don Pablo de Espinosa ("Historia de Sevilla"., libro 1,128), Boules Ponz (6), y otros muchos escritores antiguos y modernos, extranjeros y nacionales, suponiéndoles el último abiertas por los años 1775 y añade que "se trabaja actualmente con utilidad" ("Viaje de España", t. 8, carta 6, nº 7). Yo no sólo las vi cerradas, sino anegadas y destruidas de manera que es muy difícil volverlas a explotar: Se decía que de intento lo han hecho así, los que las beneficiaban de resultas de no haber podido conseguir una contrata ventajosa con la Real Hacienda.
Estas minas, así como otras de Sierra Morena daban tanto en lo antiguo, que los romanos tenían en Sevilla un procurador de los Montes Marianos, que entendía de la cuenta y razón de los productos. Una inscripción que aún permanece en Sevilla en un pedestal de la Casa Pilatos recuerda a un Tito Flavio, Procurador de los Montes Marianos, a quien los plateros le dedicaron una estatua (Ponz, "Viaje de España", t 9, f. 257). Son no menos dignas de consideración las excelentes canteras de estas sierras, de las que han salido los muchos mármoles que adornaban a Sevilla, y otras piedras de igual aprecio."
Las fuentes de riqueza agrícola son también objeto de su atención, con una preocupación por la economía y riqueza de la zona muy propias del pensamiento ilustrado del siglo XVIII, todavía vigente en el nuevo siglo recién comenzado:
"Sus productos vegetales son copiosos. El espliego, cantujo y peonía; el helecho, poleo y orégano; la melosa o jara de la que se saca el labdano, la scila perusiana, que aquí llaman “pobo", el malvavisco, la leonicera o madreselva, las adelfas y las retamas, los castañales y encinas, y otras muchas medicinales o de aprovechamiento con el zumaque, no sólo son propias de esta tierra, sino igualmente a los campos de Cazalla y demás que le rodean. En el siglo XIV se criaban en sus montes puercos y alguna vez osos. De dos hace memoria el "Libro de Montería" que mandó escribir el Rey Don Alfonso XI: uno el arroyo del Fresno entre Cazalla y Guadalcanal, y otro el Tamoso entre Guadalcanal y Azuaga (libro 3, cap. 22).
Su aceite es excelente y fino, y sus vinos en lo antiguo fueron muy apreciados. Cervantes hace memoria de ellos en la novela de "Rinconete y Cortadillo", y en la del "Licenciado Vidriera" dice que los vinos de Alanís, Cazalla y Guadalcanal eran muy estimados en Italia.
Del casco urbano de la población, lo único que cita es la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, donde llamó su atención el primitivo retablo mayor -desaparecido en 1936-, de elegante traza barroca y fechado a principios del siglo XVII (7).
"La iglesia principal de Guadalcanal es muy buena, no siéndolo menos su altar mayor con tres cuerpos, jónico, corintio y compuesto; pero deformado por mil cortes y pegaduras, y la principal un nicho moderno en el centro, desgracia común a otras iglesias del mismo pueblo".
Su estancia en la villa concluye con una curiosa referencia a la celebración de la antigua feria de Guaditoca:
"Celébrase ahora en él, en los tres días de Pascua de Pentecostés, la feria que llaman de Guaditoca, que antes se tenía en el despoblado en que está la ermita dedicada a Nuestra Señora con dicho titulo. Acuden a ella ganados y otros efectos de labranza, de que se proveen todos los pueblos inmediatos; bien que ya no es tan concurrido como cuando se hacía en el campo. El día último se hace una procesión bien poco devota, a que sólo concurren el clero, llevando una imagen de Nuestra Señora de no mala escultura, y un Niño Jesús, que allí llaman el "Bellotero", rodeado de muchachos y algazara; que se aumenta con los tiros que de continuo dispara aquella comparsa armada".
BIBLIOGRAFÍA.-
(1)Sobre este tema puede verse: MINISTERIO DE OBRAS PUBLICAS, TRANSPORTE y MEDIO AMBIENTE: El Camino de Andalucía. Itinerarios históricos entre la Meseta y el Valle del Guadalquivir: Madrid, 1993; URIOL SALCEDO, J.L.: Historia de los caminos de España, volumen I (Hasta el siglo XlX). Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, Madrid, 1990; JURADO SÁNCHEZ. J. : Ciudades y pueblos de Andalucía: siglo XVIII, Editoriales Andaluzas Unidas. Sevilla, 1989. Los caminos de Andalucía en la segunda mitad del siglo XVIII (1750-1808). Universidad de Córdoba, 1988.(2)Una buena selección de estos relatos de viajes se recoge en GARCIA MERCADAL, J. ; Viajes de extranjeros por España y Portugal, 3 volúmenes, Aguilar. Madrid, 1959 -1962. (3)MENDEZ BEJARANO, M.: Diccionarios de escritores, maestros y oradores naturales de Sevilla y su actual provincia. Reedición, Sevilla, 1989. Págs. 50-55.(4)MATUTE, J.: Apuntes en mi viaje a Extremadura, año de 1801. Manuscrito 58-4-40.(5)Sobre la minas de Guadalcanal puede consultarse: GONZÁLEZ, T. : Noticia histórica documentada de las célebres minas de Guadalcanal 2 volúmenes, Madrid, 1831; SÁNCHEZ GOMES, J .: Datos para la elaboración de un mapa de explotaciones mineras en los siglos XVI y XVII, en Actas del I Congreso de Historia de Andalucía. Publicaciones del Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1978. Tomo II (Andalucía Moderna, siglos XVI -XVII), págs. 315- 325.(6)PONZ, A. : Viajes de España. Madrid, 1786-1794. (Edición facsímil, Atlas. Madrid. 1972). Tomo VIII. Págs.. 218-219; "Guadalcanal, perteneciente a la Orden de Santiago, es villa, a la que dicen, de mil vecinos, abundante de viñas, olivares, y demás cosechas, con dos parroquias, dos conventos de monjas, y dos de frailes. A distancia de un cuarto de legua entre Norte y Oriente están las famosas minas de plata, en que se trabaja actualmente con utilidad. Se ha formado de los jornaleros, y jefes que hay en ellas una mediana población, y son dignas de ver máquinas inventadas para su desagüe; y asimismo sus profundísimos pozos particularmente uno de ellos, donde se trabaja al presente". (7)HERNÁNDEZ DÍAZ, J.- SANCHO CORBACHO, A.: Edificios religiosos y objetos de culto saqueados y destruidos por los marxistas en los pueblos de la provincia de Sevilla. Sevilla, 1937. Pág. 122.
Salvador Hernández González
Revista de feria 1997