By Joan Spínola -FOTORETOC-

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Villa de Guadalcanal.- Dió el Sr. Rey D. Fernando a Guadalcanal a la Orden de Santiago , e las demás tierras de la conquista, e de entonces tomó por arma una teja o canal, e dos espadas a los lados como así hoy las usa.



miércoles, 29 de diciembre de 2010

LA ORDEN FRANCISCANA EN GUADALCANAL 1/2


NOTICIAS SOBRA SUS CONVENTOS, A TRAVES DE UN INFORME DEL AÑO 1646 (parte 1)



I. Introducción.

Los siglos XV, XVI y XVII suponen una época esplendorosa para la vida religiosa en Guadalcanal, al convertirse en escenario de una verdadera cadena de fundaciones conventuales a cargo de la Orden Franciscana. Este ciclo fundacional vendrá a enriquecer, por un lado, el patrimonio artístico de la localidad, que contará, además de sus tres parroquias y las ermitas repartidas tanto por el casco urbano como por el término municipal, con los conventos de Nuestra Señora de la Piedad (vulgo San Francisco), San José (más conocido como Santa Clara), Purísima Concepción y Espíritu Santo. Y por otro, se intensifica el clima de espiritualidad existente, al servir estos templos de sede a diferentes hermandades y cofradías. De esta forma, a lo largo de la Edad Moderna Guadalcanal aparece como una villa eminentemente levítica, poblada por las torres, espadañas y portadas de sus templos, en los que se albergaban numerosas imágenes, retablos, pinturas y ornamentos sagrados.
A la hora de fundar conventos es aplastante el monopolio de la Orden Franciscana en Guadalcanal, frente a la variedad de órdenes presente en otras localidades de la comarca, como Alanís (basilios y Clarisas), Cazalla (franciscanos, clarisas, agustinos, agustinas y cartujos) y Constantina (basilios, franciscanos, clarisas, jesuitas y hospitalarios de San Juan de Dios). No obstante, es evidente el gran peso de los franciscanos en la comarca, que dio a la Orden Seráfica una de sus más insignes figuras: San Diego, cuya vida y obra estuvo muy presente en la espiritualidad española de la época.
Conocemos muy poco sobre la historia de los diferentes conventos establecidos en Guadalcanal. La Desamortización acarreó la dispersión, cuando no la pérdida. de los archivos conventuales, dificultando la investigación histórica y añadiendo un tupido velo de oscuridad y silencio al tema. Hasta ahora una de las fuentes principales de noticias sobre el tema que nos ocupa ha sido la crónica de Fray Andrés de Guadalupe sobre los conventos de la denominada Provincia de los Ángeles (1).
A fines del siglo XV, Fray Juan de la Puebla desarrolla una reforma de los franciscanos, buscando una mayor austeridad y ascetismo en la vida conventual (2). Para ello crea, dentro de la propia Orden, la denominada Provincia de los Ángeles, marco administrativo que englobaba los conventos franciscanos situados en la Sierra Norte sevillana y en algunos lugares de la Sierra de Córdoba, vega del Guadalquivir y Extremadura.
Una de las primeras fundaciones de Fray Juan de la Puebla fue precisamente el Convento de Nuestra Señora de la Piedad de Guadalcanal, más conocido como San Francisco. Ya a fines del siglo XVI se funda el convento de San José, de monjas clarisas, también conocido como Santa Clara y perteneciente igualmente a esta Provincia de los Ángeles.
El siglo XVII trae dos nuevas fundaciones franciscanas: la Purísima Concepción, de franciscanas concepcionistas, y el Espíritu Santo, también de clarisas. Sin embargo, administrativamente no dependerán de la Provincia de los Ángeles, sino que estarán bajo la jurisdicción eclesiástica del Ordinario o Provisor de la Provincia de León de la Orden Santiaguista, a la cual perteneció Guadalcanal hasta su incorporación al Arzobispado de Sevilla a mediados del siglo XIX. Al no pertenecer estos dos últimos conventos a la Provincia de los Ángeles, Fray Andrés de Guadalupe no se ocupa de ellos en su crónica, siendo conocida su fundación a través de otras fuentes documentales.
Con el objeto de completar los datos conocidos y aportar algo más de luz a este tema tan poco estudiado vamos a presentar un interesante informe sobre los conventos de Guadalcanal (3), fechado el 18 de octubre de 1646 y en el que se aportan datos tan variados como sus fechas de fundación, fundadores, religiosos y religiosas ilustres, composición de la comunidad en ese momento, reliquias, archivos conventuales, etc.
El informe en cuestión fue elaborado por Fray Juan Benítez, Lector de Artes en el convento de Nuestra Señora de la Piedad de Guadalcanal, respondiendo a la orden dada en Madrid el 20 de febrero de 1646 por Fray Juan de Palma, Comisario General de la Orden Franciscana. Los conventos tratados son, pues, el de La Piedad (o San Francisco), San José (o Santa Clara), Purísima Concepción y Espíritu Santo.

2. Convento de Nuestra Señora de la Piedad (San Francisco).
La crónica de Fray Andrés de Guadalupe nos habla del establecimiento de los franciscanos el 1 de mayo de 1495 en la ermita de Nuestra Señora de la Piedad, fundación promovida por Don Enrique Enríquez, Comendador Mayor de la Provincia de León de la Orden de Santiago, y su mujer Doña María de Luna (4). Estos mismos datos son recogidos en su informe por Fray Juan Benítez, quien señala que el primer Guardián o Superior fue Fray Diego de Arvajas, natural de Hinojosa del Duque (Córdoba).
A fines del siglo XVI, concretamente en 1591, la comunidad estaba integrada por veinticuatro miembros (5). En 1646 se compone de treinta y religiosos, siendo Guardián Fray Miguel Moreno, natural de Añora (Córdoba). El Guardián es copatrono de una obra pía fundada por el en Bastida, consistente en el repartimiento de trigo a los pobres, o cual se le da al Guardián seis fanegas de trigo. Otra de las obligaciones del Guardián es asistir a una misa cantada el día de la Concepción la parroquia de San Sebastián, para lo cual "le dan de limosna z reales para vestuario y una vela de media libra".
Junto a esta función asistencial, el convento desarrollaba cierta vida cultural, pues en él se habían impartido clases de Teología. En el momento de redactarse el informe "ha tenido juntos dos cursos de Artes (letras), a quienes leía un lector cuatro lecciones todos los días", asistienrmalmente diez y ocho estudiantes.
La vida espiritual era también intensa, hallándose establecida en el convento la Cofradía de La Soledad, de la que Fray Juan Benítez nos aporta interesantes datos:
"En sobredicho convento está fundada la Cofradía de la Soledad de Nuestra Señora. Y el Viernes Santo a la procesión del Sepulcro de Cristo Redentor Nuestro ocurren en ella el Cabildo seglar y los clérigos de tres parroquias. Tiene dicha Cofradía una Bula de Urbano VIII, en la cual concede tres indulgencias plenarias en diversos días del año y otras indulas. Y tienen dichas indulgencias resguardo de su valor del Comisario General de la Cruzada Don Fray Antonio de Sotomayor".
Subrayando el alto nivel alcanzado por la vida conventual, Fray Juan Benítez nos cita algunos de los religiosos ilustres de la casa: Fray Alonso López, que fue canónigo de la Catedral de Puebla de los Ángeles (México), "causó en este pueblo y su comarca grande admiración" al reunir las riquezas de su episcopado, optando por seguir la proverbial pobreza franciscana. Otro religioso ilustre fue Fray Francisco de Lora, “varón de loable vida", cuyo cuerpo se conservaba en el convento, en el que también se veneraba como reliquia la cabeza de un Mártir Franciscano del Japón, llamado Gregorio, enviada desde la Nueva España por Cristóbal Ramírez, natural de Guadalcanal y que desempeñaba allí el cargo de Comisario General de la Orden.
Finalmente, el informe nos menciona algunos de los documentos conservados entonces en el Archivo conventual: tres Breves de Inocencio VIII y dos de Alejandro VI concediendo la fundación del convento; otro de Alejandro VI en favor del convento, mediante el cual sus frailes confesores podían absolver todos los casos reservados en el Priorato de dos Provisiones Reales dada por los Reyes Católicos para el mismo objeto; una Provisión Real del Emperador Carlos V concediéndole permira cortar leña en todo el término de Guadalcanal; otra de Felipe II, fiando que los escribanos y jueces no cobrasen sus honorarios al convento; una Ejecutoria de los Onces contra los curas de las parroquias de la villa, ante el Licenciado Juan Dionisio Puerto Carrero, Vicario General del Obispado de Córdoba; otra sentencia y provisión contra los curas de las parroquias de la localidad, para que el convento "no pague la cuarta funeral", fechada el 16 de junio de 1594; otra ejecutor para que los síndicos (representantes del convento) "no paguen derechos reales ni concejiles", y otra ejecutoria, dada por Felipe 1V, "contra los que quebrantaren e hicieren quebrantar los privilegios de los síndicos y hermanos que nos hospedan en sus casas". (sic).

NOTAS.-
1. GUADALUPE, Fray Andrés de: Historia de la Santa Provincia de los Ángeles. Madrid, 1662.
2. VARIOS AUTORES: Historia de la Iglesia de Sevilla. Editorial Castillejo, Sevi1la 1992. Pág. 396.
3. ARCHIVO GENERAL DEL ARZOBISPADO DE SEVILLA, sección III (Justicia), legajo 195: Memorial de cosas pertenecientes al Convento de Guadalcanal (1646).
4. GUADALUPE, Fray Andrés de: Op. cit., págs. 146 - 148.
5. RUIZ MARTIN; Felipe: "Demografía eclesiástica", en Diccionario de Historia Eclesiástica de España. Madrid, 1972. Vol. II, pág. 701.

SALVADOR HERNANDEZ GONZALEZ
Licenciado en Historia del Arte
Revista de Guadalcanal 1998

sábado, 25 de diciembre de 2010

EL VINO DE GUADALCANAL EN LA LITERATURA 3


Portada del libro

"FLOR DE VIRTUDES"

En la biblioteca virtual del Instituto Juan Luis Vives de Valencia encontramos una curiosa referencia de los vinos de Guadalcanal y comarca.
Se trata de un romance escrito por Juan de Céspedes impreso por primera vez en Madrid en 1606 y que recogen los profesores Barco del Valle y Sancho Rayón en el libro editado por Imprenta y Estereotipo Rivadeneyra en 1866, titulado ENSAYO DE UNA BIBLIOTECA ESPAÑOLA DE LIBROS RAROS Y CURIOSOS”, en el tomo segundo, páginas 406/407 transcribo lo siguiente:

CESPEDES (JUAN DE).
Ref. 1802. Dos romances de la partida despedimientos de la real chancillería que reside en la ciudad de Búrgos, que se torna á Valladolid, y los razonamientos de los patrones y defensores de la dicha ciudad. Juntamente con un casamiento de una vieja de setenta años con un viejo de ochenta y cuatro. Compuesto por Juan de Céspedes. Impreso con licencia en Madrid en casa de Juan Serrano de Vargas, año de 1606. (Al fin.) Dió licencia el señor vicario general de la villa de Madrid y su partido, á Miguel Serrano de Vargas, para poder imprimir esta obra, atento á la censura del padre Joan Federico Cedlier. Es su fecha en Madrid á 24 de Julio de 1606. (B.-B.) (sic).

4º.- pliego suelto, con una estampa antiquísima otra el fin, y al pié de ella el letrero “Flor de Virtudes”, en grande, letras góticas.


1º) Famoso Cid Campeador.
Nuño Rasura, Lain Calvo,
Fablad en tal coyuntura.
Fablad aunque seais de mármol…

2º) Respuesta que da la ciudad:
Señores medio poetas,
Casi pudiera agraviarme,
Si en mi cupieran agravios
De gente tan inorante.
Mas no dejo de sentir.
Que con  color de verdades
Tomen las fablas antiguas
Para decir disparates.
Y si es porque soy antigua,
Sepan que sé acomodarme
Con el lenguaje que corre.
Y áun me precio de enseñarle…
Auque mi Cid ya es muerto,
Y es imposible que hable.
Vive el duque de Lerma,
Mi regidor y mi alcalide…

3º)Paseándome en Sevilla.
Por desenfadarme un rato,
Una tarde sali
Hacia la puerta de Honsario…
Tenia (!Dios me acuerde en bien!)
Más narices que un caballo,
Más corcoba que un camello,
Y más pescuezo que un ganso…
Una martingala justa,
Capa corta, cuello largo.
Que parecía á Panarra
Puesto encima del tablado.
Una gorra de velludo,
Llana como de gitano.
Que se acuerda, á lo que entiendo,
Del tiempo del rey D. Sancho...
Esta vieja que aquí está.
Con estas tocas de seda,
Cuando la falta moneda,
Por beber, las venderá,
Y no le contentará.
Todo vino del mercado,
Cazalla, Guadalcanal.
Alanís y Constantina;
No tienen cuba más fina,
Ni Yepes, ni Madrigal;
Que la vieja es cuba tal.
Que jamás lo bebió aguado,
Una tarde que bebió
Con sola una berengena.
Dos azumbres de Lucena.
Que ningun trago dejó (sic).


Fuentes.- Biblioteca del Instituto Juan Luís Vives (Valencia)

miércoles, 22 de diciembre de 2010

AQUELLA CALLE DE SANTA ANA

UNA PERRITA PARA LA SANTA CRUZ


En este entorno, trascurrieron los primeros veinte años de mi vida, y como si los estuviera viviendo ahora mismo, vienen a mi memoria un sinfín de aneadotas, lugares y personas que han quedado grabadas en mi mente y que recuerdo con gran cariño y afecto, pues no en vano fueron los inicios de mi existencia y en cierto modo marcaron de alguna manera mi personalidad.
Aquellos juegos de niños que se practicaban por temporadas, o aquellos partidos de fútbol organizados en medio de la calle con unas piedras como porterías, teniendo que detenernos cuando pasaba alguna yunta de mulas o alguna mujer con su espuerta de la compra.
Parece que estoy viendo a mi amigo Rafa Nieto tratando de ser como Pelito. o a Pedro Murillo capitaneándonos por las alturas del huerto del Treinta, al Lobo y Manolo el Gazpachito con sus tirachinas intentando derribar algún gavilucho de la torre. A Fefí, a su hermana Toñi, a Maria Dolores Parra, a Antoñina, a Mari Nieto, a Micaela, o a mi hermana Pepi con aquellos uniformes de color negro con cuello duro y blanco viniendo del convento acompañadas por las más mayores. Manoli la zapatota, su hermana Carmen, Mari la Pieñera, o Antonia la del zuro entre otras.
En el pilarito las mujeres cogen agua del aquel ridículo caño que a pesar de echar tan poca nunca se secaba. Allí estaban Rosario la tomilleja, Anita la piñera, Carmen la santanera, Monolita la de Pepa la polinaria Pura y Rafalita la mujer de guarrito y muchas otras con sus cantaros y sus cubos para llevar el liquido elemento a sus casas y llenar los panelones en los que lavar la ropa y las fuertes jaquetas de los hombres del campo, porque el agua corriente no llegaría hasta años mas tardes, aunque eso si, se les hizo mentira ver la fuente detrás de la puerta de sus casas y no tener que estar tanto tiempo esperando a que se llenaran las vasijas en las esquina de la calle Carretas a la sombra.
Fue al meter el agua cuando el pilarito cayó en declive pero aquella obra vino para bien e incluso descubrimos la existencia de enterramientos en el subsuelo de nuestra calle, recuerdo que salieron esqueletos humanos en gran cantidad y aquello para los niños de la época era todo un acontecimiento.
Si en algo se podía distinguir “aquella calle de Santa Ana” era en sus celebraciones y acontecimientos religiosos que llenaban de regocijo a aquellos niños que nos criamos a los pies de la iglesia en cuyo soportales jugábamos los días de lluvia o escalábamos los peldaños de la suntuosa torre desde la que dominábamos el extraordinario paisaje que ofrece todo el pueblo y sus alrededores. Como me gustaba a mí subir a la torre por aquella estrecha escalera de caracol escalando después a la azoterilla desde el interior del campanario.
En el interior del templo recibíamos la catequesis que nos impartían los domingos por la tarde repartidos por los distintos altares. Yo recibía las clases en el de San Ignacio y otros grupos en el de la virgen de Carmen o en el de San Marcos, pero siempre bajo la estrecha vigilancia de Don Manuel el cura.
Cuando llegábamos al final del curso recuerdo que nos obsequiaban con un modesto regalo pero que nos hacía mucha ilusión.
No solo era la catequesis lo que nos llenaba de satisfacción a los niños de entonces, estaban las festividades de san Crispín patrón de los zapateros y San Marcos cuyas procesiones eran el punto final de una serie de celebraciones como eran las novenas o triduos acompañados por repique de campanas que hacían que todo el barrio acudiéramos a la cuesta para disfrutar de las celebraciones, lo mismo pasaba con las novenas de la virgen del Carmen o las de Santa Ana.
En estas celebraciones todos los chicos acudíamos al templo situándonos en el coro en donde Mórente tocaba el órgano y Larita cantaba con aquella potente voz que a todos no llamaba la atención además de su prodigiosa y cuidada calva. Pero si algo nos llenaba de regocijo era cuando en alguna de estas celebraciones se hacían fuegos artificiales aquello ya era el no va mas.
Las tardes de verano daban comienzo después de la siesta, justo cuando Manuela la de la berza pasaba pregonando aquello de: ¡Hay helados, mantecados, rico helado!. Algunas veces conseguíamos saborear aquellas galletas de vainilla con una especie de natillas frías que para nosotros eran un manjar. Luego la vida volvía como por arte de magia y “aquella calle de Santa Ana” se llenaba de vida y de alegría.
Los juegos de niños y niñas predominaban por todos lo sitios y de igual manera se veían a chicas jugando a las casitas como saltando a la comba o jugando al corro de la patata mientras que los chicos lo hacíamos a la pidola, al salto del moro, a quinquilina quien esta en cima, pero todo esto no era nada cuando por circunstancias acertaba a pasar uno de aquellos carros de paja tirados por mulos que dominaban toda la calzada. Todos corríamos como gamos para colgarnos de su carga teniendo los carreros que hacernos bajar de las cuerdas que sujetaban la mercancía que sobresalía de los varales. O si no que se lo pregunten a Cachena, que más de una vez nos tuvo que dar algún cachete para no tener alguna desgracia.
Cayendo la tarde los hombres del campo se acercan con sus bestias al pilarito para dar de beber a sus animales. Entre ellos mi padre con aquellos dos hermosos jumentos que tenía y que se llamaban el Pajarito y el Pulio. Mientras del interior de las casas con sus puertas abiertas de par en par sale el entrañable ruido que las mujeres provocan con el majo y el dornillo haciendo el garapacho que ha de servir de cena a los agotados hombres que llegan tras largas horas de faena en los campos de Guadalcanal. Luego el calor de la noche hace que las familias y amigos se reúnan en las puertas de las casas para charlar y tomar el fresco mientras los chiquillos no dejamos de jugar a la luz de las tenues bombillas que iluminan las esquinas, pero hay que madrugar y llega el momento de que las madres salgan a buscarnos para que nos vallamos a la cama.
Ha pasado la feria y ha entrado el otoño, los chicos ya no andamos a nuestro vello albedrío por la calle pues hay que ir al colegio y los días cada vez son mas cortos, aunque todavía nos quedan fuerzas para jugar en la cuesta a la billarda o al trompo y si no a tirarnos por el resbaladero que da a la calle de las Minas pero el frío intenso de la Navidad hace que ya no sea tan frecuente nuestros juegos como lo eran en el verano aunque esperamos con gran impaciencia el gran acontecimiento del invierno: la cabalgata de reyes magos. Los portales de le iglesia se convierten en un Belén viviente y todos acudimos con extraordinaria alegría a dicho acontecimiento, vemos pasar ante nuestros ojos el desfile de sus majestades a quien acompañaban los campanilleros y la banda de música con Morante al bajo, Denielito con el bombo, pajita, el nene y demás músicos bajo la batuta del Niño Sebastián, también los burros cargados con paquetes de regalos que pronto encontraríamos en nuestras casas.
A la mañana siguiente todos en la calzadilla a enseñar lo que la noche anterior nos dejaron Melchor, Gaspar y Baltasar, naturalmente con una cierta envidia porque a todos nos gustaba el regalo de los demás, pero la diferencia era mínima pues casi todos coincidíamos en la caja de lapiceros de colores “Alpino” o en el plumier de madera.
En los soleados días de invierno y ya terminadas las faenas de la aceituna las mujeres se sientan en el rincón para hacer sus labores de costura o las aspirantes a matrimonio bordan en sus bastidores el ajuar que les a de servir el día de mañana. Allí estaban Carmen la zapatota, Heladia la mujer de Zuro, Angelita, Carmen la de los palomos, Carmen la del tuerto o Pilar entre otras. Mientras tanto los niños que ya hemos venido del colegio merendamos a toda prisa nuestro pan con la jícara de chocolate que previamente compramos en casa del “Tuerto” en donde también tras sacarle a nuestras madres alguna perra gorda, la gastamos en aquel bombo en el que tras introducir la moneda por una ranura esta no devuelve una boita de color tras accionar una palanca.
Aún están presentes en mi olfato los olores de aquella tienda de ultramarinos en los que se mezclaban los aromas del café torrefacto con los del bacalao, las sardinas arenques que se exhibían en aquellas grandes cajas circulares con el del atún en conserva que se despachaba a granel. El arroz, los garbanzos, las lentejas el azúcar y la sal. Todo ello envuelto en gruesos papeles de estraza por Antonio quien siempre lucia una camisa de color azul y en la oreja un lapicero que solo se quitaba cuando salía a la calle con aquella gran moto Derbi, pero sin quitarse de la comisura de sus labios la colilla de un cigarro ideal.
La primavera nos permite ver emocionadamente los desfile procesionales de la hermandades de los verdes y la del sentado en la peña, la madrugada del jueves santo. Es el preludio de lo que había de repetirse nuevamente como cada año y con gran ilusión vemos desfilar las bellas imágenes que hace estación de penitencia por el carril que discurre paralelo a la cuesta. Todo el barrio se impregna de perfume a incienso y a azahar que perdurará asta bien pasadas las cruces de mayo en la que los niños rememoramos la semana de pasión con nuestros graciosos y floreados pasos sostenidos en débiles mástiles al mismo tiempo que pedimos: "una perrita para la santa cruz”.
Con el paso de los años aquellos juegos de la billarda, el salto del moro, el trompo y otros desaparecen dando paso a las videoconsolas y demás juegos virtuales. Las mocitas ya no bordan su ajuar en el rincón de la Zapatota sino que lo compran ya confeccionado en el Corte Ingles. Las bolitas del bombo de la tienda del Tuerto ahora las vende en blister y con sabores diferentes en supermercados en los que ya no huele a sardina arenques mezclados con café y bacalao. Los panelones ya no se llenan con agua del pilarito, para eso están las lavadoras que lo hacen todo sin necesidad de refregar las jaquetas en los lavaderos, porque los hombres ya no van con mulos al campo, son los tractores los que tiran del arado.
Tampoco hay barro ni polvo ni piedras en el suelo de aquella calle de Santa Ana, su firme esta debidamente pavimentado sus aceras engalanadas con frondosos árboles. Los niños no juegan al fútbol con dos piedras como portería sino que lo hacen en buenas instalaciones deportivas. Tampoco se suben a los carros de paja porque ya estos no existen. Ahora se pueden ver gran cantidad de vehículos aparcados en sus márgenes cuando antes era un acontecimiento ver pasar los autos de Remujo, de Juanito el chofer o de Sanani.
El pilarito es el único que sigue perenne después de tantos años, su caño con su delgado chorro pero su piedra como si por el no hubiera pasado el tiempo, es el símbolo no solo de la calle sino del barrio y de todo Guadalcanal porque en el se guarda un gran pedazo de la historia de cada uno de los que nos criamos a su alrededor por eso yo lo considero como un monumento al trabajo.
Afortunadamente el progreso ha llegadlo también a la calle en la que aprendí a andar, a jugar y porque no decirlo a enamórame de alguna de las guapas muchachas que junto a mi se criaron y esto me enorgullece tremendamente, todo está mucho mejor que antes, hasta tenemos libertad. Pero en mi mente siempre estarán presentes aquellas personas que estuvieron y está en mi corazón porque mis raíces estarán siempre en el entorno de “aquella calle de Santa Ana”. (sic)

MANUEL BARBANCHO VELOSO

viernes, 17 de diciembre de 2010

GUADALCANAL 1852/56



Cambios Estructurales

 Después de varios hechos delictivos en la localidad y caminos lindantes que desencadenaron robos y saqueos en los cortijos y la muerte por asesinato del vecino de la localidad Antonio Vázquez Mena, se acordó en pleno municipal celebrado el 11 de Enero de 1852, siendo alcalde y presidente de la corporación D. Leandro López de Ayala y Montero de Espinosa, dirigir escrito al Gobierno Civil de la Provincia de Sevilla, para solicitar la instalación de una casa cuartel y dotarla de una partida de la Guardia Civil, cuerpo de seguridad creado mediante Real Decreto de 28 de marzo de 1844.

En el año 1854, siendo alcalde presidente de la villa D. Miguel Ramos i Lobo, en sesión de 30 de Junio, se propone dotar de una cantidad de dinero para la construcción de un cementerio municipal, como es sabido, hasta aquella fecha se disponían los enterramientos en las parroquias más cercanas al domicilio del finado.
Para esta construcción se acordó la zona del Prado de San Francisco, sobre las ruinas del antiguo convento franciscano de la Piedad y San Francisco, solicitando la debida autorización, mediante exposición documentada a la autoridad eclesiástica con sede en Llerena.
En esa misma exposición y ante el gobernador eclesiástico de Llerena D. Pedro Nogales y Granda, el Ayuntamiento solicita la cesión de las capillas de Los Milagros y San Vicente para construir en las mismas la Casa Consistorial y dependencias municipales de las que en la época se carecía, ya que no eran útiles, debido a considerarse innecesarias para el culto y la proximidad de las iglesias de San Sebastián y Santa María.
Estas solicitudes fueron concedidas por la cúpula eclesiástica, pero finalmente, tras la gestión en Madrid de D. Ignacio Sánchez Martínez, la casa Consistorial se construyó sobre las ruinas del palacio de los comendadores de la Orden de Santiago, que durante siglos habitaron o visitaron la villa.
Se acuerda efectuar el pago de los instrumentos para la banda de música de la "MILICIA NACIONAL" de ésta villa según factura firmada de D. Pedro Taberner, la que asciende a la cantidad .de "Cuatro mil reales vellón".
En sesión ordinaria se reúne éste Ayuntamiento y acuerda: Que habiéndose hecho pedazos el pellejo del tambor de guerra de la banda de la "Milicia Nacional" de ésta villa se acuerda ponerle un parche, para lo que se comprará un pellejo de cabra que asciende a "siete reales vellón".
"Sale" a subasta las obras para la colocación de nombres a las calles y números a las casas".
Haciéndose sospechoso el estado sanitario en los pueblos comarcanos a causa del "cólera morbo" SE SUSPENDE LA CELEBRACION DE LA FERIA.Llega el "cólera morbo" a Guadalcanal, por lo que, se le pide toda la ayuda que a bien tenga al Gobernador de la provincia.
Según los partes diarios que los profesores de "la ciencia de curar" remiten a ésta alcaldía se declara libre de epidemia del cólera morbo asiático, encontrándose la población en estado de sanidad completo, por lo que, se cantará en la Iglesia Parroquial un solemne Tedéum en acción de gracias por el Sr. Cura Párroco de la de San Sebastián, asistiendo todo el pleno de éste Ayuntamiento que preside D. Miguel Ramos i Lobo.
Se da comienzo al empedrado de las calles, el 23 de Agosto de 1.855, al poco tiempo la Exma. Diputación lo suspende para dedicar ese dinero a calamidades públicas".
En el año siguiente se termina la construcción del cementerio municipal, acordándose llamarlo de San Francisco, en recuerdo del convento que allí existía con anterioridad, procediendo a su inauguración junto con el Paseo de la Cruz.
Se acuerda “asistencia del Pleno del Ayuntamiento a la Bendición del Nuevo Cementerio el que se halla en el "Prado de San Francisco".
Por éstas fechas se hacían casi a diario peticiones del vecindario de trozos de terrenos comunales para distintos fines, plantío, huertas etc. y un vecino hizo la siguiente petición: "Por necesidades para vivir quiero hacer una casa de habitación, por lo que, a bien pido un trozo de terreno en el huerto del Palacio junto donde está el corral de conejos, tirando la tapia que tanto afea a nuestra plaza Municipal" (Naturalmente no existía el edificio del Ayuntamiento).Nos detenemos en el año 1856 y finales de la década, es cuando nuestra villa recibe un impuso económico, por una parte, el Ayuntamiento recibe en la persona de D. Luís López de Ayala de la Real Hacienda de España, gran parte de la dote concedida por los gastos ocasionados durante la pasada Guerra de la Independencia a este municipio, por otra, la corporación municipal decidió vender algunas dehesas y cortijadas a particulares, para ello se nombró una junta pericial designado presidente de la misma a D. Antonio Llamazares.
Fue precisamente en este último cuatrienio, cuando se llevó a cabo una gran transformación urbanística en Guadalcanal, adecentamiento y empedrado de calles, rotulación de las mismas, numeración de las viviendas y adecuando lo que hoy conocemos como Plaza de España, pasando a ser el centro neurálgico y económico de la población y que perdura siglo y medio después.

Fuentes.- Leopoldo Tena (Datos curiosos sacados del archivo de nuestro Ayuntamiento de algunos acuerdos que se tomaban en las sesiones celebradas por la corporación de aquellos años...)
Nota autor.- Leopoldo Tena, fue una persona que debido a su trabajo como funcionario del Ayuntamiento durante muchos años y su inquietud por desvelarnos datos de Guadalcanal rescatados del olvido, escribió varios artículos muy interesantes sobre la historia de Guadalcanal en las Revistas de Feria de los años 70 del pasado siglo, se le quedaron muchos otros en apuntes escritos a mano y en aquella vieja Olivetti, apuntes que imagino que conservaran sus hijos.
Yo tuve ocasión de conocerlo en los últimos años de su vida, recuerdos que me llevan a aquella pequeña sala de la calle Milagros, donde me recibía sentado en la mesita junto a la ventana y pasábamos horas él hablando del pasado y yo tomando apuntes.
Fruto de estos apuntes rescatados de un viejo archivo que conservo y algunas amarillentas fotocopias de cuartillas que el me dio, he confeccionado este articulo y los próximos que escribiré de parte de la historia de nuestro pueblo.

A Leopoldo Tena, agradeciendo que me despertara el interés por nuestra rica historia y a su esposa Lola Gómez, que me enseñó a leer, escribir y a amar los libros.


Rafael Candelario Repisa

martes, 14 de diciembre de 2010

EL FLAMENCO DE LUTO

Fallece en Madrid a los 67 años el cantaor Enrique Morente


Tengo un querer y una pena.
La pena quiere que viva;
el querer quiere que muera.
(soleá)

Una complicación a raíz de una operación ha resultado fatal

El cantaor Enrique Morente falleció ayer en Madrid a los 67 años de edad, tras las complicaciones surgidas a raíz de la operación de úlcera a la que fue sometido el pasado día 4 y que le mantenían desde ayer en estado de muerte cerebral, informaron a Efe fuentes de la SGAE. Morente, que hubiera cumplido el próximo 25 de diciembre 68 años, fue operado el 4 de diciembre en la clínica La Luz de Madrid de una úlcera, una intervención que obligó dos días después a su traslado a la UCI del hospital, donde fue nuevamente operado el día 6. Desde el domingo, el cantaor se encontraba en estado de muerte cerebral.Un comunicado de la familia Morente difundido por la Sociedad General de Autores de España (SGAE) señala que el cantaor falleció pasadas las 17.00 horas "después de varios días de denodada lucha contra la muerte".
"Enrique Morente, un creador único y una persona maravillosa, deja un enorme vacío en nuestros corazones y en el de la música, a los que se dedicó por entero y con entrega a lo largo de toda su vida", subraya la nota de la familia.

Del Albaicín
Nacido en el barrio granadino del Albaicín, Morente fue uno de los grandes renovadores del flamenco. Su talento, inquietud y búsqueda de nuevas formas de expresión le fueron reconocidos con distinciones como la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes.
Casado con la bailaora Aurora Carbonell y padre de tres hijas, entre ellas la cantante Estrella Morente, el cantaor preparaba actualmente un disco titulado El barbero de Picasso, en homenaje al pintor malagueño.
En 1967 grabó su primer disco Cantes flamencos y, desde Homenaje flamenco a Miguel Hernández, de 1971, las adaptaciones de poetas como de San Juan de la Cruz, fray Luis de León, García Lorca, Alberti, Machado o Guillén se convirtieron en una constante de sus letras.
El cantaor, que podía presumir de ser el único capaz de cantar los "49 palos y medio" del "jondo", volvió al "cante puro" con el Homenaje a Don Antonio Chacón (1977).
En 1994 se convirtió en el primer cantaor galardonado con el Premio Nacional de Música en 1994 y se consolidó en el panorama vanguardista musical hacia 1997, con la obra "Omega" destinada a un público ajeno al flamenco.

Vanguardista ortodoxo
Enrique Morente ya está donde penas y dichas no son más que nombres, como él cantaba en una de sus idas y venidas a los versos de los grandes poetas, a los que dio un nuevo vuelo desde su quijotesco y surrealista modo de entender el flamenco, de cuya ortodoxia, curiosamente, era el dueño.
Morente era todo: el ortodoxo, el vanguardista, el que se adapta, el que experimenta, el paciente, el escapista, el de vertiginoso pensamiento y sentencias como fogonazos geniales, el de las rendijas por ojos, el de amigos hasta en el infierno, pero, sobre todo, el artista que hiciera lo que hiciera fascinaba al público.
"Creativo", como él llamaba a contar más "embustes" que el mítico Pericón, llevaba a sus 68 años casi cumplidos -los hubiera hecho el día de Navidad- medio siglo de carrera y tenía entre sus méritos haber sido el depositario del saber enciclopédico de Pepe de la Matrona, y ser el único capaz de cantar los "49 palos y medio" del "jondo".
Pero también fue el primer flamenco al que "piratearon" un directo para hacer un disco -un "cutrelux" de los sesenta que se editó en Holanda-; en ponerle jipíos a las letras de Picasso o en grabar con Lagartija Nick ("Omega") y barrer entre "los modernillos".
Pues con todo y con eso, "el padre de Estrella Morente" no tenía entre sus 23 grabaciones -de las más ortodoxas a las más vanguardistas- ni un álbum de "directos" hasta que lo "amontó", como él decía, el año pasado y decidió hacerlo, según "fabulaba" en una entrevista con Efe, porque la tarjeta (de crédito) estaba "tiesa".
Y dedicó el cantaor un tema nuevo, en el ejercicio del espíritu vindicativo y de preocupación social que siempre le acompañó a lo largo de su carrera, a quienes "nunca tienen quien le cante" y lo hizo en compañía de los suyos, es decir Estrella, Soleá y Enrique, los hijos que tuvo con su inseparable Aurora Carbonell, y niños como su nieta Debla.

DIARIO DE TERUEL
RAFAEL SPÍNOLA

sábado, 11 de diciembre de 2010

CRÓNICAS DE LOS MESONES 1931


 
JUEVES, PRIMERO ENERO 1931

Nuevo reloj en la Torre de la Plaza.-

Bajo la dirección del arquitecto D. Ricardo Magdalena se están efectuando las obras necesarias para la instalación del nuevo reloj público que este Ayuntamiento adquirió en fecha reciente.La nueva instalación es esperada con impaciencia por todos los vecinos, que llevan más de un año privados de elemento tan indispensable para la vida de trabajo, especialmente, por haber sido desmontado el que existía, por acuerdo del anterior Ayuntamiento, cuyos fundamentos desconocemos.
También se ha encargado el referido arquitecto de la formación del proyecto para la obra de reforma y ampliación de la casa cuartel de la Guardia Civil, de esta villa, cuyo edificio, propiedad de este Municipio, ha de dar cabida cómoda e higiénica a la fuerza de este Cuerpo, tanto de Infantería como de Caballería, que debe ser destacada, ya que esta última, por no reunir las condiciones necesarias el edificio en que estaba instalada hubo de ser retirada por orden superior, ínterin se llevaban a cabo las obras proyectadas.

Guadalcanal y las nuevas tecnologías.-
—Pronto será un hecho la instalación en esta villa del teléfono urbano e interurbano. Al efecto, y por los empleados de la Compañía Telefónica se está realizando el tendido de la red. El número de abonados es bastante crecido y creemos que aumentará antes de terminar las primeras instalaciones.

Ecos de sociedad.-
—Pasan en ésta las vacaciones de Pascuas la simpática señorita Lolita Muñoz Tristancho y los jóvenes Julio Herce, Joaquín del Puerto, Antonio Limones e Ismaé1 Castelló, habiéndose marchado este último a reunirse con su familia a la finca que poseen 11amada El Inquisidor, donde actualmente pasan temporada.
—En el cortijo El Hornillo, propiedad de D. Guillermo Alvarado, tuvo lugar el día 27 un herradero de ganado vacuno, para cuyo objeto estuvo en el citado cortijo el renombrado novillero Eduardo Gordillo, con varios amigos suyos y del dueño de la finca y después de marcar las reses las torearon, pasando de esta forma una tarde divertidísima.

Deportes.-
—El domingo 28 de Agosto, se celebró un partido de fútbol entre el Troya F. C., de Villagarcía de las Torres, y el Deportivo del Ateneo de Guadalcanal, en ésta localidad, en la partida conocida como "El Coso", ganando los locales por tres tantos a uno, este resultado se une a otra victoria del Ateneo semanas anteriores frente al Bellavista de Sevilla por un extenso 6-2


Fuentes.- Centro Estudios Turolenses (sección Prensa)

miércoles, 8 de diciembre de 2010

SITUACIÓN GEOGRÁFICA DE GUADALCANAL 2

PROCESO DE CAMBIO DE  PROVINCIA


Recuerdo cuando era pequeño que mi abuelo Frasco me decía que yo era extremeño, ya que había nacido en la calle Minas y el andaluz, había nacido en la calle dee la Dehesa.
La creencia de que Guadalcanal en tiempos perteneció a dos provincias a la vez, Sevilla y Badajoz, perdura en el tiempo, y aun en la actualidad hay personas que piensan que el pueblo desde la calle hoy Andrés Mirón hacía arriba perteneció a Badajoz y el resto Sevilla.
Guadalcanal desde la conquista Santiaguista y posterior organización del territorio de la orden en 1426 perteneció a la Provincia de León de Extremadura, partido judicial de Llerena y al Priorato de San Marcos de León, contando con regidor propio, hasta el año 1822 en la que la penúltima organización territorial de España, organizada por el Conde de Floridablanca, ministro de Estado de Carlos III el 27 de enero: publica en la Gaceta de Madrid tras su aprobación por las Cortes Españolas de la nueva división territorial de España.
Fecha en la que Guadalcanal pasó provisionalmente a la provincia de Sevilla, junto con las localidades de Azuaga (1), Fuente del Arco, Fregenal de la Sierra, Higuera la Real y las pedanías de El Bodonal, Pallarés y Malcocinado y segregándose de esta división Ahillones, que siguió perteneciendo a Extremadura.
Así continuó durante once años, hasta que Francisco Javier de Burgos y de Olmos en 1833 organizó la actual organización provincial de España, fue al comienzo del reinado de Isabel II, bajo la regencia de María Cristina de Borbón, nombrado Secretario de Estado de Fomento bajo el ministerio de Cea Bermúdez y fue en ese cargo en el que estableció la división territorial por provincias, basándose en los planteamientos del Nuevo Régimen, tomando como base la antigua división de los antiguos reinos de España; Esto se plasmó en el Real Decreto de 30 de noviembre de 1833 sobre la división civil de territorio español en la Península e islas adyacentes en 49 provincias, Guadalcanal perteneció a Extremadura en lo civil y en lo eclesiástico.
En 1833, tras 585 años de existencia, el Real Decreto de 30 de noviembre suprimió el reino de Sevilla, creándose la actual Provincia de Sevilla, que se formó uniendo localidades del reino homónimo, excepto las que pasaron a formar parte de la Provincia de Cádiz y de la Provincia de Huelva. Asimismo, la nueva provincia de Sevilla incorporó definitivamente la villa de Guadalcanal y su alfoz (2) de Malconinado, y perdió las poblaciones de Fuente de Arco, Pallarés, El Bodonal, Fregenal de la Sierra e Higuera la Real, que pasaron a formar parte de la provincia de Badajoz, en Extremadura.
Nos situamos en 1833 cuando pasa a pertenecer nuestro pueblo a la provincia de Sevilla y al partido judicial de Cazalla de la Sierra, como filiación civil y al Priorato de San Marcos de León como entidad eclesiástica, dependiendo del obispado de Llerena y constituida como un arciprestazgo formado por tres parroquias: Santa María o Iglesia Mayor, Santa Ana y San Sebastián, junto a varías capillas y ermitas y dependiendo de este obispado.
Finalmente quedó desvinculada definitivamente de Extremadura en 1851, cuando se le atribuye al Arzobispado de Sevilla la jurisdicción eclesiástica de Guadalcanal.
En esas fecha se produce otro hecho que ya hemos tratado en este blog, la antigua cortijada o alfoz y posteriormente aldea de Malcocinado, se erigió como municipio independiente y pasó a formar parte de la provincia de Badajoz, según posterior Real Decreto de 12 de Abril de 1842, se propuso implícitamente una nueva denominación con el nombre de Villanueva de la Victoria, pero este nomenclatura no prosperó.
En lo eclesiástico, Malcocinado seguía dependiendo del obispado y priorato de San Marco de León, y en un boletín de este de fecha 1858, se cita que se crea la Parroquia de San Antonio de Padua en esta aldea y pasa a depender como filial a la de Santa María la Mayor de Guadalcanal, hasta que aproximadamente dos años después, abolidas las jurisdicciones anteriores, Guadalcanal pasó a la diócesis ordinaria de Sevilla y Malcocinado, a la de Badajoz.
Esta segregación supuso disminuir el término municipal de Guadalcanal, ya que según el decreto citado, hubo de ceder al nuevo municipio la franja de tierra comprendida entre los ríos Guaditoca y Sotillo hasta la zona conocida como el castillo de Valjondo.

(1) hay historiadores como Sebastián Miñano o nuestro ilustre Marqués de Guadalcanal D. Antonio Fontán Pérez, en un articulo de la revista de feria de 1990, titulado Guadalcanal, un pueblo entre Andalucía y Extremadura que sitúan la localidad de Azuaga en la provincia de Sevilla durante un corto periodo de tiempo, pero no consta ninguna cita de este dato en las diferentes historias de Azuaga o en algunos Atlas de Historia del siglo XIX.
(2) Alfoz: Pequeñas aldeas y zonas rurales que dependían de las autoridades municipales de la villa. Este es un término de origen árabe que hacía referencia a un conjunto de pueblos que formaban una sola jurisdicción.

Fuentes.- Atlas Histórico-geográfico de España, volumen III (siglos XVIII y XIX) y CENTRO DE ESTUDIOS TUROLENSES (Sección Historia), Memorial Histórico Español volumen IV y autor.

Rafael Candelario Repisa

sábado, 4 de diciembre de 2010

CARNAVAL, AÑOS 70






NUESTROS CARNAVALES

Para los que no saben, y que son muchos, como eran nuestros carnavales, sobre todo en el primer cuarto del siglo que vivimos, puede ser de interés al recordarles las circunstancias a la sazón concurrente y la diversidad de actos y manifestaciones con los que el pueblo se divertía en los tres días que preceden al miércoles de ceniza y aún el siguiente domingo primero de carnaval llamado de Piñata.
Una circunstancia a no olvidar la falta de radiofonía en el tiempo cuya consecuencia inmediata era el deleite que causaba el poder oír música, música callejera, durante esos señalados días, pues que en las procesiones religiosas en fiestas de guardar durante el verano en el tablado entonces existente en el paseo de El Palacio, y alguna que otra noche invernal con ocasión de haber teatro en el local de la Sociedad, existente este en la calle Luenga, se oía a la banda municipal interpretar composiciones musicales, melodías estas que en los cuatro días indicados se disputaban su interpretación una, dos, y a veces tres organillos arrastrados en carretón de dos ruedas tirados por un perro, organillos de aquellos que por aquel tiempo recorrían a diario las calles de Sevilla.
El organillero como buen sevillano, solía ser, en muchos casos, hombres relleno de gracia.
La mascarada, sólo de día, era un festín divertidísimo, porque se enmascaraban amigos y amigas con ánimo de no ser conocidos por aquellos a los que materialmente golpeaban aunque sin aspereza, asegurándoles, con voz disimulada, un "Qué no me conoces".
Y había comparsas que o eran murgas o eran estudiantinas. Estas aún sin imitar a sus trajes el de los antiguos estudiantes, vestían disfraz vistoso y cantaban con corrección en los ademanes, canciones de la época. Las murgas eran eso, una compañía de músicos malos, con coplas alusivas al acontecer, más o menos sobresaliente, en las relaciones de los convecinos.

Allí va una alusiva a un forastero apóstol de obreros:
Vino aquí un gran señor.
que decía era sabio.
abogado y procurador.
pero no ejercía el cargo.
El sacó el reglamento de la sociedad de obreros;
era socio honorario, director y consejero.
pero el muy sabihondo.
se dedicó a viajar.
necesitando los fondos.
que tenía la sociedad.
dos obreros, engañados.
de este señor se hacían caso.
pero luego ha resultado.
que este tío era un "balazo".

Y, en fin, había bailes de Sociedad en los dos Casinos existen: por entonces: el de la plaza y el la calle de la Sánchez. Bailes que no eran de máscaras, se celebraba diferencia de las mascaradas y comparsas sólo de noche, menos infantil del viernes de carnestodas que se hacía por la tarde.
Posiblemente sería acertado restablecer esta tradición nuestra.

Pedro PORRAS IBAÑEZ
Revista de Feria de 1990

Nota .- Esta premonición que tuvo D. Pedro a principios de los años setenta del pasado siglo para que se reestableciera la costumbre de celebrar los carnavales en Guadalcanal se ha cumplido, siendo actualmente una de las fiestas con más participación, grupos y comparsas de personas de todas las edades.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

SITUACIÓN GEOGRÁFICA DE GUADALCANAL 1


SIGLOS DE CAMBIOS


SIGLOS DEL MEDIVO.-
Guadalcanal por su situación geoestratégica entre de la monarquía Castellano-Leonesa y Al Andalusí tuvo una excepcional trascendencia en el Medievo durante los siglos XI al XIII hasta su reconquista y su anexión al mundo cristiano por la Orden de Santiago y siendo incorporada a la provincia de León de la Baja Extremadura (1), en lo que fue considerado como la “gran reconquista”.
Hubo muchos intentos de las tropas cristianas y los diferentes reyes durante los siglos XI, XII y XIII para conquistar la villa, debido, a la ya comentada situación estratégica, parece que uno de los primero intentos fue protagonizado por Fernando I “El Grande” (2), hacia el año 1064, conquista Guadalcanal, cuando procedía de Extremadura a su paso pora conquistar parte de Al Andalusí y volver a tierras de Castilla.
Un año después, en la Navidad del 1065, murió el monarca en León, no sin antes distribuir su reino y conquistas entre sus hijos, García recibió el Reino de Galicia, creado a tal efecto, y los derechos sobre los reinos taifas de Sevilla y Badajoz, este perdió poco después gran parte de su reinado, pasando nuevamente nuestra villa a manos musulmanas.
Años después, hacia 1088, Alfonso VI (3), hace otra inclusión en tierras musulmanas pasando por las Sierras de Guadalcanal desde tierras Extremeñas, de camino al reino de Sevilla y tomando la villa para la cauda cristiana, sin embargo, esta anexión duró apenas uno años, ya que el califa almohade Yosusf Abu-Yaqud (4) la volvió a integrarla a tierras musulmanas en el año 1170.
Ya por el año 1185, el Rey Alfonso VIII (5) desató una de las mayores escaramuzas sobre tierras de Al-Ándalús y Extremadura, partiendo de tierras de Toledo con un gran ejercito hacia Sevilla, conquistando a su paso enclaves importantes como Trujillo, gran parte de la comarca de La Serena, Guadalcanal y villas limítrofes, atravesando Sierra Morena y dirigiéndose a Sevilla.
Una vez reorganizado su reino y tierras conquistadas, Alfonso VIII, regresó para conquistar el importante castillo estratégico de Reina, descansando en Guadalcanal para acometer esta difícil batalla, dicen las crónicas que fue una difícil batalla, con gran resistencia musulmana, pero finalmente, tras cruentos combates y un largo cerco, sus tropas tomaron la plaza.
Después de casi un lustro, el califa Abu Mohammed Abdallah al-Adil (6) en el año 1231, lanzo una nueva ofensiva sobre tierras cristianas y estos volvieron a perder las plazas de Reina y Guadalcanal, este importante enclave que habría la puerta del imperio almohade de Al-Ándalus y cerraba las puertas de Castilla por el franco de Extremadura.

EPOCA SANTIAGUISTA.-
En 1239, siendo el XV Gran Maestre de la Orden Rodrigo Íñiguez (7), presidió el capítulo general de la Orden de Santiago en la ciudad de Mérida, en el que se acordó conquistar algunas plazas fuertes que aún quedaban en Extremadura bajo dominio musulmán, en este capítulo el Gran Maestre pronunció una arenga en la que infundió un santo celo por la cruzada de recuperación de nuevas villas para tierras cristianas.
La campaña duro dos años, el maestre contaba para tal gesta con un ejército compuesto por los Caballeros de la Orden de Santiago y un número cada vez mas nutrido de gente a sueldo que se iban uniendo desde las villas conquistadas, partió a principios del citado año de 1239 de la ciudad Mérida y fue reconquistando los pueblos de Almendralejo, Usagre, Bienvenida, Fuente del Maestre, Villagarcía de las Torres, Llerena entre otros y, la resistencia fue muy fuerte en el Castillo de Reina por su gran fortaleza y el gran número de almohades concentrados en la partida, en 1241 pasaron a tierras de Guadalcanal, donde pusieron un sitio que acabó con la rendición y entrega de la villa por el gobernador de Axataf, caudillo de la ciudad de Sevilla y que era el que mas nombre y poder tenia en la frontera con tierras cristianas.
Entre tanto el siguiente tercio del siglo XII después del abandono definitivo de la zona por parte de los musulmanes, no estuvo muy definido el poder civil y eclesiastico de Guadalcanal, finalmente, en Abril del año 1274 el Concejo de Sevilla, renunciaba a los derecho a los territorios de Reina, Usagre, Azuaga y Guadalcanal, pasando la administración a los freires santiaguistas, siendo maestre de la orden Pelayo Pérez Correa.
Durante el último tercio del siglo XIII, una vez que se produjo el tránsito de la ocupación musulmana al dominio cristiano y la administración santiaguista, Guadalcanal desempeño un papel muy importante en la encrucijada de las vías de comunicación por su estrategia y el paso de ganado entre Andalucía y los reinos de Castilla y León, siendo paso de ganado, explotación de sus “tierras llanas” para cereal, tierras de labor rica en viñedos y olivos, junto con la gran reserva de caza de sus sierras, especialmente de jabalí y caza menor, siendo esto citado en el “Libro de la Montería de Alfonso XI”.

Notas.-

(1) La provincia de León de Extremadura de la Orden de Santiago se extendía desde el S.E. de la ciudad de Cáceres, a partir de la Sierra de Montánchez, cruzando en una línea longitudinal por el centro-oeste de la provincia de Badajoz, partiendo de las tierras de Mérida y Hornachos, creciendo por el oeste hacia la cercana frontera de Portugal, por Jerez de los Caballeros y Oliva de la Frontera, por el este hacia los confines de la provincia de Córdoba por Berlanga y Azuaga y al sur por la sierra de Tudía, Monasterio y sierras de Guadalcanal.
(2) Fernando I de León, llamado el Magno o el Grande, (* c. 1016 – + León, 27 de diciembre de 1065), fue conde de Castilla desde 1028 y rey de León desde el año 1037 hasta su muerte, siendo ungido como tal el 22 de junio de 1038. Llevó a cabo una enérgica actividad de Reconquista, sometiendo entre otros a los reinos de taifas de Badajoz y Sevilla.
(3) Alfonso VI de León (*1047 - Toledo, + 1 de julio de 1109), llamado el Bravo, fue rey de León (1065–1109), de Galicia (1071–1072; 1072–1109) y de Castilla (1072–1109).
(4) Yosusf Abu-Yaqud también conocido como Yususf I, fue un califa almohade nacido en Marrakech en 1135 y fue derrotado y muerto en la batalla de Santarém, por Fernando II de León el 29 de julio de 1184.
(5) Alfonso VIII de Castilla (*Soria, 11 de noviembre de 1155 , + Gutierre-Muñoz, Ávila, 6 de octubre de 1214), conocido también como «el de las Navas» o «el Noble» fue Rey de Castilla1 entre 1158 y 1214.
(6) Abu Mohammed Abdallah al-Adil fue elegido califa de los Almohades en 1223, tras la estrangulación de su predecesor, su hermano Abu Muhammad al-Majlu.
(7) Rodrigo Íñiguez fue el decimoquinto Gran Maestre de la Orden de Santiago de 1237 a 1242, Sucedió en el Maestrazgo a Pedro González. Anteriormente había sido comendador de Montánchez y Comendador Mayor de León, se retiró en 1242 al castillo de Segura de la Sierra, que le fue donado por Fernando III el Santo.

Fuentes.- Diccionario Geográfico y Estadístico de España y Portugal, Cuadernos de Historia Medieval y Archivos de Arte e Historia

Rafael Candelario Repisa

sábado, 27 de noviembre de 2010

TRAS LA ESTELA DEL APOSTOL

Camino de Santiago

En tiempos de Dante, los peregrinajes a la tumba de Santiago en Compostela sólo eran superados en número y prestigio por los realizados a Roma. Sin embargo el Poeta supremo opta por valorar mejor los realizados a Galicia, razonando que aunque en sentido amplio ambos son peregrinajes, santiago es el apóstol que reposa más lejos de su tierra y es el que convoca a los auténticos peregrinos. No era mala esa publicidad para una ruta turística que había de contribuir a la vertebración de Europa. Dante concluye que los peregrinajes son, ante todo, situaciones de educación, y que, por tanto, los caminos largos son los más enriquecedores.
Según la tradición Santiago –hermano de Juan Evangelista, hijo de Zebedeo el pescador y de Salomé-, tras predicar el Evangelio en España sin alcanzar gran audiencia, retornó a Jerusalén donde en el año 44 fue decapitado por orden de Herodes Agripa. Unos discípulos consiguieron embarcar su cuerpo hacia estas tierras, donde permaneció ignorado hasta que, a comienzos del siglo IX , se produce el hallazgo de su tumba, que desde entonces competirá con Jerusalén y Roma como lugar de destino de andaduras. Un siglo antes de que Dante dejara en su Vita Nuova aquella apología del peregrinaje a Galicia, ya se había escrito la primera guía turística de la Historia, con su mapa incluido. Forma parte del Liber Sancti Jacobi,un compendio de escritos relativos a Santiago y al camino de peregrinación que, aunque redactado en distintos tiempos, estaba ya reunido a mediados del siglo XII. El manuscrito más notable correspondiente a ese libro es el Códice Calixtino.
La consigna del peregrinaje a la tumba del Apóstol en Galicia se concreta precisamente en el capítulo I del Libro IV de ese Códice, donde se narra la visión del emperador Carlomagno (742-814): “Y en seguida vio en el cielo un camino de estrellas que empezaba en el mar de Frisia y, extendiéndose entre Alemania e Italia, entre Galia y Aquitania, pasaba directamente por Gascuña, Vasconia, Navarra y España hasta Galicia, en donde entonces se ocultaba, desconocido, el cuerpo de Santiago”.En una aparición a Carlomagno, Santiago le aclara: “El camino de estrellas que viste en el cielo significa que desde estas tierras hasta Galicia has de ir con un gran ejército a combatir a las pérfidas gentes paganas, y a liberar mi camino y mi tierra, y a visitar mi basílica y sarcófago. Y después de ti irán allí peregrinando todos los pueblos, de mar a mar, pidiendo el perdón de sus pecados y pregonando las alabanzas del Señor, sus virtudes y las maravillas que obró” (Codex Calixtinus, folio 162).


La Vía Láctea y el Camino de Santiago.-
En un día de verano, antes de que comience el amanecer, si gozamos de un cielo oscuro, sin nubes y sin Luna, puede verse una llamativa singularidad entre las estrellas de la noche: la Vía Láctea forma un arco luminoso que recorre el firmamento de Este a Oeste. Es un espectáculo que fue románticamente descrito por el astrónomo Camille Flammarion (1842-1925) con estas palabras: “Un extenso rastro blanquecino se eleva como un arco aéreo a través de la bóveda estrellada; en él se descubren irregularidades caprichosas: aquí, corre como un río celeste en un lecho angosto y monótono; allí, se divide en dos brazos que quieren separarse el uno del otro; más lejos, parece desgarrarse en pedazos, como un vellón ligero cardado por los vientos del cielo.”Aquel “extenso rastro blanquecino” que cruza el firmamento había comenzado a llamarse también Camino de Santiago y habría de sugerir durante siglos para muchos peregrinos, de todos los credos y culturas, un camino. Aunque debemos aclarar desde un principio que no puede utilizarse como referencia, dado que su orientación va cambiando a lo largo de la noche, al igual que su posición es diferente a una hora determinada si la miramos en distintas épocas del año.
Hace ahora 400 años que el incomparable Galileo Galilei descubrió que la Vía Láctea no es más que un conglomerado impresionante de estrellas, poniendo realidad científica en donde antes sólo había fantasías y especulaciones. En lo que respecta a nuestras ideas sobre la naturaleza de aquel camino celeste, y al lado de los mitos que existen en todas las culturas, lo cierto es que hasta comienzos del siglo XVII prevalecieron las propuestas de Aristóteles, que sobre el particular no eran lo que se dice especialmente brillantes.
El filósofo estagirita pensaba que la Vía Láctea estaba formada por una sustancia aérea caliente y seca, similar al gas de los pantanos, que sube hasta cerca de la esfera de las estrellas fijas, donde entra en incandescencia. Para justificar el que semejante nube gaseosa, de origen terrestre, se encuentre en medio de los espacios celestes, pueda tener forma irregular pero constante, y no consumirse, Aristóteles tuvo que forzar artificialmente su lógica y mezclar con desparpajo elementos físicos y metafísicos. La cultura popular habría de echar forzosamente mano de los mitos.


Un río de leche.-
Para la tradición griega clásica, nuestro Camino de Santiago celeste había sido un río de leche. La leyenda que da calificativo oficial a esa banda blanquecina –Vía Láctea, Milky Way, Voie lactée– nace en una de las aventuras de Zeus, un dios al que como sabemos le gustaban especialmente las mujeres mortales. En esta ocasión visitó a Alcmena, la esposa de Anfitrión, haciéndose pasar por su marido, y como fruto de aquel encuentro nació Heracles, que sería Hércules en la versión romana.
Para que el pequeño adquiriese la inmortalidad fue colocado a los pechos de la diosa Hera, esposa y hermana de Zeus, mientras ella dormía, y el niño succionó con tal fruición que adquirió la fortaleza que luego harían posibles las hazañas que le hicieron famoso. Pero Hera tenía celos de la madre del niño, y al despertar y darse cuenta de lo que sucedía alejó a Heracles de su pecho, con lo que su leche se derramó por el cielo. Ésta es la versión que ha dejado en nuestra cultura el adjetivo de “láctea” para esa vía o camino que vemos en el cielo de la noche, y también proporciona un origen para la palabra “galaxia”.Los astros están desde siempre vinculados a los viajes. No olvidemos que la palabra “desastre” significa “sin ayuda de los astros”, expresión que, entre otras interpretaciones, representa la adversidad que puede suponer para un viajero el no poder orientarse en su camino si no ve las estrellas. De este modo no resulta nada extraño llamar vía o camino a esa banda blanquecina. De hecho, existen otras varias denominaciones en esa clave y, por ejemplo, en algunos países del Asia oriental, se le conoce como el Camino del Elefante Blanco, y para muchos tártaros musulmanes se trata del Camino a la Meca.
Como queda dicho, desde el siglo XII, entre nosotros se ha popularizado el nombre de Camino de Santiago, denominación que creo extendida de manera general, al menos por España y Francia. Claro que siempre hay alguna anecdótica excepción: hace años descubrí que en la zona de Cedeira (Coruña) había personas que conocían a la Vía Láctea con el nombre de Camiño de San Andrés. Parece que la rivalidad entre los peregrinajes a Compostela y San Andrés de Teixido, sean de muertos o de vivos, se extiende también a este aspecto. Está claro que puede tratarse de un camino, aunque al variar de orientación no se sepa exactamente a dónde conduce. En nuestra tradición, el llamar camino a la Vía Láctea tendrá como principal objeto recordar el sentido religioso del peregrinaje y crear un símbolo entre las estrellas, más que disponer de un instrumento de orientación. Por encima del posible valor icónico de la banda lechosa está el valor simbólico.
Esa idea nos permite dejar a un lado las consideraciones astrológicas y los esfuerzos miméticos –que están presentes en la redacción del Códice Calixtino cuando habla del tema– y hacer, por ejemplo, una lectura puramente religiosa. Evidentemente hay una idea cristiana del Camino, que se apoya sobre todo en el evangelista Lucas, quien lo construye en dos momentos: primero de Galilea a Jerusalén (Evangelio de Lucas 9,51), pero sin olvidar luego la misión de continuar hasta el confín de la Tierra (Hechos de los Apóstoles 1,8).
A la vista de la variedad de peregrinos, de sus lenguas y orígenes, de sus motivaciones, de sus expresiones artísticas y literarias, de sus manifestaciones y de sus historias personales y colectivas resulta sugerente pensar que ese caminar en realidad nos lleva a seguir al viejo Sol, que es quien sabe mejor que nadie dónde está el más allá. Plus ultra. Es verdaderamente difícil diferenciar, por un lado, el recorrido religioso de las peregrinaciones a Santiago y, por otro, la vía iniciática que se prolonga hasta un poco más allá de Compostela, hasta la Costa da Morte, el lugar donde “muere el Sol” en su fusión con el océano; es el Finis Terrae.


Las leyendas del camino.-
Desde luego no faltan leyendas que unan ambos caminos y enlacen elementos míticos presentes en Galicia, como la relación de la villa de Noia con Noé y de su Arca con Argo navis, gran constelación en la Vía Láctea que cuando está baja en el horizonte, tocando el mar, permite soñar en seguir con ella por el cielo el camino que sobre la tierra ha tocado a su fin. El mito quiere también que aquel propio Hércules que fue separado de los pechos de Juno al formarse la Vía Láctea, construyese en La Coruña una torre que sirve para señalar uno de los confines del mundo.
El peregrinaje a Compostela recorre el mismo camino que marca el Sol. La costumbre de los peregrinos de recoger conchas marinas al llegar a la costa, de la que nos habla el Libro III del Liber Sancti Jacobi, ratifica que el final de los peregrinajes estaba al llegar al océano. Al final del camino está la mar.
Desde que Galileo desveló con su primitivo telescopio la identidad del celeste Camino de Santiago, la ciencia ha recorrido un largo sendero. Esta milenaria ruta científica nos ha llevado a descubrir que la Vía Láctea es, en realidad, la galaxia a la que pertenece nuestro Sistema Solar, junto con todas las demás estrellas que vemos a simple vista y con unos 200.000 millones más.
Hoy en día ya podemos afirmar que la banda lechosa es, simplemente, la visión de ese conglomerado estelar desde dentro, en la dirección del plano donde hay más estrellas. Nuestra Galaxia tiene forma de disco achatado, con dos brazos espirales y gira a una velocidad enorme. Al parecer, los caminos terrestres no tenían correspondencia alguna en el cielo; pero sin duda, nosotros seguiremos caminando.


Fuentes.- Revista Muy Interesante
Rafael Spínola R.

jueves, 25 de noviembre de 2010

DIA INTERNACIONAL CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO


25 DE NOVIEMBRE

La violencia de género ha sido, y sigue siendo en muchas partes del mundo, un delito oculto, invisible. La consideración de que las mujeres son objetos de propiedad de los varones de la familia, y por extensión de todos los varones, y que deben estar sujetas a ellos, obedecer, mantenerse en la sombra, cubrir las necesidades y satisfacer los deseos de ellos es la regla de oro del patriarcado. Si el poder es masculino, la capacidad de corregir y castigar también es de ellos. La violencia explícita o la amenaza de recurrir a ella se utilizará como una forma de control sobre la vida de las mujeres, y ese miedo se transmitirá de generación en generación. El “aguanta, ya sabes como son los hombres” ha sido durante largo tiempo un consejo de muchas madres a sus hijas, como una forma, quizás, de prevenirlas sobre las consecuencias todavía más graves si se atrevían a desobedecer, quejarse o intentar apartarse de ellos.
Ese recurso a la violencia está presente en todos los países del mundo, si bien es cierto que en aquellos donde los derechos de las mujeres no están siquiera contemplados formalmente su situación es verdaderamente desesperada. Cualquiera puede comprobar con solo un vistazo en los libros de historia como desde tiempos inmemoriales tanto las voces autorizadas (grandes sabios, pensadores, científicos , literatos, religiosos, etc.) como las populares (repasemos refraneros, cuentos infantiles, leyendas tradiciones, ...) transmitían estas ideas de desprecio hacia ellas y sus derechos, alimentando un cuerpo de creencias misógino perverso y letal.
Sin embargo, si algo caracteriza la lucha feminista es su tenacidad. Es un hecho incuestionable que, a pesar de todos los inconvenientes, obstáculos y palos en las ruedas, nunca se han dado por vencidas. Siempre hubo voces transgresoras, luchadoras que, de manera solitaria o colectiva, defendían, y defienden, la dignidad y el derecho a una vida plena de todas las mujeres, todas sin excepción. Uno de estos derechos fundamentales es el de la educación. Alcanzarlo ha sido, y sigue siéndolo en otros lugares del planeta, un proceso lento y difícil. El concepto tradicional de feminidad ha estado reñido con el deseo de aprender más allá de lo relacionado con las tareas del hogar, y ya no digamos de aplicar estos nuevos conocimientos al ámbito público.
Sin embargo también en este campo la tenacidad dio sus frutos. Hoy en día es una evidencia que tanto en el Estado Español, como en la casi totalidad de los países de nuestro entorno las chicas ya son mayoría en los estudios superiores (aunque también es cierto que persiste la discriminación horizontal, de la que quizás podamos hablar en otro momento). Ciertamente, la presencia de mujeres en las aulas como alumnas y paulatinamente como profesoras comprometidas con los valores feministas, ha ido modificando el escenario cotidiano de las universidades, así como ha promovido e impulsado la consolidación de los estudios de género, de gran vitalidad y reconocido prestigio, que han hecho posible una revisión crítica de buena parte de los saberes tradicionales, aportando, entre otras cosas el análisis diferencial entre sexo y género, y la necesidad de la introducción de la variable género como parte fundamental para la construcción del conocimiento.
Estos estudios han enriqueciendo los contenidos, impulsando nuevas líneas de investigación y formando a nuevas generaciones de profesionales que podrán contar con herramientas más útiles para enfrentarse a las complejas realidades sociales. No ha sido fácil, se nos ha tachado de poco científicas, o de querer construir guetos (curiosa manera de denominar grupos de investigación que se caracterizan precisamente por su transversalidad y multidisciplinareidad), pero nuevamente la tenacidad va dando sus frutos, aunque siempre con un cierto grado de sufrimiento y a menudo de desencanto ante determinadas reacciones.
Entre estos contenidos nuevos están precisamente los relacionados con la violencia de género. El reconocimiento de este tipo de violencia como estructural permite pasar del análisis de lo privado a lo público, a lo social y a lo político. Conocer los mecanismos de control sexista, las diversas formas de violencia, investigar las posibles tipologías, explorar los modelos explicativos, adentrarse en las raíces más profundas de este cuerpo de creencias que justifica la dominación de la mitad de la humanidad, penetrar en el sufrimiento de las víctimas, descubrir sus mecanismos de supervivencia, en fin todo esto y mucho más se convierte en básico para poder, a su vez, plantearnos en un futuro difícil de precisar la erradicación de lo que viene siendo ya descrito como una de las más graves lacras sociales mundiales, que inflinge sufrimiento, miedo y muerte, frena el desarrollo de los pueblos, perpetua situaciones de injusticia social y de pobreza, atacando los valores fundamentales de las sociedades democráticas.
Con todo lo dicho, pretendo hacer hincapié en la necesidad de una formación científica sólida, que conforme perfiles de personas expertas en el tema, huyendo del amateurismo y de aquellos/as que, recién llegados al tema, y comprobando que hoy por hoy son ya cuestiones emergentes que ocupan un cierto protagonismo social y académico (porque en los tiempos difíciles evidentemente no estaban) confunden opinión con formación, creyéndose suficientemente preparados /as para autoproclamarse aptos/as para lo que convenga. Si una formación deficiente es peligrosa siempre, en un tema tan sensible y que toca tantos mimbres como la violencia de género lo es todavía más. Es responsabilidad de las universidades asegurar unos contenidos coherentes, y marcar unos criterios de exigencia (como en cualquier otra disciplina, dicho sea de paso) avalados por las trayectorias investigadoras y docentes reflejadas en los curriculums académicos, que aseguren que la formación será impartida desde el conocimiento y la responsabilidad, fomentando la consolidación de equipos y apoyando a las personas jóvenes que quieran especializarse en estos temas.
La conmemoración del Día Internacional contra la Violencia de Género puede ser un buen momento para reflexionar sobre ello. Las universidades, mediante la correcta formación pueden, y deben, participar del proyecto colectivo de diseñar un futuro más justo para mujeres y hombres, comprometiéndose activamente contra la injusticia. Si buscamos la excelencia, busquémosla también en este tema.
 
Por Esprança Bosch Fiol

Profesora titular Departamento de Psicología UIB

miércoles, 24 de noviembre de 2010

LOPE DE STÚÑIGA


COMENDADOR, POETA Y JUSTADOR


Lope de Stúñiga * 1415 + ¿1477/1479?

Comendador.-

Lope de Stúñiga fue nombrado Comendador de Guadalcanal y “Trece” de la Orden de Santiago en el capítulo General de la Orden en Uclés el 6 de Septiembre de 1440, siendo Gran Maestre de la Orden Enrique de Aragón.
La muerte del comendador de Guadalcanal, Lope de Stúñiga, hijo de D. Iñigo Ortiz Stúñiga y de doña Juana y nieto de Carlos I de Navarra, se situa entre 1477 y 1479, hay varias fechas sobre el oboito dependiendo de las fuentes de información, pero parace claro que se acerca a esta fecha y no la que data en 1465 como la ubican varias biografías y ediciones del Cancionero de Stúniga, compuesto en 1458, su principal obra.
Para aseverar esta fecha, hay que situarse en la cronología del Capítulo General de la Orden de Santiago, que data: “A finales de Noviembre de 1477, se reúne el Capítulo General de la Orden de Santiago en Azuaga y Llerena, siendo Comendador de Guadalcanal D. Lope de Stúñiga, aunque ausente (tal vez esta ausencia fuese por enfermedad que le llevara a su óbito).
En el siguiente Capítulo celebrado por la orden en la villa de Azuaga, celebrado 1480, no consta ser citado el dicho Comendador ni otro que pudiera precederle, citándose como “hemienda” (sustituto) D. Luís Puertocarrero, Comendador de Azuaga.
Sobre su esposa Dña Mencía de Guzmán, tampoco los historiadores se ponen de acuerdo, ya que varios de ellos citan que igualmente estuvo casada Dña. Mencia con el poderoso señor D Pedro Girón y Velasco, III conde de Ureña, pudiera y así coinciden varios historiadores, que Lope se casara con ella en segundas nupcias.

Poeta.-

CRUELES PENAS QUE DA AMOR.-

Llorad mi triste dolor
e cruel pena en que vivo,
pues de quién soy amador
non oso desir cativo.
Mi coraçon quiso ser
causa de mi perdiçión
e me fase padeser
donde tan grand perdiçión
amor me da et syn rasón,
e cruel pena en que vivo,
pues de quién soy amador
non oso desir cativo.

Tal vez la etapa más conocida de D. Lope fue la de poeta, tuvieron gran trascendía sus poemas, de carácter político, filosófico-moral o lírico, y se encuentran reunidos en varios cancioneros, entre ellos el que lleva su nombre, “El Cancionero de Stúñiga”.
Esta obra que recoge sus poesías líricas cancioneriles, se conserva en tres manuscritos: uno en la Biblioteca Nacional de España, otro en la Biblioteca Casanatense de Roma y un tercero en la Biblioteca Marciana de Venecia.
Este cancionero es llamado así por Lope de Stúñiga, autor de la primera canción, esta obra poética recoge las obras recopiladas por el rey Alfonso V de Aragón, que al conquistar Nápoles en el año 1443 creó en torno suyo una corte literaria con poetas castellanos, aragoneses, alicantinos y catalanes, que se vieron influidos y marcados por el “Quattrocento italiano”.
Posee algunas singularidades, como la de incluir originales romances de amor, entre los autores que pueden encontrarse en este cancionero están los notables escritores españoles del siglo XV: Lope de Stúñiga, Carvajal o Carvajales, Pedro de Torrellas, Mosén Juan de Villalpando, Juan Dueñas, Diego de Valera, Juan de Andujar, Juan de Valladolid o Juan Poeta, Pedro Manuel de Urrea, Juan de Moncayo, Juan de Tapia, Conde Castro y Suero de Ribera.

Justador.-

Nuestro polifacético Comendador de Guadalcanal tuvo gran fama en tierras de Castilla y León como justador, es decir participante en justas medievales que reunían gran cantidad de espectadores en tornos a exhibiciones de luchas de caballeros a caballo o a pié, que con sus lanzas o espadas dirimían sus diferencias, ofensas de honor o simplemente se enfrentaban por espectáculo.
Su padre, D. Iñigo Ortiz Stúñiga en el año de 1430, cuando Lope contaba con apenas 15 años, fue desposeído de todas sus tierras, beneficios y riquezas que poseía en su Navarra natal por su complicidad con el enemigo invasor, fue entones cuando su amigo el rey Juan II de Castilla ordenó que se trasladara con su familia a tierras castellanas y le recompensó entre otros beneficios con el señorío del Cerezo, villa que fue conquistada de Navarra a un primo del mismo.
Cuatro años después, Lope de Stuñiga irrumpe con fuerza en la historia de las justas de Castilla y León, fue en el torneo del “Passo Honroso” en la localidad leonesa de Hospital de Órbigo, la acción que ocurrió en el año jacobeo de 1434 organizada por Suero de Quiñones y nueve compañeros más, románticos, galanes y deseosos de probar públicamente el amor por sus damas, su valor y esfuerzo; entre ellos se encontraba Stúñiga, que después de su capitán demostró ser el más gallardo, mezcla de su valor y juventud.
Esta famosa justa que fue inaugurada el 12 de Julio y se dirimió entre Suero de Quiñones y el caballero alemán Arnald von Rottenwald procedente de tierras bávaras y que ganó el primero, Suero y sus hombres llevaban en sus cuellos una argolla y una cinta azul como prueba de amor a sus damas de las que eran desposeído cuando perdían la justa, las justas continuaron hasta el día 25 de Julio festividad de Santiago, tomando parte entre otros los afamados caballeros hermanos Joan y Pere Fabra, hijos del señor de Chella (Valencia), que retaron ambos a Suero de Quiñones, aun cuando este aceptó el reto, la ley de justa lo prohibían, entrando en escena y en defensa de su compañero Lope de Stúñiga que ganó la justa por dos lanzas rotas y comenzó su leyenda.
En el puente de Hospital de Órbigo puede verse un monolito con los nombres grabados de todos los que pelearon allí., aquel torneo fue conocido como El Passo Honroso y fue narrado y cantado por muchos poetas de la época, entre ellos, uno de sus protagonistas en el manuscrito “El Cancionero de Stúñiga” y dio fe el notario real Pero Rodríguez de Lena que dejó por escrito una crónica narrando los hechos.
Cuando terminó el torneo, don Suero y sus amigos se dirigieron en peregrinación a Santiago a cumplir con la promesa hecha, depositaron las argollas y las cintas azules que simbolizaban su amor por una dama y en la que estaba escrita una leyenda que lo atestiguaba.
A esta famosa justa del ”Passo” celebrada en el puente del río Órbigo sucedieron muchas otras, que iban acrecentando la fama de Suero de Quiñones y su lugarteniente Lope, hasta que este por su condición de freire, edad, afición a la poesía, su compromiso con la Orden de Santiago y sus muchos cargos, entre ellos el de comendador de Guadalcanal, abandonó tan peligrosa afición sin perder una sola justa.
La amistad de Stúñiga con el rey y su condición de cortesano prominente, le llevaron a ser nombrado “notable” de la corte, siendo ya “trece” de la Orden de Santiago, esta función le aportó pingues rentas del erario público de Castilla, así hay referencias que en el año 1447 gozaba de una renta de 10.000 maravedíes, a los que por su condición de freire renunció a una parte, 4.000 maravedíes a favor de Dña. Aldonza de Toledo, viuda de Juan de Cervantes e hija del contador mayor del rey, D. Alonso Álvarez de Toledo, el buen Lope de Stúñiga, al año siguiente volvió a renuncia a la mitad de los 6. 000 maravedíes restante y testó a favor de D. García Álvarez de Toledo (familiar de la anterior dama).

Fuentes.- libros “Gente del Siglo XV”, “Andanzas y Grandezas de los Caballeros Medievales” y “Libro de la gesta del Passo Honoroso”.

Rafael Candelario Repisa